Polifonía visual” es la exposición que desde este 13 de abril se puede ver en la Galería Duque Arango de Medellín.

Esta muestra de Javier Caraballo es presentada como una “protesta infantil” con el fin de “crear conciencia social”, pues el artista expone reproducciones de obras maestras realizadas por artistas consagrados que son intervenidas por niños.

Es decir, piezas de Andy Warhol, Fernando Botero o Jean-Michel Basquiat, calificadas como obras maestras por los historiadores del arte, son reinterpretadas por niños gracias a un “proceso de investigación-creación” que Caraballo realizó con menores de edad en poblaciones menos favorecidas.

“Por medio de estos dibujos y pinturas que los niños hacían, encontré mensajes implícitos de una problemática social que nos rodea a todos, la falta de oportunidades, la violencia, el maltrato infantil y ver que estos infantes por medio de estos trazos “ingenuos” dan un mensaje de un contexto que los rodea, para mí como artista es un compromiso social hacer ver esta forma de comunicar de la población infantil”, dice el artista.

Para muchos este trabajo puede ser una falta de respeto o un despropósito, pero el curador, historiador y crítico Eduardo Serrano explica que “las obras de gran formato de Javier Caraballo, que reproducen muchas de las pinturas más admiradas de la historia pueden, en un primer momento, parecer un sacrilegio. Pero si se tiene en cuenta que Caraballo no toca los originales, simplemente los duplica, y que lo hace con evidente respeto y admiración, más que un atentado representa un homenaje”.

Así que, usando el recurso de la apropiación, Javier Caraballo realiza un trabajo con la clara intención de producir emoción y despertar sentimientos y recuerdos cálidos en el observador.

“Se trata simplemente de recurrir a ellas para hacer diferentes propuestas, para recontextualizarlas y convertirlas en parte de una nueva forma de expresión”, agrega Serrano.

Según la Galería Duque Arango, Caraballo presenta al mismo tiempo tres atmósferas distintas en sus pinturas: la primera hace referencia a la historia del arte y al virtuosismo con el que fueron realizadas las reconocidas obras; la segunda comprende las simplificaciones típicas del dibujo infantil en las que  hay ausencia de estrictas reglas técnicas, de perspectiva y de volúmenes; y la tercera y más importante: establece el universo creativo y de pensamiento del artista, que no solo invita al espectador a sumergirse en sus obras, sino también a recuperar desde la experiencia tranquila y contemplativa, la manera fantástica, vivaz, curiosa y honrada de interpretar el mundo y la vida propios de la corta edad.

“En esta serie trato de idealizar a los niños que se vean con oportunidades creando un discurso entre una obra existente yuxtapuesta con el dibujo de un niño y una niña, donde un acto ingenuo de travesura rayando o interviniendo con estos trazos infantiles las grandes obras maestras para comunicar y hacer conciencia como un acto de protesta de la población infantil”, concluye Javier Caraballo.

Compuesta por 33 obras, “Polifonía visual” se puede ver hasta el 31 de mayo en Medellín.

[email protected] / @LiarteconArte

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