Juliana Muñoz (*)
Hubo un tiempo en el que se acabaron los besos.
Alguien los fulminó en una hoguera, los exilió al fuego. Volvieron a donde empezaron.
Ardieron los besos de épocas pasadas. Se despidieron del recuerdo con su aliento en blanco y negro, con elegancia sepia.
Pobres los que estaban cerca, tan cerca. A un instante, a un movimiento, a unas palabras del sello de carne tibia.
Para nadie hubo tregua. Los besos que iban a ser no fueron. Tan solo dejaron un ardor incurable parecido a la sed, un deseo caníbal de comer por mera gula, mera maldad.
Se fue el beso robado, el esquinero, el de la lluvia, el de sangre. No más besos lésbicos, negros, prohibidos, bendecidos, con aroma de anís. Qué pena por el beso francés, el que yacía bajo el muérdago, el que vagaba por los aeropuertos, el que levita entre cigarrillos y mariposas.
Dejaron de llover besos sobre tu boca oceánica, besos como ojos que empezaban a abrirse más allá de ella, el sedimento aglutinante de un precipitado de labios, besos que no son contratos, caminar de beso en beso, besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor condenatoria.
Cómo sufrieron los poetas, los amantes, Judas Iscariote, las palomas, la tumba de Oscar Wilde. Se quedaron esperando, tal vez, una palabra para completar el soneto, la señal de un pacto fácil de romper, la traición exquisita, una excusa para acariciar las plumas, o como pluma.
Y qué hacer mientras las manos aprietan un seno, un falo. Por dónde empezar el camino hacia la cueva. Cómo darle al cartero labios por entregas. Cómo ser bilingüe sin hablar ninguna lengua.
Quedó la boca abierta para las palabras impronunciables, las postergadas. Los ojos como dos escotillas que flotan sobre el oleaje caliente, que esperan a los clavadistas. El cuerpo todo fue labio, lengua, diente, quijada. Las manos, inermes, se contrajeron, se dilataron, se humedecieron, palparon otros labios, trasgredieron el marco de una puerta invisible, besaron, pero no, porque ya los besos se habían extinguido.
(*) Colaboradora de El Magazín y la revista Diners