Crecerte ha sido crecerme. Verte ser, me obliga a ser también. A no rendirme, a sanar, a seguir. A construir un mundo más digno para ti.
Crecerte ha sido crecerme. Verte ser, me obliga a ser también. A no rendirme, a sanar, a seguir. A construir un mundo más digno para ti.

Por: Lina María López Jiménez.
Juanita: tienes siete años y ya me has enseñado más de lo que yo aprendí en toda una vida. Me has mostrado el poder de lo simple, la magia de un abrazo a tiempo, la belleza de mirar el mundo con ojos nuevos.
Tus preguntas desarman mis certezas, tus palabras me despiertan. Tu ternura me ha salvado más de una vez. Y tu risa… tu risa es la prueba más clara de que Dios existe.
No todo ha sido fácil. La vida, a veces, es dura. Pero tú lo haces todo más verdadero.
Crecerte ha sido crecerme. Verte ser, me obliga a ser también. A no rendirme, a sanar, a seguir. A construir un mundo más digno para ti.
Hoy cumples 7 años, y mientras soplas las velas, yo pido un deseo en silencio: que nunca dejes de ser tú. Que crezcas libre, valiente y luminosa. Que la vida no te apague, ni nadie te haga pequeña, que sigas siendo ese torbellino de preguntas, de risas, de ideas y de amor.
Mi hija, mi espejo, mi raíz y mi horizonte. A veces te miro en silencio, sin entender cómo tanta vida cabe en un cuerpo tan pequeño.
Sueña, Juanita. Sueña en grande, sueña libre.
No aceptes moldes ni techos.
La vida es tuya y tu historia no la escribe nadie más que tú.
Habrá días grises, sí. Pero acuérdate siempre de quién eres: una niña fuerte, sensible, brillante, amorosa; una niña sembrada en el amor y regada con palabras buenas.
Ojalá la vida nunca te quite eso que te hace única.
Ojalá el mundo te vea como yo te veo: con los ojos llenos de orgullo, el corazón lleno de esperanza y el alma agradecida por tenerte.
Cuando seas grande y leas esta carta, quiero que recuerdes esto:
Eres profundamente amada.
Fuiste soñada antes de nacer y elegida todos los días desde que llegaste a mi vida.
Por ti me levanto, por ti lucho, por ti respiro más hondo.
Y si algún día dudas de ti misma, vuelve a estas palabras: donde yo no llegue, que te lleve el amor inmenso con el que te sembré en esta vida.
Feliz cumpleaños, mi pequeña gran mujer.
Mi hija, mi alegría, mi fuerza.
Te amo con una intensidad que no cabe en el idioma.
Y en este amor que me une a ti, encuentro la fuerza para todo.
Con todo lo que soy,
Mamá.
Los editores de los blogs son los únicos responsables por las opiniones, contenidos, y en general por todas las entradas de información que deposite en el mismo. Elespectador.com no se hará responsable de ninguna acción legal producto de un mal uso de los espacios ofrecidos. Si considera que el editor de un blog está poniendo un contenido que represente un abuso, contáctenos.