Han pasado tres meses en que no he dicho nada. Siempre he tenido mucha fe en el proyecto turístico para Aracataca y mientras que promocionándola, hice maravillosas que nadie nunca había imaginado, no tuve la energía de escribir. Quería escribir algo inspirador, desde una buena perspectiva quería cantar del futuro de Aracataca, estaba esperando el buen momento…
…que nunca vino. Durante los últimos meses perdí poco a poco la fe que en el plazo corto haya progreso para Aracataca. Aprendí que los gobiernos están mamándonos gallo y que el turismo en que, por tanto tiempo he creído, por ahora no va a florecer. El turismo de Aracataca es como su acueducto, hay mucha plata destinada a ella y es importantísimo para el futuro del pueblo. Pero nadie lo está gestionando bien. Pura vaina de los gobernantes.
Yo para conseguir progreso para Aracataca, en varias ocasiones he propuesto a todos los gobiernos (municipal, departamental y nacional) ser coordinador de turismo en el pueblo, pero he entendido que los políticos prefieren hacer sus contratos a escondidos, sin que ningún ojo impredecible esté pendiente de la ejecutac ion. Eso aprendí, hasta el punto que estoy tirando la toalla. Tuve que hacer una de las decisiones más difíciles de mi vida pero lo hice; estoy por irme de Aracataca. The Gypsy Residence, el único hotel turístico en Aracataca, tiene perdidas todos los meses, y aunque poco a poco está creciendo, falta mucho más tiempo para que sea rentable. Me toco endeudarme para mantener al hotel. El hotel cual pensaba que me sostendría económicamente mientras gestionaba el gran trabajo de promocionar esta tierra con su gran legado por todo el mundo. Cosa que pude hacer por un buen tiempo hasta que mis deudas se me aumentarian demasiado. Hasta ahora… No he podido lanzar un nuevo destino turístico solo, y no encontré apoyo por ninguna parte.
Inocentemente creí en los muchos proyectos de la política. Pero por fin aprendí no creer más en la política Macondiana y a través de la corrupción y los engaños siento que los políticos de Colombia nos echaron del país.
La historia de Aracataca sigue escondida, y nadie ha podido hacerlas visible para los visitantes. Ni yo tampoco y en febrero 2014 cierro el único hotel turístico de La Tierra Nobel.