Ella es la Historia

Publicado el Milanas Baena

Kim Novak (1933)

Nació en Chicago con el nombre de Marilyn Pauline Novak. Sus padres eran de origen checo y ambos habían trabajado como profesores, queriendo así que su hija fuera una estudiosa convencida, por lo que de niña Kim asistió a la elemental Farragut High School y luego al Wrigth Junior College, y sin embargo no destacaba por ser una alumna disciplinada, ya que lo suyo, y lo tendría claro desde siempre, era rebelarse ante el chantaje social y dedicarse exclusivamente a brillar. Antes de terminar los estudios Kim tuvo un primer encuentro con la lente de una cámara; se trató de una publicidad de frigoríficos para la cual sirvió como imagen publicitaria. Fue así como aplicó para un par de becas que la llevaron a la School of the Art Institute of Chicago, a la par que se matriculó en una escuela de modelaje y la vimos figurar en algunas campañas publicitarias. Para sobrellevar sus gastos la futura diva de Hollywood trabajó como ascensorista, tendera y asistente de dentista, pero en ningún oficio se sentiría tan a gusto como cuando se exponía ante los fogonazos del flash, las luces del estudio, los decorados y el maquillaje, y ese mundo del entretenimiento para el que ella se consideraba talentosa. Fue por esto que decidió mudarse a Los Ángeles y probar suerte en La Meca del Séptimo Arte, hizo fila frente a los estudios de RKO para audicionar por un papel en la película de 1954, La línea francesa, y en la que lograría su primera aparición en la gran pantalla realizando un papel de figurante. Y aunque su actuación no fuera destacada, el renombrado productor de Columbia, Harry Cohn, quiso darle una oportunidad para que apareciera junto a Jack Lemon en la película Phffft!, luego de la cual la productora le ofrecería un contrato por seis meses. Su firma en el contrato incluía algunos cambios y retoques de su apariencia y así también como de su esencia. Respecto al físico, Kim tiñó el color de su cabello y se sometió a una dieta rigurosa; respecto a su espíritu, se le pidió que cambiara su nombre porque, en palabras de ella misma: “El estudio me cambió el nombre porque Marilyn sólo podía haber una.” Lo que sí se negó a cambiar sería su apellido, y en adelante el mundo del espectáculo la conocería como Kim Novak. Para mejorar en su oficio la joven aspirante a estrella recibió clases intensivas de actuación, y para finales de 1954 la veríamos finalmente en su primera película importante, Pushover. Harry Cohn tenía fama de ser celoso con sus estrellas, y Kim tendría que someterse a ese manejo dominante del productor, siendo que él mismo le elegiría como vivienda una habitación en el Studio Club, donde inclusive le impuso un toque de queda para asegurarse que cumpliera con horarios, además de controlar sus amistades y mantenerla alejada de los hombres. Sin embargo esto sería inevitable tratándose de una mujer tan hermosa y rodeada de tanto galán que permanecía al acecho. Curiosamente el ganador de ese trofeo bellísimo que era el rostro angelical de Novak, sería quien por aquel entonces tenía el rostro más feo, un negro que contrastaba con la blancura prístina de la actriz, tuerto y con un aspecto de pordiosero, Sammy Davis Jr., conocido sin embargo por toda la élite hollywoodense por ser ese músico genial que se había hecho famoso, uno de los mejores y más encantadores del momento. Davis contará años más tarde sobre esta relación furtiva, ya que ambos habían sido advertidos de su prohibición: “Nos convertimos en conspiradores, unidos por lo único que teníamos en común: el desafío.” Pero Harry Cohn no permitiría que un negro se metiera con uno de los diamantes en bruto que tenía para explotar, y ante los rumores de que la pareja planeaba casarse, acudió a los servicios de un amigo que pudiera colaborarle con el asunto de matar a “ese puto negro cabrón.” Mickey Cohen, mafioso de renombre, le ayudaría con su solicitud, y comenzó por enviar una nota al padre de Davis, recomendándole que tal vez lo mejor para su hijo sería desistir de esta relación secreta con Kim y buscarse a una negra para casarse. Insistieron con que sería lo más conveniente para él, ya que, de lo contrario, y así lo dijo el padre de Davis, “le romperían las dos piernas, le sacarían el otro ojo y lo enterrarían en un agujero.” Un amigo de Davis cuenta que al día siguiente lo encontró al teléfono y con una libreta en la mano, y al preguntarle qué hacía, Davis respondió: “Estoy buscando a alguien con quien casarme.” La búsqueda era cierta. Davis encontró a una amiga que estuvo dispuesta a contraer matrimonio con él por una suma de 25.000 dólares. Kim siguió su rumbo y al año siguiente comenzaría a destacarse como una cotizada actriz, y su nombre y su rostro empezarían a figurar con mucha fuerza en la gran pantalla. Para ese 1955 la veremos en Cinco contra la banca, El hombre del brazo de oro junto a Frank Sinatra, y la película en la que para muchos fue el papel más profesional de su carrera, Picnic, interpretando a Madge Owens y coprotagonizada por William Holden. En adelante sería cosechar éxitos, ser dirigida por los más prestantes y compartir el plató con las demás estrellas del momento: Estará junto a Rita Hayworth en el filme de 1957, Pal Joey; de 1958 Me enamoré de una bruja y De entre los muertos; de 1960 Un extraño en mi vida junto a Kirk Douglas; de 1962 las películas La misteriosa dama de negro y Una vez a la semana; en 1964 Bésame, tonto. Pero sin duda su consagración sería al hacer parte de las “Rubias de Hitchcock”, realizando varios filmes con el director británico, destacándose su participación en la película Vértigo, coprotagonizada por James Stewart. Kim Novak ya era considerada como un sex symbol que brillaba con luz propia y que tendría que lidiar con el asedio permanente de seguidores y pretendientes. Durante el rodaje de The amorous adventures of Moll Flanders, de 1965, Kim inició un amorío con el actor Richard Johnson, con quien acabaría casándose, para finalmente divorciarse al año siguiente. No tuvo hijos, pero varios son los romances sonados de la actriz, desde el hijo del dictador dominicano, Ramfis Trujillo, hasta el afamado galán Cary Grant. Para 1976 Kim contrajo nupcias por segunda vez, esta vez con el doctor Robert Malloy, con quien permaneció casada durante más de cuatro décadas hasta que éste falleciera. Se daría tres años como respiro para luego retomar con una película que sería un fracaso desde todo punto: La leyenda de Lylah Clare. Pero esto no impidió que su carrera continuara, contando con el agrado de un público que la consideraba como una de las más hermosas de la industria, y, reconociéndose tan cotizada, sería ella misma quien eligiera sus papeles. “Dejaron de llegarme buenos guiones. Yo no era esa clase de actrices que luchan por los mejores papeles y abandoné Hollywood.” Finalmente retomará su carrera en el cine en 1977 junto a Charles Bronson con la película El desafío del búfalo blanco; en 1979 Just a gigolo junto a Marlen Dietrich y David Bowie, y para 1980 la veremos en El espejo roto compartiendo el plató con estrellas tan cotizadas como Elizabeth Taylor y Tony Curtis. No encontrando una propuesta atractiva en el cine, para 1986 Kim decidió participar en varias propuestas televisivas, dado el auge que venía cobrando la industria de la televisión, recordándole por su participación en la popular serie Falcon Crest. En 1991 la veremos por última vez en la gran pantalla con la película Liebestraum (Pasiones prohibidas). En 1997 es homenajeada con el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín, y ese mismo año decidió alejarse de un todo instalándose en un rancho enorme en California, a las afueras de Oregon, en Sams Valley, donde se dedicaría a dos de sus grandes pasiones que nos tenía reservadas: pintar cuadros y cuidar vacas. En 2006 se perforó un pulmón y se fracturó algunas costillas tras sufrir un accidente con un caballo, a lo que sabría reponerse, lo mismo que al cáncer de mama que le diagnosticaron en el 2010 y que también supo sortear. Años atrás había desestimado la propuesta de un millón de dólares por escribir sus memorias, pero a sus 88 años decide contarnos más a fondo las anécdotas que componen su historia. En Kim Novak: her art and life, la ya retirada y casi nonagenaria, emblemática actriz, ícono de un período de esplendor cinematográfico, nos confiesa por ejemplo que fue “violada por varios chicos en el asiento trasero de un coche”, y otro tipo de sucesos que tuvieron que esperar hasta hoy para ser revelados. Una de las pocas de aquel glamuroso cine dorado de Hollywood que aún permanecen vivas, Kim Novak, seguirá viviendo, refiriéndose a su oficio como un oficio que en definitiva le aportaba felicidad, y enalteciendo de esta manera la labor artística del actor: “Me encantaba actuar; no se trataba de dinero, de fama. Se trataba de una búsqueda de sentido.”

KIM NOVAK

 

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