La diversidad del ser humano vista desde una casa de vidrio es la propuesta, del médico y etnólogo francés Paul Rivet, que el Museo Nacional plantea en una exposición que se puede apreciar hasta febrero de 2022.
La casa de vidrio, que es muy diferente a la cajita de cristal en donde nos encerramos cuando no queremos ver nuestro alrededor, nos permite observar, mirar, detallar y “entender que lo diferente no es peligroso y que la diversidad humana es un tesoro que debe protegerse”.
Así mismo, la casa de vidrio ofrece la posibilidad de que otros nos observen porque… tal vez… los diferentes somos nosotros.
Pero ¿Qué es la diferencia y qué es la diversidad?
Para dar respuesta, las curadoras de la exposición “Casas de vidrio: Paul Rivet y la diversidad humana” (Jimena Perry Posada y Mayra Juliana Hernández Guzmán) recurren al legado del trabajo de Paul Rivet y recuerdan que con la promulgación de la declaración universal sobre la Diversidad Cultural de la Unesco en 2001 se logró un reconocimiento significativo de las distintas formas en que los pueblos habitan el planeta.
Durante el recorrido se presenta a Paul Rivet, quien dedicó la mayor parte de su vida a estudiar, entender y preservar dichas diferencias, y que en su tránsito de tres años por Colombia ayudó a fundar el Instituto Etnológico Nacional (IEN), que luego dio origen al Instituto Colombiano de Antropología, el actual Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH).
Con ese contexto, la muestra se divide en cuatro espacios que recuperan el trabajo intelectual, político, académico y cultural del francés, y el contexto histórico. En ese sentido, “Casas de vidrio: Paul Rivet y la diversidad humana” es una clase de historia y de arte porque se ubica en los años en los que el fascismo nació y se extendió por Europa reforzando la hegemonía occidental que desde hacía siglos estaba vigente.
Dicho pensamiento occidental continuó con el despojo del reconocimiento del otro, haciendo de la diferencia y la diversidad algo excéntrico y vulgar.
Justo en esta parte de la exposición, un cubo de color rojo intenso le permite al espectador hacerse una idea de la París que en sus muros soportaba los avisos de los ocupantes alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. En este espacio también se puede leer el poema “Si” de Rudyard Kipling, quien en 1910 lo publicó y dedicó a su hijo, y trata sobre las dificultades de la existencia y la exigencia moral del hombre en la sociedad.
“Al hacer un recorrido por su vida, entendemos la dimensión de su proyecto político y vemos cómo sus preocupaciones siguen siendo materia de investigación y reflexión”, señalan las curadoras de esta muestra.
“Casas de vidrio: Paul Rivet y la diversidad humana” se sitúa en la Colombia contemporánea y presenta al visitante artículos y arte característico de diversas comunidades indígenas, así como narrativas propuestas por la comunidad LGTBIQ+.
En estos espacios hay colgadas fotos de representantes de dichas comunidades, pero también hay espejos para que el espectador se mire y se situé junto a estos personajes, dando pie, una vez más, a que la casa de vidrio cumpla su propósito de observar y ser observado con el fin de entender y respetar la diferencia.
En “Casas de vidrio: Paul Rivet y la diversidad humana” se exhiben 270 objetos entre máscaras, libros, acuarelas, ilustraciones, modelados en cerámica, grabados, fotografías de la expedición de Paul Rivet, una serigrafía de Débora Arango, un políptico de quince fotografías, una corona de plumas, un bastón de mando, figuras de animales tallados en madera y un pañuelo tejido, todos estos últimos objetos elaborados por comunidades indígenas de Colombia.
De todo esto, lo que más me gustó fueron los muros que reciben y despiden al espectador: el muro de máscaras y el muro de la diversidad. Al observarlos, no pude dejar de ubicarme en mi día a día y pensar qué tan racista soy, qué tan receptiva soy con los migrantes o las problemáticas sociales.
Al finalizar el recorrido, una mediadora del Museo Nacional me preguntó qué sería aquello que yo pusiera en el muro de la diversidad, qué es eso que me representa y que me gustaría exhibir. No tuve respuesta y no la tengo todavía porque siempre he pensado la diversidad y la aceptación desde el punto de vista del otro, no de mí misma.
Los cuatro espacios de la exposición
1.Explicar lo diferente: qué es la diversidad humana muestra cómo los recorridos, las expediciones por distintos lugares del mundo y el trabajo realizado durante los siglos XIX y XX por varios viajeros, investigadores, mujeres y hombres, entre los que se encuentra Rivet, permitieron reconocer y valorar diferentes maneras de pensar y existir en el mundo, con lo cual se transformaron los imaginarios existentes en Occidente sobre la humanidad y su diversidad.
2.Razas y racismo: el proyecto político de Paul Rivet narra la manera como diferentes creencias políticas, religiosas y culturales hacen que algunos grupos humanos consideren que la diversidad es peligrosa y, sobre la base de este prejuicio, desestimen, minimicen y violenten la existencia de otros hombres y mujeres. Por medio de su trabajo, Rivet se opuso a estos restringidos puntos de vista racistas que hicieron parte de las agendas políticas de algunos Gobiernos durante el siglo XX.
3.Museos, resistencia y academia: cuenta cómo Rivet, a lo largo de su vida, fue profesor y estuvo muy relacionado con diferentes museos. Así, su legado más importante fue la creación del Museo del Hombre en París, el cual, a diferencia de los museos tradicionales de ese momento, sirvió para exhibir las formas de vida de los pueblos no occidentales. Dicha institución se concibió como un lugar dirigido a la formación de investigadores y como centro de acción política contra los Gobiernos autoritarios y racistas.
4.Diversidad reconocida: presenta cómo, gracias al trabajo de Rivet y otros científicos sociales, hoy entendemos la importancia de defender y preservar la diversidad humana. El alcance del pensamiento del etnólogo francés se refleja en la creación y consolidación del ICANH, pero además, en virtud de su influencia, el concepto de diversidad se ha reafirmado en hitos como la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural promulgada por la Unesco y la Constitución Política de Colombia de 1991, hechos clave a partir de los cuales se defiende no solo la riqueza étnica y cultural, entre otras formas de diversidad presentes en Colombia, sino su trascendencia para impulsar el desarrollo democrático de la nación.
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