Dos o tres cosas que sé de cine

Publicado el fgonzalezse

Epifanía: la vida quiebra las formas

Fuente: La Vibrante
Fuente: La Vibrante

Epifanía comienza de noche. Una madre ha muerto, una hija, en su duelo, sueña con su regreso. La película concluye con otra mujer dando a luz. Un ciclo termina y otro empieza. Y Epifanía nos invita a vivir en un paréntesis en que las experiencias del duelo y el nacimiento, aun cuando ocurran en distintas latitudes, se unen en un solo cuadro. Los realizadores Anna Eborn y Óscar Ruiz Navia proponen una documentación de las ficciones a que recurrimos para enfrentar a la muerte y la vida. Se trata de un filme que gira sobre las reacciones frente a estas situaciones, más que alrededor de una narrativa convencional que use esos relatos con que hacemos de tales eventos situaciones digeribles. No debe juzgarse a la película, pues, según los parámetros del cine convencional. Entre experimento y registro desnudo, entre argumental y documental, Epifanía surge de la confluencia de distintos tipos de acercamientos y sensibilidades. Probablemente de ahí proviene la sensación de falta de unidad, de ahí también que parezca una sucesión de imágenes inconexas. Pero también es esa diversidad la que hace de este un filme fascinante. Una película que plantea un insólito enlace entre miradas diferentes para revelar los efectos de la pérdida y el nacimiento.

Fuente: Publimetro
Fuente: Publimetro

Dividida en 3 episodios, Epifanía conecta tres escenarios independientes como las etapas de un solo viaje, viaje que va del dolor del fallecimiento de un ser querido a la emoción por recibir a un nuevo miembro de la tribu. Cada uno de los episodios tiene un tratamiento diferente: del riguroso y, por momentos, acartonado relato onírico inicial, pasando por el libre y conmovedor trasegar de un duelo en el trópico, para concluir con el asombro espontáneo de un nacimiento en invierno. Epifanía los contiene como facetas de una única búsqueda. Eborn y Ruiz Navia logran encajar a grandes rasgos a las 3 partes en una sola travesía. La estructura abierta a nivel narrativo y estilístico tiene como patrón unificador una intención, la de captar la experiencia sensorial de quienes pasan por tales trances. Asimismo, la madre de Ruiz Navia aparece en los tres episodios con roles ligeramente distintos. Sin embargo, no todo encaja en Epifanía. La diferencia entre el más bien esquemático episodio inicial y la espontaneidad del de cierre más que contrastar parece subrayar una desigualdad entre dos películas distintas. Es una desigualdad que debilita a un largometraje, cuyo atractivo reside en buena medida en el riesgo que toma a la mezcla estilos y formas de filmar con miras a dar una vista caleidoscópica de los efectos de muerte y vida.

Fuente: Vimeo
Fuente: Vimeo

El ambicioso objetivo de la película consiste, pues, en ver qué significa la muerte para dos personas de orígenes diferentes, ver cómo se reacciona frente a un parto en la cotidianeidad de nuestras vidas. Epifanía nos acerca a esas realidades, raramente representadas en la filmografía colombiana. El enmarcar a la película como un viaje de la muerte a la vida no deja de tener algo de manierista, de simplista. Aun así, hay secuencias en que hay una vitalidad que rompe con esa dinámica y presenta con transparencia los efectos de vida y muerte; por instantes, la película logra mostrar esas realidades, que no narrarlas. Por tanto, en Epifanía coexisten tanto las ideas manidas de aquello que con mayúsculas denominamos Vida y Muerte con esas realidades mínimas de nuestras propias pequeñas existencias. El filme logra conjurar los efectos de tales eventos, así como dar un retrato de un par de sensibilidades opuestas –las de Ruiz Navia y Eborn–. Sin conseguir una perfecta unidad, Epifanía nos obligar a reconocer emociones conocidas y a vernos como seres moldeados por los efectos de una muerte o de un nacimiento. La aproximación híbrida –documental y ficción– rompe el esquema mismo sobre el que se desenvuelve la película y le abre un espacio a los ecos genuinos que ambos realizadores han cargado en sí ante una pérdida o el inicio de una nueva vida. O, en otras palabras, la película nos hace vislumbrar una anatomía del duelo y del nacimiento. Se puede cerrar diciendo que en Epifanía la vida quiebra las formas.

Fuente: Laboratorios Black Velvet
Fuente: Laboratorios Black Velvet

Tráiler

Fuente: Contravía Films
Fuente: Contravía Films

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