Jessica Leguizamón
Si está pensando en suicidarse, los lunes festivos definitivamente son los días apropiados, ya que son el reemplazo de los domingos y recordemos la mala reputación que tienen los domingos, como decía Benedetti en la Tregua: “Si alguna vez me suicido, será en domingo. Es el día más desalentador, el más insulso”. Y es que los lunes festivos son días en los que uno recuerda todo lo que quiere olvidar, como por ejemplo, que se encuentra completamente solo, que no tiene con quién compartir un día más de descanso y que al otro día es el desalentador inicio de semana, en donde comienza la eterna rutina y en donde, probablemente, usted debe levantarse a asistir a primera hora a un lugar que no le gusta, a hacer un trabajo que detesta, a ver gente que odia, a sonreír por cortesía y a hacer lo mismo que ha hecho quién sabe hace cuántos millones de años; años en los cuales la rutina ha acabado con su juventud y sus sueños.
Entonces ahora que ya sabemos el por qué es adecuado suicidarse un lunes festivo, empecemos a buscar la forma.
El tema de la cuerda, aunque es un cliché, tiene su ciencia, pues hay que conseguir una cuerda resistente capaz de soportar su peso, saber hacer el nudo que cegara su miserable vida, pero ¿cómo se hace un nudo de esos? o ¿en dónde va a colgar la cuerda? En mi casa, por ejemplo, no encuentro en dónde colgar la cuerda. Entonces, opción descartada.
El tema de los venenos siempre me ha generado desconfianza, porque y ¿si uno no muere? y ¿si queda mal? Es mucho el riesgo, porque si es difícil vivir con toda la salud, imagínese sin ella, y peor aún, probablemente sin la posibilidad de poder intentar de nuevo suicidarse. Descartado también.
Otro cliché bastante hollywoodense y muy de moda es la sobredosis de tranquilizantes, a lo Marilyn Monroe, Amy Winehouse o Whitney Houston, entre otras luminarias. Tendría que hacerse en una bañera para darle dramatismo al asunto, esta opción no está del todo mal, porque si hablamos de las escenas sangrientas, habría que tener una dosis extra de valentía, aun más de la que se necesita para suicidarse, y dejar el reguero como cual escena de un crimen. ¡No es demasiado!.
En lo personal, he pensado que la mejor forma sería la famosa muerte dulce, abrir la llave del gas, los fogones, cerrar en su mayoría las ventilas, acostarse cómodamente en su cama y morir mientras entra en un profundo, aunque no sé qué tan placentero sueño, y es que, ¿A quién no se le ha pasado por la cabeza, aunque fuese una vez en la vida, la idea de suicidarse? Por lo menos a mi sí. Otra cosa que debe tener en cuenta es estar plenamente arreglado para su muerte, no podemos dejar al azar ningún detalle, hay que arreglarse como para ir a una cita, de hecho es una de las citas más importantes de su vida, la última, y hay que estar a la altura, entonces asegúrese de estar bañado, bien depilado, con ropa interior bonita, lo mismo la exterior. Si es mujer, bien maquillada, y si es hombre y se maquilla también, piel hidratada, accesorios adecuados, que las medias no estén rotas, manicure, pedicure, etc. Recuerde que van a revisar su cadáver y lo mejor será dejar una buena impresión, que digan que usted fue una persona pulcra y dejó un hermoso cuerpo.
Bueno, para darle orden al asunto, hagámoslo por pasos.
1. Escoja la forma que más se adapte a su personalidad a la hora del suicidio: pastillas, muerte dulce, tranquilizantes, veneno, etc.
2. Consiga todos los implementos necesarios.
3. ¡Prepárese! Baño, maquillaje, ropa, etc.
4. Asegúrese de que no haya nadie en su casa. Si vive con alguien, espere a que todos salgan a almorzar o algo así y se demoren. Invéntense una excusa creíble para quedarse solo en casa.
5. Asegúrese, antes del deceso, de haber hecho por última vez la cosa que lo haga más feliz en el mundo.
6. Elabore una carta de despedida, si así lo desea.
7. Piense bien, por última vez, si está seguro de dejar de vivir.
Y es que uno se pone a pensar ¿por qué se quiere suicidar? y entonces aparece una lista interminable de cosas, mala situación económica, falta de empleo, de oportunidades, amores no correspondidos, decepciones de todo tipo, etc. Pero en realidad la gente se suicida porque no es feliz, y es que estamos tan ocupados buscando ser “exitosos” y en tener todo lo que requiere el “éxito” en nuestra sociedad, como las cuentas bancarias llenas de billetes, que no nos damos cuenta de que lo que hay que tener lleno es el corazón y el alma, eso es lo que es prioridad enriquecer, o entonces ¿por qué creen que se suicidan las estrellas?, si al parecer tienen todo lo que se necesita para ser feliz, dinero, talento, fama, reconocimiento, ropa de diseñador, el último carro, las joyas más brillantes. Uno debería todos los días levantarse preguntándose si realmente es feliz, y si no lo es, sentarse dos minutos en la cama, lo mismo que hace a diario, pero no para lamentarse, no, si no para responderse esa sencilla pregunta. Entonces, encuentre lo que lo hace feliz, un jardín con flores, un helado, un color, caminar bajo la lluvia, ver a alguien sonreír, y hágalo, así sea una vez en el día o en la semana, o mínimo en el mes, o si es un proyecto, dedíquese a trabajar en el. Por ejemplo, a mí me gusta escribir banalidades. ¿Qué le gusta a usted? Sepa y entienda, que si uno no es feliz, no puede hacer feliz a nadie y la vida entera se le va haciendo cosas que lo envejecen sin sentido, y cuando llegan las canas y las arrugas también llegarán los remordimientos.
Es decir, para nadie es un secreto que la vida es dura, y sí que es dura y hay momentos difíciles y a veces uno piensa que puede llorar noches enteras y aún así no secar toda el alma, como dicen por ahí. Pero vivir es un complemento de todas las increíbles sensaciones que uno es capaz de percibir. Amor, odio, rencor, esperanza, ilusión, nostalgia, llorar de tristeza y de alegría también y entonces uno se tiene que dar cuenta de que vivir es un regalo, y que no tiene propósito, tan solo vivir. El propósito se lo da uno cada día al despertar. Vivir no tiene que ser tan complicado como parece, el que se complica es uno mismo. Tan solo hay que aprender a disfrutarlo y llenarse de las mejores cosas que uno puede recolectar por el camino.
8. Haga caso omiso a todos los pasos anteriores y viva muy feliz.