El cine vuelve a ser protagonista de este blog, pues en esta ocasión quiero hablar de “Salvador”, película colombiana que desde el 17 de noviembre se puede ver en cines de Bogotá, Cali, Medellín y Manizales.
Esta historia dirigida por César Heredia Cruz sigue a Salvador (Héctor García «Pecas») e Isabel (Fabiana Medina), un sastre que trabaja en el centro de Bogotá, y la ascensorista del edificio donde él trabaja.
La película es ambientada en 1985 y desarrolla el romance entre Isabel y Salvador, aunque entre conversación y conversación el espectador se entera de la situación política del país, desde la inseguridad en las calles hasta el miedo y la incertidumbre que rodea todo lo relacionado con la guerrilla y las investigaciones oficiales.
Los días que viven Isabel y Salvador son los previos a la toma del Palacio de Justicia, pero no se centra en eso. Archivos de radio y televisión, así como escenas entre conversaciones entre supuestos infiltrados permiten que uno se pueda transportar en el tiempo o conocer sutilmente lo que la gente común y corriente vivió en ese tiempo. Por lo menos, se parece mucho a las historias de mi familia y tal vez por eso conecté tanto con el filme.
Ese, para mí, es un punto a favor de “Salvador”, pues no es totalmente política ni histórica, ni mucho menos un documental; es una ficción que a través de dos personajes sencillos que intentan enamorarse trata de hacer memoria sobre este acontecimiento que sucedió hace 37 años y del que, cada año, se leen muchos trabajos periodísticos sobre lo que sucedió, lo que debería haber pasado, sobre el papel del Gobierno y la guerrilla, sobre las víctimas, los medios… pero poco sobre los ciudadanos.
De “Salvador” también me gusta mucho el guiño hacia los oficios de la sastrería y ascensorista, dos trabajos que comparten el objetivo de hacer sentir a la gente y facilitar su vida.
“Salvador” nace de los recuerdos del director César Heredia, a los de su familia que vivía a 20 cuadras del Palacio de Justicia, y es también un homenaje a su abuelo, quien tuvo una sastrería a tres calles de la Plaza de Bolívar.
P.D. Si quieres saber más sobre el caso del Palacio de Justicia te recomiendo visitar o leer sobre la exposición “Huellas de desaparición. Los casos de Urabá, Palacio de Justicia y Territorio Nukak”.