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Alternancias en el cine para adultos (I)

Por Quim Rabinovich & Ana Queiroz

Sasha Grey en la presentación de su libro La sociedad de Juliette en Madrid, España. Tomado de: http://www.demotix.com/news/2196370/sasha-grey-presents-la-sociedad-de-juliette-madrid#media-2196359
Sasha Grey en la presentación de su libro La sociedad de Juliette en Madrid, España. Tomado de demotix.com

I

Marinna Ann Hantzis, mejor conocida como Sasha Grey, anunció hace dos años que su exitosa carrera como actriz porno había llegado a su fin. Ahora se dedica al cine convencional –como productora y actriz– y a escribir libros. El inicio de lo que se espera sea una saga de ficción que revele los vericuetos de su paso por el cine porno, La sociedad de Juliette, es apenas un atisbo de revolución en los diferentes elementos y dinámicas de los filmes ‘para adultos’. Dos de ellos se ubican en el concepto de alternancia, pues han significado un viraje notorio en i) los cuerpos de los protagonistas del cine porno y ii) en el aura de intelectualidad que ahora inunda sus discursos más allá de su trabajo.

La diversificación del cuerpo en el porno.

El consumo evoluciona: cambia la demanda, los consumidores y/o el capital. Sasha Grey encarna las características de la actriz porno contemporánea: de tez pálida, cabello negro y ojos oscuros. Es posible decir que, con algunas variables lógicas –cabello castaño, piel trigueña–, esta configuración estética se acerca de manera más fidedigna a la realidad de las personas. Desde finales del siglo XIX hasta comienzos del XX, las actrices pornográficas fueron todo lo opuesto: exuberantes, de trasero grande, tetas voluminosas y un maquillaje desmedido. El viraje que menciono demuestra que las nuevas generaciones de consumidores pornográficos se plantean escenarios de goce más cercanos a sus entornos. Esto quiere decir que cualquiera de sus compañeras, amigas, novias o demás pueden encontrarse reflejadas en los videos que los obsesionan.

Es evidente que mi apreciación puede verse algo parcializada hacia el género femenino, pues las actrices tienden a ser más populares que los ‘machos alfa’ del porno. No obstante, el hecho más claro de que esto también se da en los hombres, es que actores como James Dean y Xander Corvus han cambiado el paradigma del cuerpo perfecto en los hombres, incluida la estatura y la musculatura. En el caso de Dean, por ejemplo, a pesar de que ha filmado más de 1.500 escenas ‘para adultos’, es un muchacho pálido, con 1,69 de altura y sin brazos ni piernas fornidas. Dejando de lado el largo o grueso del miembro erecto, pues este es indudablemente un requisito para entrar en la industria, Dean es el equivalente a Grey en este rubro.

Por si fuera poco, las relaciones de Dean con lo que llamo ‘nueva pornografía’ no terminan allí. Su actual pareja, conocida como Stoya, se ha erigido en los últimos años como la sucesora de Grey, en la medida que su físico y sus interpretaciones hacen recordar a la que fuera reina del porno hasta antes de su retiro. Adicionalmente, años atrás, Dean mantuvo un affaire con Joanna Angel, otra de las mujeres que coincide con los detalles de la pornstar alternativa. Es evidente que Dean se ha follado a todo tipo de mujeres, pero al parecer, demuestra que sus gustos se inclinan a la normalidad, a la ficción que se acerca a su realidad.

Llegado a este punto, la generalización es tendenciosa y equivocada. No es cierto que todas las personas ahora deseen –exclusivamente– a Dean, Grey, Stoya o Angel, sino que su incursión en este ámbito sicalíptico ha diversificado la demanda y enviado un mensaje a los productores: los tiempos cambian y, en efecto, las tendencias en materia de fantasías sexuales también. Eso no influye en que las actrices como Lisa Ann, Alexis Texas, Nikki Benz, o Abella Anderson, que hacen parte del otro lugar –del volumen y las medidas amplias–, mantengan su posición como matronas de la pornografía. Han ganado a pulso ese reconocimiento y, por supuesto, sus fans más fieles no están dispuestos a dejarlas.[1]

El meollo es que la transformación de una configuración estética hegemónica es, en todo escenario artístico o comercial, un acontecimiento. Una de las razones es que muestra lo que quieren los lectores (de imágenes) o clientes, pero aún más importante es que deja en evidencia los signos que se modifican para dar otro sentido y orientación a las personas. Queda claro que si los trajes de baño cada vez utilizan menos tela, es porque han respondido a una serie de fenómenos culturales y sociales que han impulsado la tendencia generalizada; sin embargo, los bañadores aún existen. Igual pasa, en este caso, con el cine porno.

Este ejemplo, lejos de ser problemático, es interesante. La literatura de calidad nos lleva a creer que la mentira que nos transmite es realidad o que los hechos que en efecto se produjeron son vil –pero poderosa- ficción. Algo parecido sucede con la inmersión de una nueva corporeidad de actores pornográficos, pues finalmente muestra que ambos son fuentes de buenas obras. No obstante, el irse únicamente por una tendencia es una necedad, pues margina a quienes desean que sus fantasías sean más cercanas a su experiencia vital y no al revés. Las actrices bastantonas y nalgonas dominaron por un largo tiempo el escenario, pero la nueva camada de jóvenes, sin aderezos o modificaciones, vienen a demostrar que esa diversidad –literaria o pornográfica– es sana para el deseo de sus comensales.

Cada tanto, regresa el equilibro al mundo en virtud de las diferencias. Y no hay esfera que se salve.


[1] El caso de Lisa Ann es una prueba irrefutable de esto. A finales de 2013 el sitio Orgasmatrix la seleccionó como la actriz más popular dentro del mercado hispanohablante. Seguida de ella están Esperanza Gómez –que ha popularizado la palabra ‘colombiana’ en los catálogos de búsqueda–, Abella Anderson y Alexis Texas. A pesar de este dominio, todavía evidente, la que sigue en la estadística es la retirada Sasha Grey. Como dato adicional, valga decir que Stoya, Dani Daniels y Remy Lacroix, que hacen parte de los nuevos cuerpos del porno, se encuentran dentro de la selección, reflejando en números que lo que se ha dicho acá no es un capricho, sino un cambio que se ha venido gestando progresivamente.

Este texto inaugura nuestro año editorial. Espere la segunda entrega en Abril, a la misma hora en el mismo canal. Abrazo grande.

El editor.

@Pareidoliasur

 

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