Por: Valentina Suárez Fernández
Tu voz se ha hecho sólida y clara con el paso de estos 5 años de verte y 5 y nueve meses de sentirte. Cada palabra hacia ti, mi Violeta, es una dulce oleada de colores a la vida, es la seguridad profunda de cuán fuertes somos y todo lo que hemos logrado. Ahora reflejan cómo percibes el mundo: dulce y claro.
Yo sigo viendo a través de tus palabras, el amor que Dios te tiene, y el que me tiene. Reconozco en ellas valiosas lecciones de sinceridad y fe.
Hoy celebro la vida que se gestó en mí, la vida de la que fui transporte y cuna por unos meses y en la que deseo ser compañía.
Quiero que tu viaje en este planeta sea feliz, como hasta hoy, que logres cobijarte de los seres que te aman, que nos aman, que disfrutes de las bellezas de la naturaleza y el paisaje, que aprendas a comprender a los seres humanos y a poner freno a quienes te lastiman.
Aquí vuelvo a tus palabras. Esas que han aprendido a poner límites, a expresar lo que sientes, siempre desde el amor, el respeto y la educación que he intentado darte y que nos han otorgado con tanto compromiso desde nuestra familia.
Infinito significa que no puede tener fin, ni término. Tal vez una de las palabras más lindas del español, le ha dado vida a muchas canciones que disfruto y le da sentido a mi manera de amarte.
Me lleno de este potente sentimiento de amor que me conmueve hasta lo más profundo de mi ser. Te he preguntado a lo largo de este inicio de vida escolar: ¿Hasta dónde nos amamos?, y tú me respondes “hasta el infinito”, tal como lo dijeron científicos como Albert Einstein y Edwin Hubble. Así, es nuestro amor.
Como cada 5 de julio, celebro tu capacidad de comprensión frente a las lágrimas de Nona, tu amor hacia los animales, la solidaridad con quienes sufren, el gusto por el baile, tu profunda inteligencia académica y ese compromiso con el planeta y todas las especies que en él habitamos.
Recreo tu año como un sinnúmero de aprendizajes, como prueba real de que verte crecer es el mejor de mis regalos. Desde el 5 de julio de 2018 experimenté el sentimiento de amor más inmenso y solo a partir de esa fecha he deseado, todos los días de mi vida, ser eterna para verte.
Hoy, con las pequeñas victorias logradas sumergiendo la cabeza en el agua, patinando, pintando dentro de los objetos, diciendo los números en inglés, español y francés o jugando a la casita, creo nuestro propio grupo de recuerdos, nuestra historia juntas.
Mi niña, la única fuerza que aun con la capacidad humana no se ha podido definir es el “amor”, pues no distingue de tiempo, ni espacio. En mi humilde opinión es infinito, tal como describo mi amor hacita ti.
Feliz primer quinquenio conejito de mi vida. Amándonos hasta el infinito,
La mamá.
Adriana Patricia Giraldo Duarte
Las lloronas hablamos de todo lo que nos ocurre en la carrera de la vida: pasiones, amores, aprendizajes, sueños, dolores, esperanzas. Por eso este blog es un espacio para que rayes todo lo que escribes a solas. Se trata de descifrar ese femenino inagotable, sin culpas, sin adelantos, ni pretensiones diferentes a las de hallar el verdadero lugar de nuestro yo, a través de la escritura.
Es un ejercicio compartido que nos permite transformar la rabia en creatividad y la impaciencia en expresión, sin que tengamos que consolarnos o crear disculpas letales.
Envíame tu texto a
[email protected] para verlo publicado en Lloronas de Abril. Es hora de pensar en lo vistoso y sanador que pueden ser nuestros días, si dejamos atrás el falso consuelo que no nos pertenece. Revivamos este impulso. Hablemos como necesitamos hacerlo. Espero tu texto.