La tortuga y el patonejo

Publicado el Javier García Salcedo

Petro y el agro: verdades y mentiras

La clara ventaja intelectual y el arraigo popular que en este periodo electoral favorecen a Petro ha propiciado que algunes de sus opositores, les más provenientes de la derecha o de la ultra-derecha, saquen a relucir su deshonestidad intelectual o su ignorancia a la hora de intentar desacreditar las propuestas del candidato de izquierda.

Poco diré acerca de las acusaciones de “incoherente” que periodistas como Diana Calderón le achacan a Petro por su decisión de usar zapatos Ferragamo. (Vea aquí.) Es obvio que lo costoso o poco costoso de sus atavíos no califica ni descalifica a nadie para gobernar a un país.

La reacción de Hassan Nassar, en cambio, me parece merecer mayor atención. Comentando la política agraria promovida por Petro, el periodista reaccionó en Twitter diciendo: ““Invitación a vender”. Te invito a entregarme tu patrimonio el que trabajaste [sic], compraste, heredaste de tu familia, a que yo se lo entregue a quienes no tienen y así repartimos tu riqueza y la volvemos miseria colectiva. Ese populismo se vende como pan caliente en la plaza pública.” (Vea el tweet aquí.)

Observen la reiteración del verbo “entregar”. La elección del verbo es mala; peca de vaguedad y es un factor de confusión. En más de una ocasión, Petro ha insistido en que su propuesta agraria contempla la posibilidad de tasar las tierras improductivas, que, de acuerdo con cifras del PNUD, representan más del 75% de las tierras fértiles de Colombia (vea aquí y aquí). Esta medida busca fomentar el desarrollo de proyectos agro-industriales en zonas aprovechables donde hoy la producción agrícola es nula o casi nula. La lógica subyacente es clara: si tienes tierras improductivas, o bien inviertes y generas trabajo y capital, o bien pagas un fuerte impuesto a la nación, o bien vendes esas tierras a alguien que quiera y pueda hacer algo útil con ellas. ¿De veras no pudo encontrar Nassar una mejor manera de describir este mecanismo que mediante el flojo concepto de entrega? En realidad, nunca se entrega nada en el proceso recién descrito; en el peor de los casos, se cambia.

Noten, asimismo, que Nassar elude olímpicamente mencionar la magnitud de la improductividad y de la concentración de la propiedad agraria en Colombia. Gracias a esta omisión el periodista busca presentar la propuesta fiscal de Petro como un ataque al derecho de propiedad, y no como lo que es, un ataque a cierto tipo nocivo de monopolio. Existen documentos públicos, serios y recientes que el señor Nassar podría consultar (vea aquí, por ejemplo) y que muestran que el coeficiente Gini para la tenencia de la tierra en Colombia es de 0.897. (El coeficiente varía entre 0 y 1: 0 indica nula desigualdad, y 1 total desigualdad en el acceso a la propiedad de la tierra). Esta excesiva concentración de la propiedad agraria, aunada a las altas tasas de desaprovechamiento de la tierra, no sólo es deplorable por los efectos sociales nefastos ligados al microfundismo, sino que, desde un punto de vista meramente económico, es lesiva para el crecimiento de Colombia. Expertes han estimado que un aumento de tan sólo un 1% en el aprovechamiento de la tierra incrementaría entre un 0.45% y un 0.49% el PIB agrícola de nuestros departamentos. (Vea aquí.)

Así pues, y pese a lo que parecería creer Nassar, el fenómeno de la propiedad agraria en Colombia está menos asociado con procesos de generación de riqueza que con el despilfarro de recursos y la generación de pobreza, rezago y desigualdad. La amalgama que Nassar hace en su tweet entre propiedad y riqueza, y el dilema que plantea entre patrimonio privado y despilfarro estatal, son, cuando menos, cuestionables—y cuando más, inexistentes.

Sin quizá darse cuenta, Nassar hace gala en su tweet de ese mismo populismo con el que pretende descalificar a Petro. Su ánimo no es el de presentar objeciones serias a una propuesta de campaña, es el de promover asociaciones inflamatorias, fáciles e infundadas entre les votantes. Desafortunadamente, el de Nassar no es un caso aislado. Es una pena que ciertas personas, cuya profesión en principio les ata a un comportamiento honorable con respecto a la verdad, utilicen su alta exposición pública para servir de agitadores y tergiversadores, en un momento en el que deberían estar considerando las enmiendas que una Colombia en paz requiere para enfrentar los retos planteados por una economía global en plena transición digital, un planeta al borde del colapso y una arena política conmovida por el auge del autoritarismo.

@patonejotortuga

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