Otro mundo es posible

Publicado el Enrique Patiño

el libro de «El secreto de sus ojos», otra experiencia emocionante

Uno pensaría que la película ya contó todo. Que si ya se vio la cinta «El secreto de sus ojos», dirigida por Juan José Campanella, ya lo sabe todo sobre la vida de Benjamín Espósito (que en el libro, por cierto, se llama Benjamín Chaparro) y ya la trama compleja en la que todo confluye no tiene mayor expectativa.

Su título original fue "La pregunta de sus ojos"
Su título original fue "La pregunta de sus ojos"

Pero no: aunque se sepa qué va a ocurrir, aunque haya partes que se intuyen, el libro tiene un mérito que lo hace distinto a la experiencia cinematográfica:

Antes que una historia de suspenso; antes que una denuncia sobre la situación de Derechos Humanos y corrupción en Argentina (que están presentes); antes que el manejo inteligente de dos planos narrativos (la vida del jubilado Benjamín, narrada en tercera persona; y el libro que él escribe en primera persona y que va discurriendo ante los ojos del lector), lo que más llama la atención es que la historia se centra en el amor perdido, en la desilusión de la vida ante el amor fugitivo que nunca se hace realidad en todo el libro, pero que siempre está presente.

Ese es un mérito. Porque en la obra de Eduardo Sacheri, el amor aparece en casi todas las páginas, aunque jamás haya un sólo beso ni un gesto explícito de cariño por parte de nadie. Aunque en el libro jamás aparezca protagónicamente la jueza Irene, como sí lo hace en la película (en realidad, es casi un fantasma, una aparición súbita en un tercerísimo plano). Es más, el sentimiento domina la totalidad de la historia, aunque el centro de toda la narración, la fallecida Liliana Colotto, haya muerto desde el primer instante.

Porque lo que hace el autor, Sacheri, es abordar el amor desde la perspectiva de la ausencia y de la envidia que produce ver a quienes lo tienen. Ese misterio que se esconde en los ojos de los que aman es lo que lo lleva a relatar una historia sucedida treinta años atrás. Y ese brillo en los ojos es lo que dirige su propia vida también.

Muy distinta en sus giros esenciales de la historia narrada en el cine, también da razones para darle un mayor aplauso al director ganador del Óscar Juan José Campanella, quien adaptó la obra, la mejoró, le dio más fuerza en momentos críticos y convirtió un libro emocionante en una experiencia aún más estremecedora. Puede ser en este caso que la película supere el libro. O más bien, que ambas ofrezcan experiencias distintas, pero profundas y complementarias. Lo cual es bien raro, pero una fortuna encontrar.

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