Tener la oportunidad de trabajar en el equipo de comunicaciones de la Feria del Millón Medellín ha sido una oportunidad maravillosa para conocer el interior de este evento que le apuesta al artista y el arte emergente.
Por emergente, hay que decir, no hay que entender que se trate de un recién graduado o principiante. El término se refiere a ese artista que, sin importar la edad, está consolidando su carrera y que no tiene representación de un galerista, la figura tradicional en el mercado del arte, por lo que exhibir y vender su trabajo no es tan fácil.
Con ese contexto, entonces, hay que decir que la Feria del Millón pretende normalizar que en Colombia es posible vivir del arte (sobre todo del contemporáneo) y que para comprar una obra no necesariamente hay que tener la cuenta bancaria llena.
Para muchos, el arte contemporáneo es la obra que se produce en esta época, pero para otros se refiere a aquellas piezas que se valen del concepto para la creación, aquellas que por sí solas sin difíciles de leer y entender. Esa es una de las grandes dificultades del arte contemporáneo y para cerrar la brecha entre artista y espectador, la Feria del Millón propone que cada creador sea el que le explique a la gente su proceso. Esto, a la final, se traduce en gusto, en conexión, y en compra y venta.
Pero, más allá de la posibilidad de compra, lo que más me gusta de la Feria del Millón es la conversación coloquial. Poder hablar con un artista sobre qué lo motiva a capturar una foto, realizar una escultura o una pintura me parece simplemente encantador. ¿Cuántas veces podemos hablar de eso con un músico o un cineasta, por ejemplo?
De esta feria también me gusta que no hay que ser experto ni pretencioso para recorrerla. Este 2021 que he tenido la oportunidad de caminar muchos museos y visitar muchas exposiciones he guardado en mi mente diversos nombres que me encuentro por aquí y por allá. De algunos recuerdo su obra, de otros su nombre… y así, poco a poco, he logrado conocer a estos artistas que hoy pueden gozar de los beneficios de la descentralización del arte en Colombia.
En mi blog de la semana pasada comenté que cuando empecé @LiarteconArte mi objetivo era enfocarme en las artes plásticas y visuales, dejando por fuera el audiovisual, que es una de mis pasiones; y fue la Feria del Millón el evento que me permitió abrazar la diversidad cultural, pues al poder estar de cerca organizando el catálogo de artistas comprendí que el arte mismo es diverso.
Me queda difícil hacer un top sobre los participantes de la Feria del Millón Medellín porque de algunos admiro su valentía, de otros admiro que se salen de las propuestas tradicionales, a unos les compraría obra para exhibirla en mi apartamento, a otros les compraría el concepto de la pieza.
Y es esa diversidad la que ha calado en mi espíritu en las últimas semanas. Me sorprende que tanto que hablo de diversidad y a pesar de que leo mucho al respecto, estaba cerrada sobre lo que significa el concepto.
Si por casualidad estás en Medellín entre el 2 y el 4 de diciembre, mi invitación es para que pases por Palermo Cultural y te des la posibilidad de ver y apreciar las muchas expresiones artísticas contemporáneas colombianas. (Este es el catálogo de artistas y sus obras).
Fotografía de paisaje, fotografía social, esculturas, proyectos sobre memoria histórica pero también sobre recuerdos personales, arte sobre naturaleza, dibujos o pintura que rememoran lo que la gentrificación y la globalización ha enterrado, o expresiones sobre el cuerpo son algunas de las propuestas que más de 40 artistas exhiben en Medellín.
¿Qué compraría yo? Varias obras. Por un valor de un millón de pesos compraría los trabajos de los artistas que me gustan. Hasta este momento, mi gusto por la compra está ligado al arte mismo de exhibirlo en mi casa, no para venderlo en un futuro, así que no me fijo mucho en el futuro prometedor que tendrán algunos según el trabajo que han presentado en galerías o museos.
La Feria del Millón, a diferencia de la mayoría de las exposiciones o muestras artísticas, ofrece diversidad del arte contemporáneo colombiano y para mí esa es la experiencia más valiosa, entender desde otro punto de vista y otro oficio que todos somos diferentes, que se puede reflexionar de distinta forma de un mismo tema y que todo es mejor si se da la oportunidad del diálogo.
¡Salud por la diversidad!