Hoy finaliza el festival Cinecita en Bogotá. El director y guionista argentino Carlos Lascano, nominado a los Premios Goya en 2005, habla aquí de ‘Lila’, el corto que abre esta nota y su principal aporte al festival, y recoge parte de su experiencia en la cinematografía.
Por Manuela Acosta* y Lina Contreras*
¿Cómo te contactaste con Cinecita?
Hace bastante tiempo, hace casi dos años, la directora del festival, Ana Mazhari, se contactó conmigo. Había visto uno de mis cortos y tenía interés en que me acercara a Colombia. Yo vi de qué se trataba el proyecto, el festival, y me gustó mucho el poder estar conectado con chicos, con jóvenes, y después de dos años del primer contacto estoy aquí, por primera vez, en Colombia.
¿Qué obra vienes a presentar al festival y qué reacciones esperas?
Vengo a presentar ‘Lila’, que es mi último cortometraje. Es el último cortometraje de una trilogía que comencé en el 2008 con ‘A Short Love Story in Stop Motion’ (mirar siguiente video) y continué en el 2011 con ‘A Shadow of Blue’ y ahora es éste, ‘Lila’. Esa fue una trilogía que no fue hecha de una forma intencional porque realmente me fui dando cuenta con el tiempo, sobre todo cuando estaba haciendo éste último trabajo, de que había una conexión poética entre los personajes, que si bien son distintos, los tres tienen muchas similitudes y un mismo deseo: el deseo de soñar y de romper esa misma barrera que muchas veces los adultos nos creamos entre la realidad y la fantasía. Y qué espero de mi experiencia en el festival, decías también: me interesa mucho la respuesta de la gente joven, de los chicos y de los jóvenes que vean el corto, porque si bien la trilogía no fue hecha con la intención de ser historias contadas para niños o para jóvenes, sí es verdad que comparte con la temprana edad esa visión más libre acerca de la fantasía y de los sueños, de soñar y de no estar tan limitados por la realidad que nos aplasta muchas veces. Entonces lo que me interesa realmente de esta experiencia es ese contacto con la gente joven y ver como ellos interpretan las historias de estos tres cortos.
¿Qué influyó en ti para ser animador de cortometrajes?
Desde siempre, desde que soy chico, me gustó el dibujo. Vengo de una familia en la cual me apoyaron mucho para poder expresarme artísticamente, y siempre me gustó dibujar, así que es una especie de derivación lógica que se fue dando. Me gustó dibujar, luego empecé a hacer historietas y luego empecé el cine por una cuestión que me daba una mayor posibilidad para contar cosas, y le incluí el sonido, el movimiento. Trabajé muchos años con actores solamente, y en el 2004 hice un corto que se llamó ‘La leyenda del espantapájaros’, que fue un poco el reencuentro con el dibujo y el cine. Fue un momento donde mezclé las dos cosas que venía haciendo hasta ese momento por separado, y fue una unión muy interesante que determinó mucho lo que es mi carrera actual. Me empecé a interesar por la animación por las posibilidades que me daba para contar de una forma poética y metafórica las historias que tenía para contar.
¿Qué obra te ha traído más satisfacción hasta este momento?
¿Qué obra? Creo que ‘A Short Love Story in Stop Motion’. Sí, porque fue el comienzo, el primer trabajo que marcó la estética que seguí desarrollando en los años siguientes, y fue también el trabajo que gracias a la masividad que tuvo en internet, que era totalmente inesperada, me permitió tomar contacto con otra gente y hacer mi trabajo mundialmente conocido. Lo quiero muchísimo a ese trabajo, y estoy muy contento con el trabajo de ‘Amnistía internacional’ también, creo que desde un punto narrativo y artístico está muy logrado. Fue la posibilidad que tuve de trabajar con un equipo de gente muy talentosa, y la posibilidad de trabajar con Hans Simmar en la música. Y ahora ‘Lila’. Tampoco esperaba el éxito de ‘Lila’ en internet, y en diez días tuvimos 250.000 visitas, que son un montón. ‘Lila’ fue hecho de una manera muy pequeñita, o sea sin pretensiones. Totalmente sin pretensiones. Lo filmamos en cuatro días y la post producción fue de mucho más tiempo, pero por lo visto cuando es algo muy pequeño que no tenés la pretensión de hacer el gran corto. Yo quería hacer algo sencillo, contar una historia chiquita, y me sorprendió la respuesta del público. Mucho.
Te hago un pequeño paréntesis sobre esto, pero es algo que me interesa decir. Hay algo que realmente me conmueve, y es lo que más me interesa de cuando haces algo que va más allá de que te haya salido artísticamente bien o mal, y es que logres conectar con la gente. Entonces con trabajos como ‘A Short Love…’ o ‘Lila’ yo recibo mails de gente que me cuenta historias muy personales, y cómo estos cortos de alguna manera los han tocado, los han movido. Eso me conmueve. Me conmueve realmente. Uno no se puede imaginar la cantidad de historias personales que hay detrás de cada espectador, y cómo con algo artístico y tan pequeñito se pueden tocar los sentimientos, incluso podés motivar a los espectadores a que hagan cosas que no tenían pensado hacer.
¿Qué consejos puedes darles a los niños que les gustaría hacer animación?
El consejo que le puedo dar tanto a niños como a adultos que quieran dedicarse no sólo a la animación, sino a cualquier cosa que quieran hacer en sus vidas a nivel laboral es, primero, tener pasión por lo que quieran hacer. Si realmente quieres hacer animación debes saber que sentís pasión por eso, tener las ganas de hacerlo. Cualquier cosa que quieras hacer en la vida cuesta trabajo, cuesta mucho esfuerzo. Ahora, si me preguntás concretamente, la animación, primero, es ver mucho, influenciarse mucho, no tener miedo de copiar cosas mientras estás aprendiendo. Me parece que es elemental el hecho de ver, de tratar de reproducir, de encontrar las herramientas que te permitan lograr algo. Y la animación básicamente es tratar de encontrar tu estilo, tratar de alejarte de lo que hace todo el mundo. Podrías encontrar la mejor manera personal de expresarte, y con la animación tenés muchas posibilidades para tratar de hacer algo que sea auténtico, tuyo. El secreto es tratar de hacer algo personal con tus propias herramientas.
* Alumnas de noveno y décimo grado del Colegio Nuevo Gimnasio.