Ella es la Historia

Publicado el Milanas Baena

Petra Herrera (1887-1916)

Malencarada, brava, desafiante, así tuvo que actuar Petra, fría y dura como una piedra, pero camuflada bajo la vestimenta de un hombre. Fue por esto que se haría llamar Pedro, toda vez que pretendía hacer parte de las filas de combatientes, pero su condición de mujer se lo impedía. La revolución del campesinado se había armado contra una dictadura que ya ajustaba más de tres décadas, en las que las reformas agrícolas progresistas del general Porfirio Diaz habían acabado por arrebatarle las tierras a los campesinos para conferírselas a los inversionistas extranjeros. Las mujeres prestaban oficios de asistencia médica y alimenticia, servían como abastecedoras o lavanderas e incluso como espías o traficantes de armas, y todo lo concerniente al contrabando de insumos destinados para la guerra, pero nunca se las consideraba al momento de combatir. Sin embargo Petra sabía que su lugar estaba entre las huestes guerreras, rodeada de hombres, y no entre enfermeras o cocineras, y diestra como se sabía en el combate y el uso de armas, se disfrazó de Pedro y logró acceder a los ejércitos del general Francisco Villa. Para mantener su personaje, cada mañana solía simular que se rasuraba una barba incipiente, y jamás descuidaba sus vestimentas masculinas que bien sabían ocultar la mujer que las portaba. Se destacó en varias batallas, convirtiéndose en una experta en la voladura de puentes, y sobresaliendo por su liderazgo ante un ejército de hombres ignorantes de que el macho de Pedro se trataba en realidad de una mujer. Sin embargo el engaño no podría durar mucho tiempo, y fue así como se descubriría la verdadera identidad de Pedro Herrera, lo cual no sería obstáculo para que la valerosa Petra continuara al frente en los campos de lucha. Ya se había ganado el respeto de los hombres por sus tantos aciertos en la campaña revolucionaria y por su tesón al momento del combate, y así mismo le juraría a sus camaradas que no admitiría ningún tipo de acoso, a lo que respondería sin vacilar y sin remordimientos con un disparo en el pecho. Despertó su admiración, seguían sus instrucciones durante el combate, y ya nadie dudaba de sus destrezas de mando. Carismática, atrevida, frentera, sería Petra quien dirigiría las tropas maderistas en la primera toma de la Batalla de Torreón de 1911. Fue capturada por las tropas de Porfirio Diaz, y jamás negó su participación activa y su lealtad por Madero, y por lo que al ser rescatada se consagraría como leyenda de corridos que inmortalizaron su gallardía: “La valiente Petra Herrera en el fragor del combate aunque cayó prisionera ni se dobla ni se abate… La valiente Petra Herrera al combate se lanzó, siendo siempre la primera, ella el fuego comenzó”. También se destacó en la segunda Batalla de Torreón de 1914 junto a otras cuatrocientas mujeres a las que se les conocería como las “soldaderas”. Uno de sus compañeros la describe en batalla: “Aquella que tomó Torreón, ella apagó las luces cuando entraron a la ciudad”. Pese a su destacada labor en campaña, Pancho Villa se negó a concederle un ascenso en su rango militar, por lo que la rebelde de Petra acabaría conformando su propio pelotón de soldaderas dispuestas a pelear en otros frentes. Así mismo se bautizaría como le correspondía, “La Generala”. Para 1917 La intrépida guerrera luchará en las filas comandadas por Venustiano Carranza, engrandeciendo su mito que hasta el día de hoy persiste y seguirá persistiendo entre los íconos de la revolución mexicana, y en especial la figura femenina que supo destacar al no declinar nunca en su propósito de combatir, con hombres y contra hombres, y de tú a tú. Antes de que sus superiores determinaran disolver el ejército femenino, Petra sería ascendida al cargo de coronela, y según cuenta la leyenda, se le encomendarían tareas de espionaje bajo el disfraz de moza de cantina en la localidad de Chihuahua. Se cree que fue en ese mismo pueblo en donde encontraría la muerte, luego de que un par de borrachos se pelearan con la imbatible Petra y acabaran por propinarle un par de disparos. A pesar de sobrevivir al ataque, Petra moriría antes de cumplir los 30 años por la infección generada por las heridas. Se le recordará como un baluarte no solo de rebelión sino también de poderosa feminidad, se le recordará como la atravesada que fue.

PETRA HERRERA

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