Hasta el 29 de agosto el artista Gabriel Zea expone “El sueño del unicornio” en 12:00 Galería de Bogotá. Por medio de collages y metáforas de animales (unicornios y gatos gordos) el artista propone una reflexión sobre personas y empresas que lideran y se benefician del actual sistema económico; y la relación de la gente con estos sistemas.

Los collages realizados a partir de imágenes generadas por inteligencia artificial, que fueron impresas en impresora de punto y en papel antiguo y reciclado, son las piezas principales de “El sueño del unicornio”, exposición que Gabriel Zea presenta en 12:00 Galería de Bogotá hasta el 29 de agosto de 2024.

Estos collages de gran formato, que recuerdan los tapices del Renacimiento, conversan con piezas más pequeñas, elaboradas también en papel reciclado, en las que se pueden ver dos series de dibujos que exploran el mundo de los billetes y las monedas.

Entrevista con Gabriel Zea sobre “El sueño del unicornio” y su papel e interés en la difusión y comunicación cultural.

Cuéntame de “El sueño del unicornio”. ¿En qué se trata la exposición?

G.Z. Esta exposición continúa con mis investigaciones alrededor de la economía que adelanto desde hace muchos años.

Está esa exposición está centrada en dos temas principales: el primero es intentar entender y jugar con unas metáforas que se han ido creando en los sistemas económicos para hacerlos más fácil de entender a las personas del común. Son unas metáforas que básicamente son animales, aunque representan a empresas y a personas dentro del sistema.

¿Y cuáles son esas metáforas?

G.Z. Uno es el unicornio y el otro son los gatos gordos. Los unicornios son empresas que han tenido una capitalización muy grande en las primeras rondas de financiamiento, y los gatos gordos son personas que tienen mucho dinero, personas que acumulan mucho capital y, pues… que son gordos y se dedican a descansar.

Hay todo un zoológico de estas metáforas, pero Con María Adelaida Samper, la curadora de la exposición, decidimos centrarnos en estos dos animales porque tienen relación: los unicornios, principalmente, casi siempre son startups, empresas dedicadas como al mundo digital y; por otro lado, los gatos tienen que ver bastante con internet, ¿no?

¿Cómo materializas toda esta investigación en “El sueño del unicornio”?

G.Z. Las piezas son bidimensionales. Básicamente uso el collage, que es una técnica que he venido utilizando durante mucho tiempo, pero sobre todo desde mi exposición anterior que fue el año pasado en Otro Espacio, en la que utilicé collages realizados con papeles de contabilidad y papeles viejos que han sido impresos en impresora de punto.

A partir de esos experimentos construí estas nuevas piezas en las que cada fragmento del collage, cada imagen es generada por inteligencia artificial que después edito e imprimo en impresoras de punto; y con estas imágenes construyo los collages finales.

Me parece curioso que tu investigación es muy actual, la materializas en formatos artísticos muy clásicos…

G.Z. Sí, es algo que justamente estamos intentando entender con María Adelaida Samper, nos hemos preguntado mucho sobre eso. En el proceso de realización hay unas estrategias de corte surrealista o Dadá como el collage. Sí hay algo técnico que va hacia atrás en la historia, pero que tiene unos contrapuntos con temas muy de ahora, muy actuales.

Como las figuras generadas con inteligencia artificial…

G.Z. Exacto, son formas de hacer muy, muy tradicionales en la historia del arte, pero con cosas como muy del momento, tal vez tiene que ver con los tiempos de las piezas. Es decir, los papeles que utilizo vienen del reciclaje, entonces son papeles que tal vez el más nuevo podrá tener, no sé, 20 años, una cosa así… Son papeles que ya no se utilizan, que no están en circulación, que no se producen.

Por otro lado, está el sistema de impresión que, podemos decir, es arcaico, que ya no es masivo o cotidiano.

Todo esto mira hacia atrás, pero la fuente de las imágenes y la investigación es muy del momento y ese tránsito de tiempos les da una característica muy especial a las imágenes porque las texturas de los papeles son especiales, no son comunes actualmente, porque no es el papel cotidiano.  

¿Y esa textura especial la ve o percibe el espectador?

G.Z. Sí se alcanza a notar. Hay cosas ahí que uno no reconoce en el papel, además que no son papeles tradicionales en la práctica artística (no tienen gran contenido de algodón), entonces sí hay algo que uno nota diferente.   

Aparte de los unicornios y los gatos gordos, ¿qué otras piezas hay en “El sueño del unicornio”?

G.Z. Hay unas obras que son un complemento que sentía que debía tener. Los collages hablan del sistema grande que a la gente le toca relacionarse sí o sí, como las aplicaciones o inclusive el WhatsApp, que en su momento fue un unicornio y es un tema bien abstracto.

También presento, entonces, unas piezas con otros aspectos del sistema económico con el que nos relacionamos todo el tiempo; que son dos series de dibujos en papel: uno explora el mundo de los billetes y el otro las monedas.

La serie de los billetes son dibujos de patrones guilloché que se diseñaron, inicialmente, como patrones de seguridad en billetes y documentos, los cuales eran muy difíciles de producir al final del siglo XIX y principios del siglo XX; pero hoy en día son muy fáciles de producir, entonces no son tan seguros. Este patrón se sigue utilizando, pero más como cuestión decorativa.

Por otra parte, la serie de monedas son unos frottage (cuando se frota un lápiz sobre una hoja puesta sobre un objeto) realizados a partir de fragmentos de monedas que crean patrones que se van extendiendo de diferentes maneras en las hojas.

¿Tu práctica artística, cómo está con la difusión cultural, ya que eres muy juicioso con la producción podcasts?

Me interesan muchísimo las comunicaciones en las artes porque tenemos una falta de público muy grande y muchas veces las exposiciones terminan siendo para los amigos o el grupo muy cercano de personas que conoce la actividad artística y, pues, claramente eso un problema que tiene varias repercusiones, pero, sobre todo, es que hay mucha energía y es el trabajo de una gran red de personas (que va más allá del artista) y al final es complicadísimo que la vean 50 o 100 personas.  

Por otro lado, en la ciudad hay mucha oferta de eventos de artes contemporáneas de muy buena calidad que el público se está perdiendo porque no sabe o porque le interesa.

Entonces, me interesa como ayudar un poco a difundir lo que está pasando en la escena local y por eso creé el pódcast Interviús y más recientemente Extra, que son cápsulas sobre exposiciones del mes.

Aparte de la difusión, también hay una cuestión de registro histórico que me parece importante porque, muchas veces, estamos tan enfocados en la producción o la exposición que se olvida registrar y con el paso del tiempo nos damos cuenta de que no hay archivo de los eventos artísticos que se realizaron; y eso es un problema.

A veces el ritmo es tan fuerte que el registro nunca sucede por varias razones, así que es una tarea más por hacer, pero no es tan fácil porque en este medio artístico algo se queda sin hacer y, generalmente, es el registro.

Por eso me interesa generar el registro de lo que sucede en el medio, por si algún día alguien lo necesita.

[email protected] – @LiarteconArte 

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