Los recuerdos que llenan nuestra memoria con el paso de los años, algunos impecables, casi intactos; otros son simplemente vagos y luchamos por conservarlos. Esta vez, es Haruki Murakami en Tokio Blues, Norwegain Wood, quien juega con ellos; y en medio de una narrativa que nos llena de nostalgia, nos hace ir y venir por las calles de Tokio con unas referencias musicales impecables. Escribe lo siguiente a propósito de lo efímeros que llegan a ser los recuerdos:
“Esto es cuanto puedo conseguir por ahora: asir con fuerza dentro de mi pecho unos recuerdos incompletos que ya han palidecido y siguen palideciendo a cada instante que pasa, y escribir estas líneas con la desesperación de un hombre que va chupándose la médula con los huesos” Haruki Murakami, Tokio Blues.
La memoria es, entonces, libertad y restricción: según la manera en que los recuerdos se van a apareciendo. Como los fantasmas, su materialidad depende de la fe ciega que depositemos en ellos.
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