Lloviendo y haciendo sol

Publicado el Pilar Posada S.

Feria del libro

Me pongo vieja.

Siento menos enojo.

Apatía más bien.

Cosas que me gustaban ya no me interesan.

Entre ellas las ferias.

Hay Feria del Libro en el Jardín Botánico.

Los escritores desfilan.

La élite del pensamiento se pavonea.

Hablan. Conversan.

Hay foros. Preguntas y respuestas.

Feria de vanidades.

Vuelven a sus hoteles en la noche.

Henchidos de reconocimiento.

Los leen.

Les piden firmas en sus libros.

A algunos les tiembla el pulso cuando escriben.

“¿Cómo te llamas?”

preguntan a la muchacha que les tiende un libro.

Laura, dice ella.

“Para Laura, con cariño. Fulano de tal”.

Y así Mariana y Juan Carlos, Alberto y Valentina.

Desfilan lectores.

Curiosos.

Incautos.

Impresionables.

Hay algunos que los aman.

Esos rara vez se acercan.

Tienen sus libros en la mesa de noche.

Gastados. Ojeados.

Hojeados. Leídos.

Quieren llegar a escribir algún día.

Y firmar libros en una feria.

Que mis palabras sean verdad para otro, anhelan.

El mundo se estrecha.

Me dice más la quietud que la euforia.

Soy una escritora independiente.

Tan independiente que ni siquiera soy escritora.

Al que no lo publican es un fantasma.

Más fantasma que todos los demás.

¿O menos?

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