Ella es la Historia

Publicado el Milanas Baena

Mary Read (1690-1721)

Su historia es literalmente la leyenda de una aventura de piratas. Nació para ser de las pocas mujeres en vivir las odiseas marinas que únicamente estaban deparadas para los valerosos bucaneros, nació para desembarcar en puertos mercantiles seguida de filibusteros y corsarios y saquear pueblos costeros, nació para la borrachera y el desenfreno y la vida en el mar. Su madre estaba casada con un marinero, con quien tuvo un hijo que años después desaparecería en altamar. Fruto de un amorío adúltero nacería Mary, a quien desde pequeña su madre trataría como a un varón, pretendiendo hacerla pasar por su hijo desaparecido, y seguir cobrando así la renta que le destinaba la abuela paterna. Le llamó Mark y la vistió con prendas masculinas, y desde muy joven la alistó como marinero en un barco que abandonaría al poco tiempo, seducida por empezar una carrera formal dentro del ejército inglés. Haciéndose pasar por hombre, Mary Read alcanzó convertirse en cadete de un regimiento de infantería y destacarse en batallas de alta importancia, como en el caso de la batalla de Flandes. Durante un período prolongado los ejércitos ingleses están a la espera de que finalice la guerra de Sucesión Española. En momentos de holgazanería, Mary despierta su feminidad y se deja seducir por uno de sus compañeros. Es entonces cuando ella se revela tal cual es y empiezan un amorío que acabará por develar el secreto de su verdadera identidad. Dado que se trataba de un soldado admirado por sus superiores, el ejército no tuvo inconvenientes en perdonar a Mary el ocultamiento de su verdadera identidad, e incluso le permitieron contraer nupcias matrimoniales por vías legales. Al poco tiempo su esposo muere y es momento de retomar sus antiguas vestiduras masculinas y volver a enrolarse en el papel del temible soldado. En una de sus travesías, el barco en el que viajaba es atacado por el reconocido pirata Jack Rackham y su compañera de corazón y batalla, la afamada mujer pirata Anne Bonny. Vestida como un hombre, Mary Read supo engañar a los piratas y es reclutada como parte de la pandilla de corsarios, pero le fue imposible ocultarse ante lo único capaz de entrever en aquel marinero los vestigios discretos de una presencia femenina: otra mujer. Es así como Anne descubre la identidad de Mary, haciéndose cómplice de quien para ese entonces ya se había convertido en su aliada y en su amiga, en una relación que despertará sospechas respecto a las tendencias lésbicas de las dos piratas. Mary sobresale en batalla por su ferocidad, su audacia y crueldad inmisericorde. “¡Peleen como hombres!”, solía gritar en medio de la lucha para arengar los ánimos de los piratas acobardados. En el mundo pirata la historia parecía replicarse: Mary acaba confesando su secreto y es perdonada por el líder, quien muestra simpatía y respeto por sus destacadas labores en batalla, y luego Mary se enamorará de un tripulante del barco para luego casarse con él según los rituales de la piratería. Para demostrar su valía y coraje, retó a muerte a un marinero que se negaba a aceptarla dentro de la tripulación, y cuenta la leyenda que el duelo terminaría con un disparo asertivo que le propinó Mary al irrespetuoso retador. Durante los próximos tres meses gozarán de los motines obtenidos en sus múltiples asaltos en los balnearios del Mar Caribe, hasta que el gobernador de Jamaica lograría abatir la temible tripulación del mítico Rackham, que no resultó tan temeraria como contaban las historias, ya que a duras penas opusieron resistencia debido a los trasnochos y las borracheras. Termina así la época de esplendor de la piratería. La tripulación fue sentenciada a morir en la horca por actos de piratería, pero a las dos mujeres se les postergó la pena por declararse en estado de embarazo. Muere a comienzos de 1721 en una mazmorra, a causa de la fiebre, días antes de que se ejecutara su plan de escape. Se dice que Anne Bonny logró huir o que su padre, un acaudalado empresario inglés, pagaría una fianza por la vida de su hija, e incluso cuenta la leyenda que acabaría en un convento dedicada a la vida de monasterio. Será recordada porque junto con Mary Read son las únicas dos mujeres condenadas por piratería de las que se tenga registro.

Mary Read

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