Varios años después, en frente del montón de cosas que están pasando en mi vida, me recuerdo de aquel día remoto que unos amigos me llevaron a conocer la tierra nobel. Aracataca era entonces un pueblo perdido en la memoria colectiva de la humanidad, construido a la orilla de unos ferrocarriles enormes como rastros de una pareja de caracoles prehistóricos. Mi llegada aquí era tan reciente y para el pueblo yo carecía de nombre, para mencionarme había que señalarme con el dedo y gritar ‘gringo!’.
Así comenzó mi vida Cataquera. Apenas estaban construyendo la nueva casa del Nobel y yo comía sancochos de mondongo al lado del puente de los varados. A través de varios amigos en el pueblo y la biblioteca municipal que tenía casi toda la obra maestra en mi idioma natal ‘neerlandés’ me di cuenta que Macondo no era un pueblo imaginario nacido en una mamadera de gallo magistral, pero que su base fue la vida de Gabito en Aracataca mezclado con las historias más maravillosas del continente.
Soy Tim Buendia, caminante de los continentes, amante de palabras y estrellas. Mi mejor amigo es Jesús y soy admirador del creador todopoderoso que no tiene nombre.
Trabajé en Australia, Tailandia, España y Perú. Enseñe ingles a muchos jóvenes, atendí a turistas en hoteles y a niños vulnerables a través del trabajo social. En el 2007 me vine a Colombia, preparado para cualquier aventura. Y aunque no puedo negar que todo no ha sido fácil y lleno de desafíos, conocí gente muy linda que me inspiraron a pensar en nuevas oportunidades para mi pensamiento y mi arte. Aprendí que a través del papel de Aracataca en la obra de GGM, se está dando a conocer a Latinoamérica, también en partes del mundo que son bastante egocéntricos. Aracataca, en donde nació el Nobel de literatura más celebrado del mundo, fue la fuente de inspiración principal para su obra cumbre Cien años de soledad. Es un pueblo lleno de recuerdos, donde se puede revivir a épocas pasadas, el turbulento siglo 20 con su invasión extranjera, sus bananas, su desarrollo, su masacre, los paramilitares y la marimba pero más que todo su gente bella y extraordinaria.
Llegar a Aracataca ha sido una de las mejores cosas que me pasado en mi vida, porque las oportunidades para la proyección cultural del país y el desarrollo turístico son grandísimos. Estamos inspirando a muchísima gente que están conociendo el valor de sus propias historias.
Muchas cosas positivas están pasando en GarciaMarquezLandia pero no se puede negar que el estado actual del pueblo es una falta de respeto a la cultura colombiana y a la literatura mundial. Pero estamos unidos, tu y yo y ellos. Les vamos a involucrar a todos, porque para el mundo Aracataca es un símbolo de Colombia. Siguen este blog y pronto se dan cuenta que como todo amante de cultura e historia, tu estás perdido en la imaginación del realismo mágico, como me paso a mí.
Nada nos puede retener.