En contra

Publicado el Daniel Ferreira

Bogotá Fílmica

Bogotá Fílmica. Ensayos sobre cine y patrimonio. Varios autores. 2013.

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La memoria es lo que queda flotando en la mente de las personas cuando los periódicos se vuelven sepia. La memoria es lo que la gente experimenta como intuición de la verdad vivida. La memoria es la prueba de que los muertos nos reclaman atención desde la tumba. La memoria es la tergiversación de la batalla. La memoria es el relato que necesita toda leyenda para poder transmitirse. ¿En dónde está la memoria de una ciudad? ¿En sus habitantes actuales? ¿En sus cicatrices encarnadas? ¿Bajo el suelo? Escribe Nicole Krauss en La historia del amor que un paleontólogo es alguien capaz de reconstruir Nueva York a partir de los fragmentos de un directorio telefónico triturado y hecho confeti y arrastrado por el viento.

Bogotá Fílmica es un libro colosal y utópico: el intento de reconstruir la Memoria de Bogotá (que hace parte del patrimonio inmaterial del país) a partir de retales cinematográficos. Desde los noticieros nocturnos de los hermanos Acevedo que mostraban la cotidianidad de la élite bogotana a comienzos del siglo pasado, desde las noches de luz Di Doménico en el Gran Salón Olimpia (demolido para la construcción de la Torre Colpatria), hasta las imágenes documentales de esa Gran Cicatriz que es el Bogotazo esbozado en la primera secuencia de Confesión a Laura de Jaime Osorio, pasando por La Rebeca caricaturizada por Mayolo y Ospina en Agarrando Pueblo, las obras de la calle 26 en la neorrealista Chichigua de Pepe Sánchez, hasta las capturas más cercanas de la carrera séptima en La sombra del caminante, pasando por el lugar común de las iglesias y los monumentos nacionales (Capitolio, Panóptico, Cementerio, Catedral) registradas en la películas colombianas, Bogotá aparece aquí reconstruida como lo que es: una colcha de retales. Un ánfora reconstruida con teselas de cerámica. Un caleidoscopio de miradas que registraron, de forma desprevenida, el devenir de la ciudad y la dejaron cifrada en cintas de celuloide como un mensaje de Gombrowicz para los habitantes del futuro.

Santiago Mutis dice en la oda más bella que se ha hecho de Bogotá (Todo me invita a partir) que una ciudad cambia de piel para mantenerse lozana, porque una ciudad es más o menos un Palimpsesto. En esto se parece entonces una ciudad a una obra maestra: en que interioriza el pasado y transforma a sus precursores.

Mutis:
La ciudad su arquitectura son
La caja de resonancia del alma humana
Y del alma colectiva, que también existe
Y que Bogotá desdeña porque no quiere envejecer
Ella es joven y nueva
Entonces destruye oculta ignora
Lo que va volviéndose pasado
Una antigua mansión se convierte en restaurante
Que abrirá sus estancias a un taller
Que más tarde se transformará en hotel
Sombrío o en lugar de citas
Fugaces
Después será inquilinato, ruinas… nada
Así nacerá otra ciudad, encima de una historia:
Por aquí pasaba el tranvía
Por aquí vivía mi abuela
Por aquí estaba mi escuela primaria…

No podría ser más apropiado que hacer de estas películas un libro de autoría múltiple, porque los saberes múltiples enriquecen la mirada. La historia de la actividad cineclubista y el papel que jugaron en la convocatoria de públicos amplios y especializados como el universitario, está a cargo del insobornable Juan Diego Caicedo. La importancia de la crítica en la formación de audiencias va a cargo de Camilo Calderón. La aproximación al campo semántico y a las lecturas laterales de lo que una película de época muestra sin querer, a cargo del escritor y paseante inquieto Alberto Bejarano. La increíble y triste historia de las salas de Cine y su gentrificación a cargo de Luis Alfredo Barón. Las metáforas del territorio y el sutil sistema de clases de la sociedad colombiana a cargo de Oscar Iván Salazar. La reconstrucción del patrimonio material a cargo de Mauricio Durán. Y una interpretación de conjunto de todos los ensayos a cargo del cinéfilo Sergio Becerra. El libro viene ilustrado y acompañado por un soporte digital que contiene el acervo de la investigación llevada a cabo por seis asistente de dirección (la mayoría de ellos, mujeres, curiosa asimetría). Edita el Instituto Distrital de las Artes y el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural. Tal vez constituya este monográfico la plata pública mejor derrochada de los últimos años. Flamante.

Nota: puede adquirirse en librerías de todo el país desde la próxima semana.

Bogotá fílmica – ensayos sobre cine y patrimonio cultural.pdf

Video del lanzamiento, conversación entre los autores, en www.revistacoronica.com

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