Por Laura Sánchez
Nuestra promesa, que sin decirla existe, está implícita en nuestra vida, nuestra sangre y nuestro corazón. Yo vivo por ti y tú vives por mí.
Somos el Yin y el Yang perfecto, somos polos opuestos, tú dices blanco y yo digo negro; tu pintas y yo escribo; nos parecemos pero no somos iguales; tenemos ideas y cualidades diferentes, pero sin lugar a dudas yo te complemento y tú me complementas.
Eres puro corazón, amorosa, sensible, apasionada e intensa. Por mi parte, puedo decir que soy tranquila, positiva, un poco más racional y menos sensible. Tú revolucionas mi mundo, yo calmo el tuyo y juntas somos el equilibrio perfecto.
El universo está lleno de promesas buenas y malas. Algunas personas las cumplen, otras no le ven importancia y las dejan de lado.
Yo soy de aquellas que si cumplen y sé que tú también lo eres- Nos enseñaron a cumplir, a que si damos nuestra palabra hay que hacerlo, a estar siempre juntas, no por obligación sino porque si así lo sentíamos debíamos hacerlo, y por eso somos fieles a nuestros sentimientos.
Pero para que no haya duda de estas palabras y esta promesa, te quiero decir:
Prometo estar contigo el resto de mi vida.
Alentarte en cada paso que des.
Acompañarte en cada meta que cumplas.
Estar contigo cuando rías y llores.
Prometo abrazarte cuando tu corazón más lo necesite.
Ayudarte a ser feliz siempre.
Prometo que siempre seré tu amiga más fiel.
Estar contigo cuando nadie más esté.
Prometo seguir tomándote de la mano.
Yo te prometo a ti, hoy y siempre, que nunca te faltaré.
Más de lloronas de abril en https://www.facebook.com/lloronasdeabril/?ref=bookmarks
Concepto fotográfico de Catherine Z.