John Fredy Galindo Córdoba (*)
En un bar, en pleno centro de Madrid, un inglés me habló de las lejanas playas de un país impronunciable me ofreció cerveza a gritos por encima de las voces y las canciones de todos
Playas impronunciables a donde nunca iré
Su español se hizo amigable al pasar la noche y mi inglés de barrio se hizo digno de la realeza después vino un abrazo
otra cerveza
algunas lágrimas y la noche se fue
De regreso al hotel pensé en las dulces formas de las nubes de mi ciudad pensé en mi cama y en la casa de mis padres donde vivo caminé pesadamente por calles oscuras y peligrosas
con las manos en los bolsillos para dar una mala impresión
canté una canción que no me gusta
juré no irme sin haber besado a alguien
y te vi cruzar por mi cabeza –desnuda– corrías delicadamente hacia un mar
de una lejana playa
a la que seguramente nunca iré
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(*) Colaborador.