He aprendido a disfrutar los borondos virtuales por los museos. A veces, cuando miro Instagram, me entero de exposiciones que luego busco en la red, o a veces me pregunto ¿qué estará exhibiendo este museo?
En estos días navegué por el sitio web del Museo Van Gogh para ver qué tanto podía ver de “The Potato Eaters”, que presencialmente se puede ver hasta el 13 de febrero.
Afortunadamente, esta muestra cuenta con un gran soporte digital. La conversación la inician con la pregunta ¿error u obra maestra? y fue que casi que inevitable darle clic porque, además, me encontré con los rostros de personas pintados con colores muy oscuros, muy diferente a las obras que generalmente se conocen de Vincent Van Gogh.
Al bajar el cursor, poco a poco ingresé a una clase magistral de arte, pues con palabras sencillas explican la importancia de esta obra finalizada en 1885 y porqué el artista la consideraba su obra maestra, a pesar de las críticas.
En este óleo sobre lienzo de 82 cm x 114 cm Van Gogh retrató a sus amigos De Groot. Una foto de la obra se puede descargar y ver detalladamente en el celular, el computador o hasta en el televisor. Yo la bajé a mi computador y a medida que iba leyendo veía la imagen para entender la explicación de los curadores, que Van Gohg retrató así a los personajes para dar a entender que con trabajo duro y honesto la familia De Groot se ganaba el alimento.
La experiencia la complementé con un video en donde describen el cuadro desglosando los personajes, las figuras, el color, la pincelada, los objetos como ventanas y puertas y, sobre todo, la textura de las manos de los personajes.
Esta información también se presenta en texto y fotos, para apreciar mejor los detalles, en la sección “Seis datos que necesita saber de The Potato Eaters”. El dato número uno es que en realidad la pintura no es tan oscura y que Van Gogh se demoró mucho para encontrar los tonos perfectos, el segundo cuenta la relación del artista con la familia De Groot y además desglosa a los miembros y los ubica en el cuadro.
La tercera cosa interesante es que Van Gogh pintó otras versiones del cuadro “The Potato Eaters”, la cuarta está relacionada con la hora de la comida (7 de la noche), la quinta es porqué esta obra fue considerada un fracaso y la sexta es que el pintor quería hacer una nueva versión.
Un aspecto que me llamó mucho la atención y no lo he visto en otras exposiciones virtuales es la detallada ficha técnica a la que se tiene acceso. Más allá de leer el formato o las dimensiones, el Museo Van Gogh presenta el historial de la obra desde que el pintor se la envió a su hermano Theo hasta que llegó a las manos de su sobrino y a la Fundación Van Gogh. También se puede ver el historial de las exposiciones donde se ha exhibido y la literatura que ha inspirado.
Luego de varias horas navegando “The Potato Eaters”, la experiencia la finalicé con la visita a cuadros relacionados con el tema y un video con el tour de la exposición. Antes veía primero el video, luego leía y luego volvía a ver el video, pero tras el recorrido por “La máquina Magritte”, aprendí que primero dedico tiempo a la lectura y luego al video.
Lógicamente, caminar presencialmente la exposición debe ser la locura, pero la experiencia virtual no está nada mal. Tal vez, lo único que lamento de no poder ir al lugar físico es no poder disfrutar la reconstrucción a tamaño real de la cabaña de la familia De Groot y tomarme una foto. Pero no me quejo porque el tour virtual me hizo gozar una gran noche.
Toda esta experiencia online es gratuita, pero el Museo Van Gogh también cuenta con un catálogo y una guía que se puede adquirir por casi 18 euros. Y quienes quieren saber más del proceso de pintura, luz o color, hay un micrositio dedicado a estos temas.
Sin duda alguna, para los estudiosos o amantes de Van Gogh es un gran regalo, así como para quienes se acercan a su obra por primera vez. Y si alguien quiere pintar como él, pues el museo también enseña.
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