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Aunque el resto del mundo esté en ruinas

incendios

Por: Ely Álvarez

El amor se ha prostituido. Inútil etiqueta impuesta por una sociedad que habla con la boca llena de balas. Desde la cuna nos impusieron la fe y la religión, aun sabiendo que son antónimos. Como si eso nos pudiera salvar de morir como aquel crucificado. Ya nos hemos acostumbrado a ser el Judas Iscariote que besa, peca, reza y empata.

El amor se ha prostituido. Lo veo en las grietas que ha dejado la guerra. En mi abuelo de 86 años que está enfermo por culpa de la nostalgia. Somos el país que escucha el llanto de un recién nacido en la basura, pero sigue de largo. En cambio, se paraliza por la efervescencia y la indignación de infieles, homosexuales y sinvergüenzas.

El amor se ha prostituido y nos ha dejado en el perchero del escritorio un puñado de suicidas NN que todavía no han ido al cielo. Maldita desesperanza que se ha colado entre balas perdidas. Entre la angustia que nos precede y el abandono que deja la muerte.

Incendios, trampas, jaulas, trincheras. Aquí no hay oasis, ni barcas que nos conduzcan al paraíso porque hasta ese es un espejismo en medio del infierno… Pero luego, estás tú. Veo tu sonrisa y me pregunto ¿cómo es posible que pueda existir tanta magia aun en medio de nuestras roturas? Y me olvido del mundo y te olvidas de él.

Suena el despertador y nos ha pasado la vida. Abrazo mi esperanza desde el grito seco que maúlla en mi alma. Escribo, olvido, amo, beso. Escribo porque no me queda más, aunque estés, aunque estemos.  Lo siento, pero los vicios y los malos hábitos vinieron a parar en estas maletas. Cuando creíamos que ya habíamos trenzado la cuerda, se reventó y ya no encontramos refugio. Estábamos desnudos como Adán y Eva en un paraíso perdido de eufemismos y de doble moral. Donde el amor se prostituyó y el deseo se volvió una ida fugaz entre los excesos del alcohol y la nicotina.

¿Dónde está la inocencia de aquellos años?, ¿dónde están los niños? Ellos deberían estar empuñando libros y crayones, no armas para matar ni matarse. Deberían estar jugando a las escondidas y no esconderse para sentirse a salvo. ¿Dónde está el amor?, ¿dónde estás tú? Hoy nos miramos de frente por cortesía, pero debajo de nuestras pieles llevamos la lastidia de ataduras y generaciones pasadas.

Quiero ver el cielo. Quiero que lo veas y me mires como si fuera magia, porque somos el soplo de un aliento de vida que se hizo deseo cumplido. ¡Malditos hipócritas! Nosotros también nos dejamos meter los dedos en la boca y seguimos como si nada. Suenan las campanas y buscamos en una plegaria la salvación.

¡Qué inútiles! Ya hemos pisoteado todo cuanto hemos construido. Diablos que llevan sotanas. Caudillos predicando falsos evangelios. Líderes amarillistas. Niños que son papás. Violentos convertidos en mártires. Inocentes convertidos en falsos positivos. Somos la patria boba rebautizada como país de mierda…Pero luego, estás tú. Veo tu sonrisa y me pregunto si es posible quedarse a vivir en ella, aunque el resto del mundo esté en ruinas.

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