Por: Laura M. Sánchez Dávila
Abres tus ojos ¿Qué colores ves?
¿Cuáles te gustan, cuáles te representan?
No está mal que sean los tonos oscuros. Cuando nos damos la oportunidad de percibir otros colores, está bien.
Puedes caer en un abismo, pensar que hay cosas que no tienen sentido, puedes sentir que retrocedes, que no tienes ganas, que los colores que te rodean son tonos oscuros, opacos, sin vida.
Pero no está mal. Están por alguna razón. Te pueden estar mostrando una realidad difícil de afrontar, una realidad que pesa, que entristece pero que también te impulsa a salir de ella, a levantarte, cuando la procesas y la comprendes.
Te levantas sin prisa, pero con determinación, con la frente en alto, sin lágrimas, con un brillo poderoso que te muestra el principio de unos tonos pastel que empiezan a llegar a tu vida, a rodearte, a renovarte.
No frenes esos colores, déjalos llegar, déjalos que habiten también en ti.
Deja que esa colorimetría te muestre otro camino, te enseñe y te haga feliz.
Aprende a vivir entre todos los colores: claros, oscuros, pasteles, intensos, pálidos; todos hacen parte de algún momento; enseñan; todos pasan y todos se quedan.
¿Has visto tu armario? ¿Qué colores te representan? Dale vida a tu vida, se fuerte. Se arcoíris, se resiliente, perseverante. Lo mejor de caer es levantarse.
Hay tantos colores que día a día vemos y a veces ni los notamos.
Al despertar en tu habitación ¿te gusta lo que ves, lo que te rodea?
Esos tonos pastel te pueden sorprender, iluminar, hacerte sentir bien.
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Adriana Patricia Giraldo Duarte
Las lloronas hablamos de todo lo que nos ocurre en la carrera de la vida: pasiones, amores, aprendizajes, sueños, dolores, esperanzas. Por eso este blog es un espacio para que rayes todo lo que escribes a solas. Se trata de descifrar ese femenino inagotable, sin culpas, sin adelantos, ni pretensiones diferentes a las de hallar el verdadero lugar de nuestro yo, a través de la escritura.
Es un ejercicio compartido que nos permite transformar la rabia en creatividad y la impaciencia en expresión, sin que tengamos que consolarnos o crear disculpas letales.
Envíame tu texto a
[email protected] para verlo publicado en Lloronas de Abril. Es hora de pensar en lo vistoso y sanador que pueden ser nuestros días, si dejamos atrás el falso consuelo que no nos pertenece. Revivamos este impulso. Hablemos como necesitamos hacerlo. Espero tu texto.