Ella es la Historia

Publicado el Milanas Baena

Leonor de Aquitania (1122-1204)

Una de las figuras femeninas más destacadas e imponentes de una época oscura. En un mundo siempre gobernado por hombres, Leonor de Aquitania se las arreglaría para encarar un destino que la llevaría a gobernar dos potencias enemigas. Miembro de la casa de Poitiers, Leonor nacería en lo más excelso de la nobleza inglesa, siendo la mayor de cuatro hermanos, y quien por línea hereditaria tendría que suceder a su hermano varón y más tarde a su padre, Guillermo X. Su imperio abarcaba desde el Loira hasta los Pirineos, comprendiendo un territorio mucho mayor que los dominios propios del rey de Francia. La alianza con este país se sellaría luego de convenir el matrimonio de Leonor con el joven Luis VII, quien ese mismo año sería coronado como rey de Francia. Con 16 años Leonor se convertía de esta manera en la reina consorte de los franceses, pero todavía esperaría ocho años para convertirse a su más fiero oficio: ser madre. Tal vez por su juventud, tal vez por la misma personalidad descontenta e inconforme de Leonor, la pareja jamás gozaría de una plena armonía conyugal. Leonora apoyaba el matrimonio de su hermana con un conde enemigo de su marido, cuyas reyertas habían ido más allá de las palabras, y que para el rey francés resultaba un total desacato. Pero a Leonora no parecía importarle lo que opinara ningún rey. Nunca dejó que le ordenaran. Era ella quien disponía según sus antojos, y conforme a estos caprichos sería siempre condenada por los religiosos y señalada de mujer licenciosa, libertina, inmoral. Así mismo no gozaba de la simpatía de su suegra, a pesar de lo cual su esposo se empeñaba en conservar a su mujer y poner orden a su matrimonio. Como pareja hubieran podido unirse cuando juntos se lanzaron a encabezar la Segunda Cruzada, pero tampoco fue así. Valeroso, hombre de principios y guerrero, Luis quiso él mismo liderar la batalla, y la inquieta e intrépida Leonora se negaría a dejarlo ir solo para perderse de semejante aventura. El esposo no pudo disuadirla, y fue así como emprendieron su viaje atravesando Constantinopla, y hasta llegar a los dominios de Antioquía. Allí Leonor se reunión con su tío, con quien según parece tuvo una relación que trascendía los límites familiares, y por lo que la historia la señala como una relación que bien pudo tornarse en incestuosa. Sea como fuera, y apoyando esta versión, lo cierto es que Leonor ya no quiso regresar con su marido, despertando en la corte y en el pueblo toda clase de comentarios que empañaban la imagen del rey. Finalmente Luis la obliga a regresar, y luego de este reencuentro la pareja tendrá a su segunda hija que, en vez de estrechar sus vínculos, lo que acabó generando fue el total distanciamiento. Leonor de Aquitania tuvo los arrestos para pedir ante la iglesia la anulación legal de su matrimonio con el rey de Francia. Lo único que pidió Leonor sería conservar sus predios y algunas posesiones. Y era tanto su poderío, que no sólo le sería aprobado sino que, pasados solamente dos meses, ya la sagaz Leonora estaría contrayendo nupcias con Enrique II, quien en poco tiempo se convertiría en rey de Inglaterra. De esta manera para 1152 la poderosa Leonor de Aquitania logra la unificación con los franceses, en lo que se conoció como el Imperio Angevino, y que tendría por soberanos a esta mujer y a su descendencia. Con su nuevo marido tendría ocho hijos más, años que dedicaría a educar y a sacar adelante a los futuros herederos del trono inglés, y en los que estuvo apoyando como mecenas distintas expresiones artísticas, deportivas y culturales, promoviendo concursos de caballeros, oradores y trovadores. Para 1173 la relación entre los reyes no se encuentra en los mejores términos. Leonor se entera de que su esposo tiene una amante, y se sirve de este motivo para poner a algunos de sus hijos en contra de su padre y empezar una rebelión. La familia se dividió en una batalla fraterna que acabaría ganando el rey quien, en castigo a la revoltosa principal, su mujer, decide confinarla en la torre de Salisbury, donde pasará encerrada hasta que, con la muerte del, rey muera también su presidio. Durante su encierro morirá su primogénito, dejando libre el camino para que su hermano Ricardo sea el legítimo aspirante al trono, siendo así que a la muerte de su padre será coronado como Ricardo I, conocido como “Corazón de León”. Lo primero que hará como rey será liberar a su madre, quien ya casi llegaba a los 70 años, pero que aún conservaba intacto su tesón y su deseo de gobernar. En los diez años que regentó, Ricardo estuvo casi ausente de los dominios ingleses, y en su remplazo sería su madre la que estuviera a cargo de los asuntos de Estado y del mando de la corte inglesa. Debido a su falta de presencia, Juan, hermano de Ricardo, quiso destronarlo, y para esto se serviría de la ayuda del entonces rey francés. Sin embargo sería la misma madre la que acabaría por apaciguar y disolver las avenencias familiares, preservando de esta forma la unidad de su trono. En una de estas cruzadas Ricardo caerá cautivo de los ejércitos del Sacro Imperio Romano Germánico, que decide no ejecutarlo mientras la corona inglesa se preste a pagar una suma millonaria por su rescate. Para ese entonces su familia y el pueblo mismo querían un cambio de gobierno, por lo que poco interesó a alguno traer a Ricardo de regreso, más no así a la madre, quien reunió la suma a pagar y consiguió salvar la vida de su hijo. Pero de ninguna manera podría negociar con la muerte, y para 1199 Ricardo muere, y será entonces Juan I, llamado “Sin Tierra”, quien entonces se hará cargo de continuar al mando del Imperio Angevino. Ya casi octogenaria Leonora aún tendría fuerzas para emprender un viaje en el que remontó los Pirineos y alcanzó los territorios de Castilla, y todo esto para dejar en orden los asuntos de con quiénes quedarían casadas sus hijas y poder asegurar la mantenencia de su estirpe. De regreso en Inglaterra decidió apartarse del trasegar político que la sedujo durante toda su vida, y se retiró a su natal Aquitania para aguardar por un final tranquilo en medio de una vida tan agitada. Una mujer considerada como enigmática, definitivamente llevada por su parecer, indómita, su historia o su leyenda ha sido llevada al cine o interpretada en el teatro, y es la protagonista de novelas o la obsesión de muchos historiadores, por tratarse de esa mujer capaz de gobernar de manera indiscutida en un mundo indiscutiblemente gobernado por los hombres.

LEONOR DE AQUITANIA

 

Comentarios