Pareidolia del Sur

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Más publicistas como ellos

Por: Ana Queiroz*

Campaña de Dove por la 'belleza real'.
Campaña de Dove por la ‘belleza real’.

Hace algunas semanas leía un texto de Julio Cesar Londoño, titulado La publicidad ¿materia gris o caldo de babas?, en el cual cuestiona esa gran maquinaria que usa la publicidad (estudios, encuestas, experimentos, laboratorios sociales, sociólogos, psicólogos, semióticos, semiólogos, economistas, diseñadores) para hacer de cualquier persona un compulsivo irremediable; para crear necesidades donde no las hay; para elevar estándares de vida imposibles de alcanzar. Ni hablar de los estereotipos de belleza que la publicidad ha configurado, pretendiendo hacer de los hombres y mujeres uno solo, los cari-bonitos-cuerpos- perfectos, olvidando que lo bello está en la diversidad, la diferencia, el pluralismo, la multiplicidad de subjetividades.

Finalmente, Londoño se pregunta -al igual que yo- por la responsabilidad social de la publicidad. Claro, no quiero decir que los publicistas tengan que ser mártires de la ética y de la moralidad, pero como ciudadanos deben tener presentes unos mínimos morales de respeto, ya que los receptores son personas comunes, ingenuas, que se dejan ilusionar con cremitas o dietas descabelladas para alcanzar la eterna juventud.

Imaginen por un momento si los publicistas tuviesen un rol diferente en el sistema y en vez de ‘craneárselas’ para vender el producto más malo, caro o bueno a millones de personas, hicieran campañas donde todos se acepten como son; gordos, flacos, chiquitos, altos, rubios, castaños, blancos, negros, morenos, con vello, sin vello, con ropa normal, sin maquillaje, despeinados, con tatuajes, con granitos, con los ojos grandes o pequeños, con los dientes separados; en fin, todos lindos.

Pero bueno, qué clase de publicistas serían entonces. (Al igual que Londoño, intento pescar materia gris en un caldo de babas) Se desnaturalizaría su rol. Estaríamos más tranquilos con el despeine de las mañanas. No habría agentes del mercado intentando persuadirnos con sus discursos inagotables. Se acabarían los monopolios, las mentiras, la silicona. Y de paso, de vez en cuando  le haríamos un cumplido a nuestra vecina , “¡qué linda sonrisa, ese vestido está espectacular!”.

Sin embargo, no todo está perdido y hay excepciones. Existen personas que poco a poco empiezan a hacer fisuras, pequeñas grietas en esos campos herméticos; generan cambios mínimos, como estas campañas:

1. «Eres más bonita de lo que piensas” de la gran marca de productos de belleza Dove.

(¡Qué linda campaña, a lo bien!)

 

2. “Quierete y mírate con otros ojos” de la marca Cyzone.

 

3. “Love” de la marca de galletas americana Honey Maid.

 

Qué bonito, ¿no? Ojalá hubiesen más publicistas como los que están detrás de estas campañas. Besos para ellos.

 

@Pareidoliasur

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*Colaboradora

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