Ella es la Historia

Publicado el Milanas Baena

Carrie Chapman Catt (1859-1946)

Su padre no quiso pagar por su educación, pero esto no detuvo el ánimo de aprender de Carrie, quien debido a sus conocimientos pudo trabajar nada menos que como profesora, y de esta manera costearse sus estudios superiores en el Iowa State College. En 1880 se gradúa y ese mismo año sus calificaciones le permitirán dictar clases en el mismo State College, y dos años más tarde se convertirá en la primera mujer en ocupar el cargo de superintendente de escuelas en Mason City, Iowa, y en cuyo cargo permanecerá hasta 1887, cuando entonces se comprometerá en vida y alma con el movimiento que propugnaba por el sufragio femenino. Trabaja a la par colaborando con artículos y ensayos para algunos diarios de Iowa. En 1885 se casa con el editor de un periódico, pero un año más tarde enviuda y decide trasladarse a San Francisco, donde tendrá la oportunidad de emplearse nuevamente en los medios escritos. Dos años más tarde se hace miembro del Woman Suffrage Association, y será cuestión de tres años para que sus labores la lleven a convertirse en una de las más activas y destacadas presencias del movimiento. Se entregó con devoción a ordenar los estamentos y a definir con claridad las tareas y compromisos de la institución, consolidando una asociación sólida y estructurada que pudiera encarar el desafío de llevar a las mujeres a las urnas de votación. En 1890 vuelve a casarse, y como una cláusula prenupcial, Carrie aceptará el matrimonio siempre y cuando ella pueda dedicar cuatro meses de cada año al servicio exclusivo de su principal causa con el movimiento feminista. Es así como su compromiso no declinaría, y para 1900 su figura de liderazgo la llevaría a ser electa como la sucesora de Susan B. Anthony para que fuera ella quien comandara la batalla a nivel nacional, nombrándola presidenta del National American Woman Suffrage Association (NAWSA). Estaría al frente de la organización durante los próximos cuatro años, cuando entonces tuviera que retirarse para cuidar de la salud de su esposo, quien moriría al año siguiente. Carrie no desaprovechó un segundo para reanudar su activismo, fundando por aquellos años la International Woman Suffrage Alliance. Imparable guerrera, convencida de sus capacidades de liderar, impulsaba toda clase de iniciativas que promovieran una sociedad equitativa en derechos tanto para hombres como para mujeres, concretaba proyectos que necesitaran de su gestión administrativa y gerencial, y fue así como lograría consolidar un poderoso movimiento feminista que incrementaba cada día su número de miembros. Durante la Convención de las Mujeres sin Derechos celebrada en New York en 1909, Carrie participaría en la fundación del Woman Suffrage Party (WSP) para impulsar desde esta ciudad un número considerable de mujeres que querían sumarse a la causa, y que diez años más tarde pasaría a convertirse en la League of Women Voters. En adelante Carrie tuvo como único objetivo de lucha el de sacar adelante las leyes que finalmente aprobaran el sufragio femenino. Para 1915 la NAWSA requería de nuevo los servicios de su mejor promotora. La asociación había comenzado a declinar y a perder fuerza, varias mujeres habían abandonado el movimiento, y en definitiva necesitaban quién pudiera ayudarles a recobrar el impulso. Carrie retoma la presidencia y desarrolla un prontuario que definirá el camino a seguir, y que condensa en un escrito titulado Winning Plan. Decidida a todo, y apoyada por el Estado de New York )que en un segundo referendo había aprobado la ley del sufragio femenino), Carrie postuló su proyecto a nivel nacional, valiéndose del apoyo de algunos congresistas que ejercieron presión sobre el presidente Woodrow Wilson, para terminar finalmente con una gran victoria, la gran victoria: en 1920 sería adoptada la Decimonovena Enmienda e incorporada a la Constitución Política, y por la cual se habilita legalmente a la mujer para que pueda acceder a su derecho al voto y hacer parte integral de la actividad pública. Veinticinco años de intensa lucha se materializaban en el logro histórico de la Decimonovena Enmienda. Una vez logrado esta conquista humana, Carrie dejará la NAWSA para continuar su lucha a un nivel internacional. Se interesa particularmente por los movimientos pacifistas, volcando su activismo en las organizaciones y causas que promovieran la paz mundial luego de la Gran Guerra, y apoyando hacia mediados de los años veinte la creación de la League of Nations; luego de la Segunda Guerra Mundial colaboraría en comisiones para la creación de las Naciones Unidas. Y aunque creímos que no moriría nunca, Carrie Chapman Catt muere en el año de 1947, y cuarenta y cinco años después su nombre pasaría a formar parte del inmortalizado National Women’s Hall of Fame.

Carrie Chapman Catt

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