La película “Tipos de gentileza” me pone a pensar, una y otra vez, sobre lo que estamos dispuestos los seres humanos a hacer con tal de agradar a los demás o de tener el afecto de alguien.
La película “Tipos de gentileza” me pone a pensar, una y otra vez, sobre lo que estamos dispuestos los seres humanos a hacer con tal de agradar a los demás o de tener el afecto de alguien.
Me gustan las películas dramáticas que reflexionan sobre la naturaleza humana. Me gustan las historias que presentan al ser humano en sus tonalidades de grises y por eso me gustó “Tipos de gentileza”, la nueva colaboración, tras “Pobres criaturas”, del director griego Yorgos Lanthimos y la actriz Emma Stone.
“Tipos de gentileza”, que por estos días se puede ver en algunos cines de Colombia, es una historia grotesca, en muchos sentidos, cuya narrativa explora temáticas como el poder, el control, el libre albedrío y la dinámica de las relaciones humanas.
A veces pienso que “Tipos de gentileza” es una de esas historias que se basan en el “confunde y reinarás”; no veo porqué enredar algo cuando se puede contar de forma más simple… pero siempre es bueno tener la opción de ver diferentes puntos de vista.
Más allá de lo grotesco, rescato de este filme la capacidad que tuvo para hacerme pensar, una y otra vez, sobre lo que estamos dispuestos los seres humanos a hacer con tal de agradar a los demás o de tener el afecto de alguien.
“Tipos de gentileza” reúne tres historias diferentes, cada una independiente de la otra en cuanto a historia, pero interpretadas por los mismos actores (Emma Stone, Jesse Plemons, Willem Dafoe, Margaret Qualley, Hong Chau, Joe Alwyn, Mamoudou Athie y Hunter Schafer); quienes cambian de rol en cada historia.
Las tres historias son:
“Empezamos con una historia sola, pero a medida que la íbamos trabajando, pensamos que sería interesante hacer una película con una estructura diferente a las que habíamos hecho antes”, explica Yorgos Lanthimos y continúa: “Cuando identificamos las historias subsiguientes, quisimos mantener un hilo temático, para que todo quedara dentro de un mismo marco general”.
Y mientras la historia fue mutando, los temas se fueron reforzando: la autoridad y la forma en que fluctúa el libre albedrío, junto con la lucha entre la libertad de elección y la libertad de no elección.
“Me encantó el guion y cómo se desarrolló en un tríptico. Las historias se entrelazan de una manera que no es necesariamente clara, pero cada una capitaliza sobre la anterior. Las posibilidades me parecieron muy emocionantes”, afirma Emma Stone.
Armar una película con tres historias diferentes tuvo sus desafíos, especialmente con las limitaciones de tiempo, pero era algo que a Lanthimos le entusiasmaba explorar.
Así mismo, apostó porque los mismos actores y actrices interpretaran los personajes en cada relato para generar una sensación de familiaridad en la audiencia. “Son historias y personajes muy diferentes, así que eso en sí mismo hace que destaquen. Más que nada, se trataba de que los actores cambiasen de ritmo y de energía. Que el mismo actor interprete otro personaje en la historia que sigue añade una sensación de continuidad a nivel inconsciente”, afirma el director.
Emma Stone se apoyó en el hilo conductor que encontró entre los tres personajes que interpreta: Rita, Liz y Emily. “Los personajes son totalmente diferentes en muchos sentidos, pero el hilo conductor que encontré es este equilibrio entre querer ser amado, aceptado y controlado, y también querer ser libre y estar en control de uno mismo, pero luego perder el amor por ese motivo”, concluye la actriz.
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