En el Antiguo Reino de Egipto gobernó Neferkara Pepy II, y a su muerte un listado de dieciocho reyes y una reina lo sucedieron durante un convulso período de 16 años, del 2150 hasta el 2134 a.C., y que hoy conocemos como el “Reinado de los 19”. El Alto Egipto estaba siendo azotado por las bajas y las crecidas del Río Nilo, inundaciones y sequías que estropeaban los cultivos y viviendas, una hambruna generalizada por todo el territorio (y en la que se relatan escenas de canibalismo), y un descontento social que impedía a los distintos reyes gobernar en momentos tan revueltos. Neferkara Pepy II había descentralizado el poder y en muchos de estos territorios las familias más prestantes acabarían por empezar a rebelarse, y a mandar sobre sus propios dominios desobedeciendo las órdenes de los faraones. En este clima de fatalidad aparece la figura de una mujer que gobernaría antes de Nefertiti y de Hatshepsut, y que fuera posiblemente la última gobernante de la Dinastía VI de Egipto. Nitocris, cuyo nombre significa “Excelente”, gobernaría según parece durante un corto período que comprende los años de 2164 al 2162 a.C., y aunque Mantenón sugiere que pudieron haber sido 12, y tras lo cual se daría inicio a lo que ahora llamamos el Primer Período Intermedio de Egipto. El sacerdote e historiador del siglo III a.C., Manetón, comenta en sus epítomes que Nitocris era “más valiente que todos los hombres de su época, la más bella de todas las mujeres, de piel hermosa y rojas mejillas”, además de darle el crédito de ser ella quien mandó a construir la “tercera pirámide” de Guiza, perteneciente a Micerino (Menkaura), pero que parece más probable se tratara de la “tercera pirámide” ubicada en Saqqara como un tributo a Neit, antigua diosa de la guerra. Más adelante será Heródoto en su colección de Historias quien se refiera a una historia en particular, siendo este relato el único suceso que cuenta un poco más sobre su vida. Se dice que Nitocris reunió en un banquete a los asesinos de su hermano y marido, y a quien ella sucedió en el trono como reina, y que una vez confinados en un recinto mandó a enclaustrarlos para que no pudiera salir, y valiéndose de un cauce que había construido con antelación dejó que las aguas del Nilo corrieran hacia el interior del claustro y ahogaran a los asesinos. Una vez llevada a cabo su venganza la reina se suicidaría, y el mito dice que lo haría empleando un método un tanto increíble lanzándose a una hoguera. En palabras de Heródoto, “después de la muerte de Nitocris, el país se hunde en un estado de inestabilidad, confusión y caos.” Dado que apenas se cuenta con este par de testimonios, y ningún hallazgo se tiene hoy de una estela o inscripción de la época que dé cuenta de ella, muchos se convencen de que Nitocris nunca existió, que se trata de un mito o que se confunde con algún otro rey. En el Canón de Turín, que recoge el compendio de los faraones que gobernaron durante siglos hasta la Dinastía XIX, figura el nombre de Neithikerty, rey de la Dinastía VI, por lo que ciertamente podría tratarse de un hombre. Algunos dicen que se trata de un nombre borroso del que no pueden confiarse, y en contraste con la Lista Real de Abidos, el nombre sería el del faraón Necherkara Siptah, que igualmente figura como faraón de la Dinastía VI. Algunos egiptólogos creen que Nitocris fue la esposa de Merenra Nemtyemsaf II, “El amado de Ra”, sexto faraón de la Dinastía VI y sucesor de Neferkara Pepy II, y quien pudo haber sido faraón por un corto período, ese mismo período en el que se presume pudo haber gobernado una mujer. En el siglo III a.C. Eratóstenes dio crédito a la existencia histórica de Nitocris y discutía que había sido gobernante de Tebas durante seis años. Lo que sí es seguro es que no debe confundirse con la figura histórica de la divina adoratriz o esposa del dios Amón, que vivió hacia mediados del siglo VII a.C., hija del faraón Psamético I, y de quien sí se tienen registros históricos e incluso una tumba dedicada a ella que fue hallada en Medinet Habu, y que fuera conocida como Nitocris II. Luego de que los persas ocuparan los territorios que eran del dominio de su familia, Nitocris II se exilió en el Oráculo de Siwa, tratando de liderar desde allí una resistencia contra la satrapía de Cambises II, quien había asesinado a su hermano, el faraón Psamético III. Este suceso resulta similar al relato en el que la reina ahoga a los asesinos de su esposo y hermano, y algunos opinan que este episodio verídico inspiró la versión mítica de la supuesta Nitocris que supuestamente gobernó dos milenios antes. También se conoce de Nitocris de Babilonia, que según las Historias de Heródoto sería la esposa del último monarca de la ciudad de Labyneto, y que vivió en el siglo VI a.C., por la época de Darío I el persa, a quien engañaría con una ubicación arbitraria de su tumba para que éste no pudiera acceder a ella. Recientemente Nitocris ha comenzado a figurar en la cultura popular, como en el caso de un videojuego para Android en donde aparece como un servant; se le representa portando un cetro real, sonriente y dominante y acompañada por un espejo mágico.

NITOCRIS

Avatar de Milanas Baena

Comparte tu opinión

1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 EstrellasLoading…


Todos los Blogueros

Los editores de los blogs son los únicos responsables por las opiniones, contenidos, y en general por todas las entradas de información que deposite en el mismo. Elespectador.com no se hará responsable de ninguna acción legal producto de un mal uso de los espacios ofrecidos. Si considera que el editor de un blog está poniendo un contenido que represente un abuso, contáctenos.