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Fugas de tinta 3

ink & water, Flickr, Gagneet Parmar
ink & water, Flickr, Gagneet Parmar

Alejandro Liscano (*)

(Taller de Edición Rocca. Marzo 2011)

José Zuleta fue a parar a la cárcel. Su delito: Ser poeta. Su sentencia: Libertad Bajo Palabra.

Fugas de tinta 3 es la tercera recopilación de crónicas, cuentos, relatos y poemas escritos por prisioneros a lo largo y ancho de Colombia. Libertad Bajo Palabra es un proyecto mediante el cual se han llevado a cabo talleres de lectura y escritura en 17 cárceles del país, desde el 2005. Esto ha sido posible gracias a la Dirección de Arte del Ministerio de Cultura, la Red Nacional de Talleres de Escritura Creativa (Relata), y principalmente, gracias a la iniciativa y liderazgo del escritor José Zuleta  -Coordinador del programa-.

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Alejandro Liscano (*)

(Taller de Edición Rocca. Marzo 2011)

José Zuleta fue a parar a la cárcel. Su delito: Ser poeta. Su sentencia: Libertad Bajo Palabra.

Fugas de tinta 3 es la tercera recopilación de crónicas, cuentos, relatos y poemas escritos por prisioneros a lo largo y ancho de Colombia. Libertad Bajo Palabra es un proyecto mediante el cual se han llevado a cabo talleres de lectura y escritura en 17 cárceles del país, desde el 2005. Esto ha sido posible gracias a la Dirección de Arte del Ministerio de Cultura, la Red Nacional de Talleres de Escritura Creativa (Relata), y principalmente, gracias a la iniciativa y liderazgo del escritor José Zuleta  -Coordinador del programa-.

El proyecto ha superado las expectativas, los prisioneros han encontrado una herramienta para rehacerse desde las palabras, para confrontarse, para hacer catarsis, para ser temporalmente libres desde la imaginación, y como si fuera poco, han aprendido a contar historias -reales o ficticias-.

Las recopilaciones (Fugas de Tinta 1,2 y 3) se componen de relatos ante los cuales el lector se conmueve, se empapa y reflexiona a partir de historias de vida ajenas y a la vez cercanas; historias de hombres y mujeres que nacen en el camino que conduce a prisión, causas y realidades del mundo carcelario, un sub-mundo que refleja la realidad del mundo exterior, una Colombia que deja mucho que desear.

Nuestras cárceles no solamente albergan simples delincuentes o individuos desafortunados que han tomado malas decisiones por voluntad propia, por ignorancia, o bajo presión de circunstancias adversas, sino también personas “de bien”,  altos gobernantes, ejecutivos, grandes industriales, banqueros y congresistas entre otros; personajes a quienes les sobra la educación pero por alguna razón, muchas veces les falta moral. Es decir, profesionales delincuentes que terminan siendo delincuentes profesionales. Es un panorama que nos muestra que el peligro y la maldad están enraizados en nuestra cultura, de este y del otro lado de las rejas.

“…esa institución (cárcel) creada para preservar a la sociedad de individuos peligrosos, es en realidad un espejo de lo que somos. No es por casualidad que hoy en las cárceles convivan congresistas y ladronzuelos, gobernantes y gobernados, gerentes de instituciones financieras y atracadores de bancos”.  José Zuleta

Más allá de un deleite literario, razón suficiente para considerar exitoso el programa (Libertad Bajo Palabra), las antologías sirven como trabajo de campo para un análisis antropológico, de la vida en prisión, los códigos, el lenguaje, los valores, la perspectiva de vida y la interpretación del entorno. Los relatos nos presentan una realidad desde la cual se hace posible comprender las causas del deterioro social que vivimos.

Una mayoría de los textos seleccionados para las antologías nace de experiencias de vida marcadas por la tragedia; historias de narcotráfico, guerrilla, pobreza, vida en la calle, infidelidades, prostitución y drogadicción. En menor proporción, surgen los sueños, la esperanza y la expectativa de una vida mejor.

No todos los presos anhelan la libertad. Hay para quienes la calle representa hambre, soledad y riesgo; aquellos que se la pasan arañando a la muerte para sacarle apenas gotas de vida. Por eso pronuncian o escriben palabras que evidencian la paradoja de lo que es sentirse preso estando en libertad.

“La pobreza es la peor de las cárceles”.

“Sino fuera porque me cogieron yo estaría muerto”.

“Yo no me quiero ir de aquí”.

“Existen muchas formas de estar preso, casi todas peores que estar preso”.

“Facu murió,  gravemente afectado de dos enfermedades que se conjugaron al final  de su vida: nostalgia y temor a la libertad”.

Entre los prisioneros encontramos todo tipo de escritores, unos bastante experimentados, fluidos, con amplio vocabulario y facilidad para la narrativa.

“A don Octavio le llegó el preludio de los sesenta entre rejas, aquellas que lo han recluido por un lustro y que fueron el castigo a comerciar con el polvo de las felicidades efímeras…Adela descubrió que la pétrea erección de su marido no era la usual, pero como la mesura y la prudencia eran una condición inherente a la época en la que fue educada, omitió comentario alguno a este particular hecho…Ahí quedo todo el patio en silencio cuando el último grito de éxtasis rotuló la manifestación inequívoca del orgasmo que finiquitaba la faena. Octavio desmontó a su mujer…”.   Luis Fernando Sinning.

“…Búscame donde quieras

Pero no vas a hallarme, corazón,

¡Porque mi alma está contigo

Y mi cuerpo en prisión!” Jorge Luis Álvarez.

“Clorofila le llamábamos…a ese viejo bohemio…no solo por el musgo que cubría sus dientes, sino por la capacidad que tenía de volver verde cualquier conversación…siempre lo acompañaban un paquete de cigarrillos, la biblia y más de mil historias de conquistas”. Michael Andrés Cabrera Calderón

Otros prisioneros, quizá con menor recorrido en las letras pero no por ello menos atinados, son casi siempre crudos y sin tapujos. Escriben desde una instancia donde ya han tocado fondo, donde no hay nada que perder ni ego que mostrar. Esto hace que el trabajo literario sea puro, libre; muchas veces con lenguaje de calle, con los códigos del hampa.  De hecho la labor editorial (Editor: Harold Kremer) procuro mantener  intactos los giros, los modos y las expresiones de la argótica carcelaria y del habla popular. Pues la pureza de estas formas enriquece el conocimiento sobre el mundo en que se desarrollan las historias.

“No me puedo quejar pues aparte de mi mamá y mi papá nunca me faltó nada…mi mamá estaba en total acuerdo que el aborto era lo mejor, claro, si ella misma había tratado de deshacerse de mí cuando me engendró…comencé a robar de quieto…una de esas personas que mete una puñalada por ver salir sangre…había entrado en el vientre del demonio mismo: el basuco… La verdad y se sobre entiende yo no era el mejor ejemplo para seguir, pero sí era muy buen ejemplo para no seguir…la mayoría de las personas viven como si nunca fueran a morir, y mueren como si  nunca hubieran vivido”. Liliana Etayo Cañas

“En el pueblo había una persona muy importante que necesitaba un joven con mucho corazón pero a la vez sin el mismo, para un trabajo un poco riesgoso: matar un hombre”. Leonardo Reyes

“Todo empezó cuando era un adolescente, al darme cuenta de la forma en que vivían los de billete y la forma en que vivíamos los pailas”. Gratiniano Rodríguez Pinto

“Me empezó a ir bien en lo malo que estaba haciendo”. Osvaldo Javier Garrido Carriazo

Fugas de Tinta son las historias no narradas de Colombia, laberintos fascinantes construidos con textos que dicen la verdad sobre la amalgama oscura de fuerzas contrapuestas que nos habitan;  una realidad donde coinciden, como dice uno de los cautivos veteranos, “…lo coloquial y lo prosaico, lo hilarante y la tragedia, la cruel realidad, y el no te lo puedo creer”; todos textos escritos desde lugares confinados pero bajo la libertad de la imaginación y la palabra, textos escritos desde las cárceles de Cali, Palmira, Tuluá, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga, Acacias – Meta, Neiva – Huila, Calarcá – Quindío y Cúcuta – Santander.

Perfil  del Coordinador del programa Libertad Bajo Palabra

José Zuleta Ortiz

Nació en Bogotá (1960) pero ha vivido en Cali desde 1969, entrando y saliendo de la ciudad, pues también ha vivido en Medellín, en lugares del Pacífico Colombiano y en Barcelona España; espacios y momentos que han nutrido su literatura.

Fundador y director de la revista de Poesía Clave. Codirector de la revista de cuento Odradek. Director del Festival Internacional de Poesía de Cali y Asesor literario de la Fuandación Poartes.

Acreedor de premios a nivel nacional en poesía y cuento.

Directores del programa Libertad Bajo Palabra por ciudad:

Cali, Valle del Cauca – Director de Taller: Jos

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