Liarte: diálogo sobre arte

Publicado el Lilian Contreras Fajardo

Wilson Díaz en Cali: el repertorio de su obra se expone en La Tertulia

Wilson Díaz es un artista contemporáneo colombiano quien, por medio de la apropiación y coleccionismo, aborda en su obra temas autobiográficos y asuntos de interés colectivo, social y político.

La primera vez que vi una obra de él fue en el libro “De lo que somos”, pues entre las 110 obras para acercarse al arte contemporáneo colombiano” que propone el autor (Diego Garzón) están “Fallas de origen” y “Rebeldes del sur”.

Luego, me acerqué a la obra del artista en mis clases de maestría; hace un par de años pude ver “Quimeras” en el 45 Salón Nacional de Artistas y este año vi “Baño en el cañito” y “Saltando matones” en la exposición “Ires y venires” del Banco de la República, una gran colección sobre el arte colombiano.

En general, con Wilson Díaz y otros artistas colombianos contemporáneos me ha tocado ver el proceso fragmentado. Es decir, una obra aquí, otra obra allá. Por eso, que el Museo La Tertulia de Cali presente la antología “Wilson Díaz. Gusto y conflicto, motivos para coleccionar” me parece la oportunidad perfecta para poder ver, en un mismo espacio, gran parte de su obra.

Sin embargo, como no estoy en Cali no lo puedo hacer todavía, pero espero hacerlo ya que la exposición que se inauguró el 25 de septiembre irá hasta febrero de 2022.

Pero no importa, pues tuve la oportunidad de acercarme a este proyecto gracias a la palabra hablada, la entrevista, tal como me sucedió con Sair García (quien expone su antología en Pereira). Sé que el arte es mejor apreciarlo en vivo, pero ante la imposibilidad de viajar, qué mejor herramienta que la conversación para conocer los detalles del trabajo artístico e investigativo.

En estos tiempos no hay que lamentarse, sino aprovechar las nuevas tecnologías y los nuevos medios y, gracias a éstos, pude hablar largo y tendido como Wilson Díaz y con María Sol Barón Pino y Camilo Ordoñez Robayo, quienes conforman el Equipo TransHisTor(ia).

Para contextualizar, comento que TransHisTor(ia) es un colectivo que desde 2008 desarrolla investigaciones, curadurías y publicaciones que enlazan las prácticas artísticas y la cultura visual. Ellos, desde hace 10 años trabajan con Wilson Díaz y como resultado está “Anotaciones artistadas e insistentes”, un libro que inicialmente iba a tener cinco capítulos, pero al que le quedaron pendiente dos: uno sobre el trabajo colectivo y colaborativo del artista, y otro sobre el rol de las colecciones en su trabajo.

Esa investigación de TransHisTor(ia) tuvo como objetivo “comprender la manera en que el campo del arte colombiano se transformó en torno a las prácticas artísticas contemporáneas teniendo como indicador la trayectoria de Wilson Díaz”, explican María Sol Barón Pino y Camilo Ordoñez Robayo.

Fue con ese parámetro que exhibieron en la Galería Santa Fe de Bogotá “Dos décadas vulnerables y visuales”, en 2014, el trabajo que el artista realizó en la década de los 90 y la primera década de 2000, periodo en el cual cambiaron las prácticas artísticas en Colombia, desde el trabajo que se producía en Bogotá.

Este 2021 TransHisTor(ia) presenta “Wilson Díaz. Gusto y conflicto, motivos para coleccionar”, una nueva versión de aquel trabajo expuesto en Bogotá. También es, por así decirlo, la continuación del libro “Anotaciones artistadas e insistentes”, pues la exposición que se presenta en Cali trata los temas de la colección, la capacidad de observación y sensibilidad para confiscar imágenes, agruparlas y producir sentido a partir de esas colecciones que ha ido desarrollando en sus diferentes etapas de trabajo.

Exposiciones fuera de Bogotá

Wilson Díaz nació en Pitalito, Huila; estudió en Bogotá y desde hace más de tres décadas trabaja activamente en el campo artístico de Cali pero, curiosamente, es la primera vez que esta ciudad expone el amplio repertorio de su obra que abarca la pintura, performance, fotografía, video, texto e instalación, entre otros.

Lo más lógico sería decir que “Wilson Díaz. Gusto y conflicto, motivos para coleccionar” debería estar exhibida en Bogotá, pero no. Me gusta mucho la idea de que el arte colombiano se descentralice y Cali tenga la oportunidad de tener esta antología y que Pereira exhiba Sair García. Así mismo, me encanta que en Bogotá podamos ver “Ires y venires” o “Imagen regional 9”, en las que se presenta el trabajo de artistas de todas las regiones.

Lo ideal sería que las exposiciones viajaran, pero también podemos disfrutarlas virtual y parcialmente. Por ejemplo, en el canal de YouTube de La Tertulia se puede ver el conversatorio inaugural con Wilson Díaz, María Sol Barón y Camilo Ordoñez.  En el sitio web del museo solo hay información escrita, pero seguro en el futuro se adaptarán a los nuevos lenguajes.  Aclaro que el texto es importante porque es el curatorial, es decir, en el que TransHisTor(ia) explica la obra de Wilson Díaz, la investigación que han adelantado con él y la selección que presentan este 2021.

He aprendido a despojarme de la idea de ver en vivo una obra para poder hablar de ella. ¿Por qué si se puede generar conversación desde la palabra hablada o escrita?

Es cierto que no puedo ir ahora mismo a ver “Wilson Díaz. Gusto y conflicto, motivos para coleccionar”, pero sí puedo entrevistar y escribir sobre lo que me parece importante para tener en cuenta como, por ejemplo, que esta muestra que está en Cali no es una retrospectiva, sino una antología, porque no se expone todo el trabajo del artista, sino algunos de los temas que ha trabajado.

El público puede ver, entonces, obras realizadas desde 1998 hasta 2021 que abordan temas como las colecciones o elaboradas a partir de los referentes del cómic y temáticas que se plantearon en los años 90 del siglo pasado, como la naturaleza, preguntas que se conectan con este momento también como las fumigaciones, las plantas de coca, la historia, el performance, al tema de la documentación (la realidad y la documentación), la representación, la pintura como asunto central, la práctica de la pintura.

Antología más que retrospectiva

Tanto Wilson Díaz como TransHisTor(ia) afirman que la narrativa de “Gusto y conflicto, motivos para coleccionar” supone un ejercicio curatorial de selección de obras sobre ciertos temas.

“Es más chévere la antología porque es una palabra que habla más de una selección y tiene esa similitud con otros lenguajes como el del cine o la música, literaria, discos con los mejores éxitos”, dice María Sol Barón, quien agrega que no pensaron tanto en exhibir “los éxitos de Wilson”, sino una serie de obras que se articulan entre sí.

Que esta antología llegue a Cali y se quede durante cinco meses en el Museo La Tertulia es “muy emocionante” porque, a pesar de ser la ciudad donde vive y trabaja como docente, artista y gestor cultural, no ha tenido la oportunidad de exponer tanto como quisiera.

Camilo Ordoñez agrega que es “importante que esto se muestre en Cali y que el Museo de Arte de Pereira reciba propuestas que, irónicamente no se hacen en Bogotá, porque es como una contraparte de ese centralismo y una apertura de las regiones que deja y facilita la circulación de proyectos que surgen desde Bogotá, pero que difícilmente se pueden mostrar en Bogotá. Lo último grande que se presentó de Wilson Díaz fue en el 2014”.

Igualmente, Ordoñez comenta que “Gusto y conflicto, motivos para coleccionar” reúne una gran cantidad de preguntas y problemas que son reiterativos en la sociedad colombiana. “A veces se dice que hay que reaccionar desde la coyuntura, y es la manera en que las prácticas artísticas y culturales han acompañado el paro… pero, un ejercicio antológico permite comprender el contexto más allá de la coyuntura”.

Desde los años 80 y hasta mediados de los 90 el artista trabajó las mitologías personales; mirándose a sí mismo reflexionaba sobre la identidad. Parte de ese trabajo se puede apreciar en La Tertulia, así como los temas que luego exploró, a finales de los 90, como el pensarse como grupo, sociedad y todo lo relacionado con el contexto colombiano, con los problemas históricos y sociales.

El espacio en el Museo La Tertulia

Al visitante se le da la bienvenida con dos obras que son muy importantes y que son muy semejantes porque una es la continuidad de la otra, “Retrospectiva” y “Acotación”, que proponen un ejercicio de narración y autorrepresentación sobre la propia trayectoria que hizo Wilson Díaz.

“Nos interesa que el público entre a una muestra panorámica y vea la obra de la obra del artista, y que camine la sala empiece a relacionar o identificar los hitos de las obras”, comenta María Sol Barón.

En otra sala, el público puede ver las obras del XXI, en las que se refleja el interés del artista por las disputas ideológicas, políticas, económicas en torno a la coca, el conflicto, mientras que en la mitad del recinto se ubican, como si fuera una bisagra entre los universos, están las obras que son de los 80 y 90, justo antes de entrar a la sala donde están expuestas las obras de las mitologías personales, el relato autobiográfico que también se cruza con elementos de la cultura popular, visual y de la historia del arte.

La obra que articula los dos momentos de la obra de Wilson Díaz es “Fallas de origen”, conocida como “La casita roja”, que articula muy bien esas mitologías personales, con una mirada social en torno a una iconografía que es súper reconocible para los colombianos.

“Esta obra (“Fallas de origen”) se expuso en 1997 en La Tertulia por primera vez. Un año después se vio en Bogotá y ahora se expone completa porque el visitante puede ver la estructura de la casita, el antejardín con las plantas de coca y también las camisetas que se regalaban en la versión original”, explica Wilson Díaz.

Realidad, el arte y el arte con la institución

Gusto y conflicto, motivos para coleccionar” llega a Cali el mismo año que la ciudad ha sido golpeada por los efectos de la pandemia o el paro nacional, situaciones que también han perjudicado la actividad artística que, en palabras de Díaz, ha encontrado vida en la calle.

Esto gestiona cuestionamientos “en relación con el museo y la institución del arte, así que es interesante, desde estos espacios, volver a reactivar la reflexión sobre el arte y ver la realidad desde ese lugar”, asegura. “La exposición también es un diálogo importante en relación con la historia y el devenir de país”, agrega.

Para TransHisTor(ia) la muestra también es importante porque hay mucha gente que conoce la obra de Wilson desde los libros o desde lo que se cuenta, desde el rumor, y enfrentarse a las obras y a esta reelaboración de obras es una oportunidad que no se debería dejar de aprovechar.

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