El Hilo de Ariadna

Publicado el Berta Lucia Estrada Estrada

Violada, el caso de Mukhtar Mai

 

Mukhtar MaiMukhtar libro

Por: Berta Lucía Estrada Estrada

El pasado jueves 21 de marzo eltiempo.com publicó una noticia sobre los crímenes de honor en Pakistán, dando un dato sobrecogedor, solo en el año pasado 943 mujeres fueron asesinadas siguiendo una costumbre ancestral, conocida como crimen de honor, y sobre la cual ya  he hablado en este blog; 93 de las víctimas eran menores de edad. Es por ello que hoy quiero hablar sobre dos valientes mujeres, Mukhtar Mai y Bama. 

«Deshonrada», de Mukhtar Mai, es un testimonio sobre una de las modalidades del crimen de honor. Esta valerosa mujer se enfrentó al status-quo de su país natal, Pakistán, puesto que  logró llevar tras las rejas a los hombres que decidieron violarla para “lavar” la supuesta falta que habría cometido su hermano de 12 años: haber mirado a una mujer de 20 años a la cara, con el agravante que ella era de una casta superior, los Mastoi. El niño fue primero raptado, luego torturado y sodomizado por varios hombres. Pero ese era sólo el comienzo de la pesadilla. En Pakistán, al igual que en las comunidades campesinas de la India, cualquier ofensa que haga un hombre, la que paga es la mujer, bien sea su esposa, sus hijas o su madre. La mayoría de las veces se paga con la violación a una de ellas por parte del supuesto ofendido. Mukhtar Mai fue llamada por el Consejo tribal, inicialmente para pedir perdón por el «delito» de su hermano, el acto tuvo lugar delante de todas las personas de la tribu a la que pertenece, allí fue condenada a ser violada por cuatro hombres y  la orden fue ratificada por el jefe de la tribu. Como ella misma lo dice, muchas mujeres en su caso se habrían suicidado; ella misma lo consideró seriamente por espacio de varios días, pero logró sobreponerse a la rabia y a la humillación, y entabló un proceso jurídico que la convertió en un icono de los derechos humanos en Pakistán, incluso en el 2005 fue declarada Mujer del Año en los Estados Unidos.
En vez de derrumbarse, Mukhtar Mai decidió fundar la primera escuela del pueblo donde siempre ha vivido con su familia. Ella misma dice que es la educación la que permitirá a las nuevas generaciones combatir las prácticas que hasta ahora han envilecido a millones y millones de mujeres. Dice, además: «A veces tanta responsabilidad me ahoga. A veces la cólera me quita el aliento. Sin embargo, no desespero nunca. Mi vida tiene un sentido. Mi desgracia se ha convertido en una herramienta útil para mi comunidad«. En el 2006 su escuela contaba con 150 niños y 200 niñas. Para los niños, el gobierno pakistaní le asignó un profesor, para las niñas son las ayudas de ONG’s internacionales y del gobierno canadiense las que permiten el pago de los salarios de cuatro profesoras. Las ganancias generadas por la venta de su libro han sido invertidas en su escuela.

Otros testimonios de opresión machista:

Bama, una mujer hindú perteneciente a la casta de Los Intocables o Parias y quien habla solamente la lengua tamul, publicó “Sangati”. En la actualidad se desempeña como profesora en la comunidad campesina a la que pertenece. Su libro es una serie de anécdotas que se siguen las unas a las otras, cada una más cruda que la anterior, por lo que su relato va in crescendo hasta convertirse en un grito desgarrador. Bama relata la difícil situación de un sistema social regido por las castas, pero ante todo le interesa denunciar la dolorosa e intolerable condición de ser mujer, en un país donde sus vidas no valen prácticamente nada, tal y como ella misma lo describe:
«Nosotros conocemos (en la India) todas las informaciones que hablan sobre la condición de la mujer y los derechos que ellas les han arrancado a nuestra sociedad patriarcal. No obstante todo aquello que concierne a la condición de las mujeres dalit [1] es ignorado, no solamente por los hombres, sino también por las mujeres que han caído en la trampa mortal del sistema social de castas. Las informaciones que les conciernen, son dejadas a un lado, disimuladas, enterradas, por lo que terminan en el olvido. A veces, escuchamos los gritos de dolor de esas mujeres para luego borrarlos de nuestra memoria«.

Los libros de Mukhtar Mai y de Bama tienen una gran importancia desde el punto de vista del testimonio, de documento, de denuncia social, de denuncia de género y de denuncia de sociedades que continúan ancladas en prácticas milenarias basadas en el oprobio a la mujer. No obstante, un caso muy diferente es el de la autora hindú, Chitra Banerjee Divakaruni, quien actualmente vive en Estados Unidos, donde se desempeña como profesora de literatura en la Universidad de Houston. Esta autora ha hecho una gran carrera en el mundo de las letras, siendo ampliamente reconocida por su poesía y por sus novelas. “La Hiedra del Deseo” cuenta la vida de una mujer que se ve obligada a huir del domicilio conyugal, para poder salvar a la hija que acaba de nacer. Y es que en la India, cada año miles de niñas son asesinadas o abandonadas en las puertas de los hospitales o de los templos, por sus propios padres que solo quieren un hijo varón o por sus madres que no desean para ellas la vida que les ha tocado vivir. En China, por ejemplo, el aborto podía hacerse en el quinto mes de embarazo, cuando la ecografía confirmaba que el fetoen gestación era femenino. Esta práctica sólo fue prohibida a mediados de la década de los 90.

Sin embargo, el caso de Mukhtar Mai, aunque extremadamente doloroso, no difiere mucho de lo que numerosas mujeres en Colombia podrían contar en cuanto al escarnio que sufren a diario de manos de sus parejas, de sus padres o hermanos, o de los jefes, sin olvidar los miles de casos de mujeres y niños violados por los actores del conflicto armado e incluso de los políticos que las acosan sexualmente o que las humillan e insultan cuando nadie los ve. Y es que la cobardía es una de las armas más importantes con que cuenta el machismo. Cuando un hombre insulta, agrede o viola,  es su forma de perpetuarse en el poder y de hacer sentir que él es superior. Pero, ¿superior a quién?

 [1] Dalit significa aplastada, e inicialmente se utilizó como una palabra de denuncia política, militante; hoy en día es el término con el que se denomina a los intocables.

NOTA: Este es un espacio de intercambio de ideas, por lo tanto no serán publicados los comentarios que hagan apología del delito, que amenacen, que utilicen palabras soeces o que tengan ideas racistas o segregacionistas, o que hablen mal de los musulmanes o de una religión determinada.

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