Por: Andrey Gutiérrez
Eres el sueño que me acompaña cuando me hallo solo.
El viento que brinda su suave toque.
La locura y confidencia libre de reproche; pensamiento latente que vive en mi hoy.
El agua que puede saciar la sed de un alma vagabunda.
El sol que calienta y desmonta mis fríos recuerdos, como flor que alegra el pensamiento que vuela cuando quiero estar en blanco.
Suspiro que se roba cada palabra que exhalo. La fuerza extra que siento, cuando creo que fallo.
El motivo que me inspira a mirar al cielo, La mano que toco aún estando lejos. El reflejo en una profunda laguna.
Eres la montaña que quiero conquistar. Ese algo que imposible que anhelo derribar; ese puerto seguro donde espero atracar.
Eres dueña de una fuerza con la que quiero batallar.
Y vencerte entre mil risas, a ti, cálido cuerpo donde quiero refugiar mi frívola vida.
Y eres, motivo que no puedo controlar. Las líneas que el corazón hace deletrear en mis manos, la sonrisa que inunda y se adueña de mis fibras.
Adriana Patricia Giraldo Duarte
Las lloronas hablamos de todo lo que nos ocurre en la carrera de la vida: pasiones, amores, aprendizajes, sueños, dolores, esperanzas. Por eso este blog es un espacio para que rayes todo lo que escribes a solas. Se trata de descifrar ese femenino inagotable, sin culpas, sin adelantos, ni pretensiones diferentes a las de hallar el verdadero lugar de nuestro yo, a través de la escritura.
Es un ejercicio compartido que nos permite transformar la rabia en creatividad y la impaciencia en expresión, sin que tengamos que consolarnos o crear disculpas letales.
Envíame tu texto a
[email protected] para verlo publicado en Lloronas de Abril. Es hora de pensar en lo vistoso y sanador que pueden ser nuestros días, si dejamos atrás el falso consuelo que no nos pertenece. Revivamos este impulso. Hablemos como necesitamos hacerlo. Espero tu texto.