“En el ojo del huracán. Vanguardia en Ucrania, 1900-1930” es la exposición que hasta abril de 2023 presenta el museo español Thyssen-Bornemisza en sus instalaciones físicas de Madrid, y virtual.

Esta muestra no sólo es un recuerdo a las expresiones artísticas que se produjeron en Ucrania entre 1900 y 1930, también es un ejercicio que permite conocer las vanguardias de ese territorio al tiempo que se narra la diversidad artística y se salvaguarda el patrimonio de ese país al que Rusia le declaró la guerra, nuevamente, hace un año.

Eso quiere decir que en En el ojo del huracán. Vanguardia en Ucrania, 1900-1930se pueden apreciar obras del Museo Nacional de Arte de Ucrania y del Museo nacional de Teatro, Musical y Cinematográfico de Ucrania.

Y explican, además, que ese traslado de piezas es “el mayor transporte de arte legal que sale de un país devastado por la guerra hasta la fecha”, un dato no menor teniendo en cuenta que en cada guerra y conflicto el patrimonio cultural sufre importantes pérdidas.

Otro dato interesante es que los nombres de las ciudades están en ucraniano y no en ruso, por lo que se lee Kyiv en lugar de Kiev, y Járkiv en vez de Járkov. Las guías escritas y auditivas están en ucraniano, español e inglés, y los ciudadanos ucranianos tienen entrada gratuita a la exposición en el Thyssen-Bornemisza.

Confieso que de Ucrania no sé nada aparte de lo que veo esporádicamente en las noticias, así que al leer el texto de esta exposición los curadores me ubicaron en los primeros años del siglo XX, tiempo en el que sucedió de todo por la represión estalinista contra la intelectualidad ucraniana.

En esas décadas colapsaron los imperios, tuvo lugar la Primera Guerra Mundial, las revoluciones de 1917, la guerra de independencia de Ucrania (1917-1921), la posterior creación de la Ucrania soviética y el ‘Holodomor’, la hambruna que mató a millones de ucranianos y que en diciembre de 2022 fue reconocida por el Parlamento Europeo como genocidio.

Todo este contexto político y social motivó a escritores, directores de teatro y artistas plásticos para desarrollaran diferentes tendencias que van desde el arte figurativo hasta el futurismo o el constructivismo.

Los curadores sostienen que en estos años “el arte ucraniano vivió en esos años un verdadero renacimiento y un periodo de experimentación artística. En el ojo del huracán recupera este capítulo esencial pero poco conocido del arte de vanguardia occidental, reuniendo 69 obras entre las que se encuentran pinturas, dibujos, collages o diseños teatrales”.

“En el ojo del huracán. Vanguardia en Ucrania, 1900-1930” sigue un orden cronológico y está dividida en siete secciones: Cubofuturismo, Kultur Lige, Diseño teatral, Járkiv, Boichukistas, El Instituto de Arte de Kyiv y La última generación.

Como no sé nada de nada sobre estos temas, la visita virtual la comencé con el video ‘Tour de bienvenida’ en el que explican la importancia de estos artistas en el desarrollo del arte mientras que uno puede ver, aunque rápidamente, algunos detalles de textura, color y formas.

La ‘Visita libre’ ofrece la posibilidad de recorrer la exposición tal cual se hace en la planta física del Thyssen-Bornemisza. Adelantar, girar y acercar el foco para ver el máximo detalles es de las cosas que más me atraen de las exposiciones virtuales, además de poderlas ver y retomarlas cuantas veces uno quiera o pueda.

Como siempre, la lectura es fundamental, sobre todo de la línea de tiempo “Acontecimientos históricos en Ucrania”, ubicada al inicio de la sala. Es una clase histórica imperdible que sirve tanto para entender la exposición como los acontecimientos actuales.

Una vez ingresé a la sala opté por no leer mucho para no confundirme con los nombres. Decidí recorrerla y girar el cursor muchas veces para apreciar los colores, las figuras o los temas tratados en cada una de las secciones.

Como ha sucedido en otras partes del mundo, los artistas ucranianos fueron censurados y ejecutados. Muchas obras se perdieron porque las quemaron, pintaron sobre ellas o escondidas hasta que en 1950 y 1960 resurgió el interés por la vanguardia ucraniana y Occidente supo de esta.

Como siempre, el Thyssen-Bornemisza tiene unos recursos digitales de apoyo que no se pueden desperdiciar, como el pódcast o la lista de reproducción.

Luego de haber hecho mi tour virtual lamenté no haber escuchado primero el pódcast porque ahí me contaron que esta muestra, que empezó a gestionar desde antes el Museo de Arte de Ucrania, tomó fuerza a principios de 2021 cuando Rusia declaró la guerra a Ucrania.

Menos de medio año les tomó a los organizadores hacer real esta exposición que no tenía presupuesto, pero que tiene como premisa “sacar las obras cuanto antes del país (Ucrania)”. Trabajaron y la organizaron en una sala donde normalmente están las obras de la colección, es decir, las que siempre están a disposición del público.

Un dato impresionante fue escuchar los esfuerzos de los trabajadores del Museo de Arte de Ucrania y del Museo nacional de Teatro, Musical y Cinematográfico de Ucrania por cuidar las obras, en medio de la guerra, y asegurar su traslado a España.

En el epílogo (ubicado al final de la exposición), dicen los curadores, quieren con “En el ojo del huracán. Vanguardia en Ucrania, 1900-1930” presentar al público la vanguardia ucraniana poco conocida en Europa.

Creo que solo por este hecho vale la pena ver, leer o escuchar algo sobre esta exposición. ¿Cómo no darme la oportunidad de aprender de la vanguardia ucraniana mientras me enseña del pasado y dialoga con el presente?

Secciones por recorrer

  1.  Cubofuturismo: dedicado a jóvenes artistas ucranianos que combinaron elementos del cubismo francés y del futurismo italiano dando lugar a una versión autóctona, caracterizada por su dinamismo compositivo y la simplificación de las formas, y por un movimiento gradual hacia la abstracción y la abundancia de color heredada de las tradiciones folclóricas y el arte decorativo ucraniano. Alexandra Exter, los hermanos Davyd y Volodymyr Burliuk, Oleksandr Bohomazov, Wladimir Baranoff-Rossiné o Vadym Meller son algunos de los artistas representados en la sala.
  2.  Kultur Lige: asociación fundada en Kyiv en 1918 para promover el desarrollo de la cultura yidis contemporánea en todas sus facetas. Su sección de arte reunió a jóvenes artistas judíos de numerosas ciudades ucranianas que propugnaban una síntesis de la tradición artística judía y los logros de la vanguardia europea. Fue la organización más significativa de la vida cultural judía en la Ucrania de principios de los años 1920, pero dejó de existir a mediados de esa década bajo la creciente presión del régimen soviético. Marko Epshtein o Issakhar Ber Ryback son algunos representantes.
  3.  Diseño teatral: en las dos primeras décadas del siglo XX las principales ciudades ucranianas se convirtieron en centros de experimentación teatral, coexistiendo directores, dramaturgos y escenógrafos que revolucionaron el teatro: Les Kurbas, director teatral que introdujo un repertorio europeo moderno en sus producciones e incorporó como escenógrafos a los artistas más progresistas para explorar las intersecciones creativas entre los logros de Occidente, y Alexandra Exter, pionera en la traslación de los principios cubistas a la escenografía; en 1918 abrió en Kyiv un taller en el que ofrecía un curso específico de escenografía del que surgieron algunos de los diseñadores teatrales más aclamados de la siguiente generación.
  4.  Járkiv: tras la guerra de independencia (1917-1921), los bolcheviques derrotaron a las fuerzas nacionalistas ucranianas y fundaron La República Socialista Soviética de Ucrania, con Járkiv como capital. La ciudad, hasta entonces un centro provinciano, se transformó rápidamente en un refinado núcleo cultural y en trampolín para el ambicioso proyecto de crear una nueva identidad cultural que fuera a la vez ucraniana y soviética, reuniendo a los mejores escritores, académicos y artistas. Aquí se puede ver el trabajo de Vasyl Yermilov, Kazymyr Malevych y Borys Kosarev.
  5.  Boichukistas: Mykhailo Boichuk, originario de Halychyna, al oeste de Ucrania, fue uno de los que viajó a diversas capitales europeas para completar su formación. A finales de 1917 abrió un taller de pintura al fresco, al temple y de mosaicos en la recién fundada Academia de Arte de Ucrania, en Kyiv.
  6.  El Instituto de Arte de Kyiv: principal impulsor de las artes visuales en Ucrania en las décadas de 1920 y 1930 fue el Instituto de Arte de Kyiv, sucesor de la Academia de Arte de Ucrania, primera institución de enseñanza artística superior en el país, fundada al proclamarse su independencia en 1917. El cambio de nombre se produjo en 1924, para adecuarse al nuevo programa ideológico del régimen soviético y alinear sus métodos educativos a las tendencias artísticas del momento, como el diseño industrial.
  7.  La última generación: graduados en su mayor parte en el Instituto de Arte de Kyiv, la última generación de la vanguardia ucraniana estaba fascinada por los movimientos internacionales de la Nueva Objetividad y del Novecento italiano, pero su actividad se vio truncada por un cambio radical en el clima político. En 1932 se introdujo el realismo socialista como único estilo artístico oficial soviético, valorándose las cualidades propagandísticas del arte por encima de la experimentación vanguardista. En la sala se muestra la obra de Kostiantyn Yeleva, Semen Yoffe y Oleksandr Syrotenko.

[email protected] / @LiarteconArte

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