¿Cómo no recordar, en el frío invierno austral de Sudáfrica, el cálido verano boreal del 2006 en Alemania?
A aquel Mundial, por tantas cosas inolvidable, le dediqué el siguiente abecedario, que rescato de mis archivos :
Austria-Hungría
Ninguno de los dos países estuvo en el Mundial. Pero su emparejamiento me recuerda una anécdota divertidísima. Y fue que una vez, en presencia de Otto de Habsburgo, el heredero del último Emperador vienés, alguien dijo que había que darse prisa para poder ver la transmisión del partido de Austria–Hungría. A lo que el Habsburgo preguntó: “¿Y contra quién jugamos?”
Brasil
La genética brasileña es una tecnología punta. Está rigurosamente comprobado que al menos en el Mundial 2006 no jugaron ciertos originales (Ronaldinho, Ronaldo) sino sus clones. Con independencia de este dato científico, de los 23 canarinhos de la Seleção, sólo tres juegan (todavía) en Brasil, y los tres, además, en São Paulo. Los dos únicos países que concurrieron con selecciones exclusivamente integradas por jugadores que se desempeñan todos en el propio país, fueron Italia y Arabia Saudita. Este segundo caso, dicho sea sin ánimo de molestar, tiene una explicación lógica. El otro caso se explica por el deseo de las demás naciones de proteger la integridad física de los jugadores de sus respectivas Ligas (véase J).
Caridad cristiana
La han practicado muchas estrellas del torneo, según el sistema que de modo lapidario definió alguna vez el periodista colombiano Óscar Domínguez hablando del Pibe Valderrama: que había días en que jugaba sin que su pierna derecha supiera lo que hacía la izquierda.
Diego Armando
Pocos espectáculos más ridículos y deprimentes que ver a la bolita Maradona dando saltitos, besos y abrazos en la tribuna VIP cada vez que las cámaras lo enfocaban. Sentía uno lo que Valle Inclán llamó “la vergüenza zoológica”. Por contraste, la dignidad refleja en la mirada de Román Riquelme: nunca he visto en mi vida unos ojos más tristes, salvo los de Heinrich Böll.
Ecuador
Uno de los efectos benéficos del Mundial es que los espectadores aborígenes amplían su cultura geográfica e histórica. Por ejemplo, hoy en día, los jóvenes alemanes ya saben que Ecuador es el país africano que derrotó por 2:0 a Polonia. Claro está que si a uno se le ocurre rectificar diciendo que no, no, no, que de africano nada, se quedarán muy confusos porque… ¿de dónde, pues, tantos negros en ese equipo?
FIFA
Los alemanes no escarmientan. Después de haber sido ocupados, contra su voluntad (eso sí), en 1945, por soldados estadounidenses, británicos, franceses y soviéticos, esta vez se hicieron ocupar voluntariamente por centenares de funcionarios de la FIFA, quienes durante un mes le dictaron su voluntad omnímoda a un pueblo tan celoso de sus derechos como este. Se lo crean o no, durante ese mes, y sin permiso de la FIFA, no se movió ni una hoja de un solo árbol en toda Alemania.
Gastfreundlichkeit (=Hospitalidad)
En materia de hospitalidad, los alemanes han hecho honor a su palabra. Excepto con seis selecciones nacionales que los visitaron. Y menos mal que sólo fue con seis. Pero el resto del mundo se hace lenguas de la Gastfreundlichkeit tedesca. Sobre todo Italia.
Himno holandés
Los Países Bajos no han tenido más que dos enemigos invasores en su historia: España durante la guerra de los ochenta años, y Alemania durante la segunda mundial. Y el himno neerlandés dice en su primera estrofa: “Yo soy Guillermo de Orange, soy príncipe de sangre alemana y me siento orgulloso de ello, y al rey de España siempre le rendí pleitesía”. ¡Y lo cantan en estadios llenos, y a voz en cuello, como en éxtasis, hasta cuando juegan contra España y Alemania! No conozco mejor argumento para terminar con esa costumbre paleolítica de los himnos.
Intercambio de camisetas
¿Recuerdan que la FIFA prohibió a los jugadores intercambiar sus camisetas en la cancha, al concluir el partido? En su día, 1998, la medida me pareció exagerada y la comenté de este modo, que parece que hizo cambiar de opinión a Blatter & Co.:
A los pobres jugadores
les tienen harto prohibido
que al término del partido
intercambien sus colores…
si no es entre bastidores.
Medidas harto obsoletas,
pues canjear camisetas
sólo prohibir imagino
en el fútbol femenino,
por mor de las muchas tetas.
Juego sucio
Italia debería participar en los Mundiales sub conditione. Al primer intento de romperle la nariz de un codazo a un contrario, el árbitro interrumpiría el encuentro, e ipso fuckto la propia FIFA se encargaría de devolver al equipo hasta el sur de los Alpes, de donde nunca debió de salir. ¡Pensar que lograron despertarle sentimientos pro–gringos a los más acérrimos antiUSAnos!… En vez de “squadra azzurra” ¿no sería hora de irla llamando “cuadra azzurra”? Sea como fuere, no olvidemos los detalles simpáticos: en el Mundial de 1982, Italia eliminó en las semifinales a Polonia siendo Papa un polaco, y en este del 2006 ha eliminado a Alemania siendo Papa un alemán. C’est très mignon, mon Dieu, du laïcisme avant toute chose!
K.O. español en el 4° round
El campeón español Fernando Alonso canceló a última hora el compromiso que tenía con su selección nacional y fue a correr Fórmula 1 en Montreal , y no a los octavos de final contra Francia. ¡Y a España le contaron hasta diez en la lona de Hannóver!
La Ola
Sigue siendo el aporte más espectacular de México al fenómeno universal del fútbol. En este Mundial parecía celebrar la marcha triunfal de Rubén Darío, versión rusa:
“Ya viene el cortejo,
ya viene el cortejo,
ya se oyen los claros clarines,
los cheques se anuncian con million reflejo,
ya viene, oro y Chelsea, el cortejo de los Mourinhines.
Ya pasa debajo los arcos ornados de blancos Mercurios y FIFAs,
los arcos triunfales en donde las Champions erigen sus largas trompetas,
la gloria solemne de las grandes rifas,
jugadas por pies bien pagados de business atletas”.
Etcétera.
Montserrat
En el ranking mundial de la FIFA, en el año 2002, los dos últimos puestos los ocupaban el reino asiático de Bután, en el Himalaya, y la isla de Montserrat, en el Caribe. Los holandeses, frustrados porque aquella vez no lograron clasificarse para el Mundial de Japón y Corea, tuvieron la idea de organizar una final distinta, la final de los últimos del ranking. Y así fue: el mismo día en que Alemania y Brasil se enfrentaron en Yokohama, lo hicieron Bután y Montserrat en Thimbu (o Thimpu), la capital butanesa, y en esas vertiginosas alturas del Himalaya los isleños montserratinos, nacidos al decente nivel del mar, perdieron de lo más decorosamente por nada más que 4:0. Loor a la proeza.
Nivel cultural
Botón de muestra acerca del nivel cultural de los reporteros de TV. alemana. Una de ellas, en la tarde del sábado 24 de junio, decía desde la plaza del Mercado Nuevo, en Colonia: “Dentro de poco esta plaza estará ocupada por los mexicanos y, sobre todo, por los argentinos, ya he oído por ahí muchísimas castañuelas”, con lo que descubrió a sus compatriotas el mediterráneo de que los charros y los gauchos bailan flamenco como expresión folclórica nacional. Olé.
Ñoño
En el Irán, por mor de la ñoña censura, las transmisiones del Mundial se hicieron en diferido, con diez segundos de retraso, a fin de que los sicarios de los ayatolas lograsen cortar a tiempo los excesos nudistas de nuestro pecaminoso mundo occidental (los ayatolas, por supuesto, podían ver el partido en directo y sin cortes, faltaría más, para algo se tiene el poder). Y he aquí que la normativa iraní me inspiró la siguiente décima:
Sabido es que en el Irán
el Mundial se televisa
sin la simultánea prisa
que en Madrid o en Popayán.
Los censores de Teherán,
de ojitos muy pudibundos,
disponen de diez segundos,
que usan de un modo letal
contra el exceso carnal
que se goza en nuestros mundos.
Ohne Holland
En los partidos de clasificación y en el de octavos de final, el público alemán animaba a su equipo con el grito “¡Berlín, Berlín, iremos a Berlín!”, en clara alusión a la final. Pero luego de la eliminación de la ex–naranja mecánica por Portugal, ya en la noche del 26 comenzaron los espectadores en Colonia a corear algo distinto:“Ohne Holland (Sin Holanda), iremos a Berlín”. No es muy grande la simpatía que le tienen los alemanes a los arrogantes neerlandeses. Pero en este caso el tiro les salió por la culata: con o sin Holanda, tampoco ellos fueron a Berlín.
Podolski
Dos días antes de comenzar el campeonato, en una conferencia de prensa, esta estrella juvenil del seleccionado alemán declaró: “Lo que tenemos que hacer es barrer del mapa a los ticos”. Y eso en vísperas de un evento que había sido puesto bajo el lema “El mundo como huésped entre amigos”. En una carta de lector para un diario de Colonia, solicité que a Herr Podolski se le concediera el premio al Fair Play. Al menos él decía lo que pensaba. And that is fair!
Quand même! (=¡Pues eso!)
Hay más de un millón de turcos viviendo en Alemania, y el reproche más generalizado que se hace a este colectivo es su poca voluntad de integración en la sociedad. Por ello, para mí, lo más hermoso de todo el Mundial ha sido que de repente, espontáneamente, los turcos de segunda y tercera generación descubrieron que “He nacido aquí, vivo aquí, me moriré aquí, y si Turquía no está, mi equipo es Alemania”. Y hasta muchos de la primera generación, de pronto, casi sin darse cuenta de lo que hacían, se encontraron enarbolando banderas alemanas. Bendito sea el fútbol que consigue tales milagros.
Racismo
Para los reporteros de la TV alemana, cualidades como la disciplina y la inteligencia táctica de los europeos siempre son innatas, mientras los tercermundistas (trinitarios, marfilenses e tutti quanti) sólo pueden adquirirlas con mucho esfuerzo. Por el contrario, todo cuanto se basa en el instinto es natural en los tercermundistas y artificial en los europeos. Me comenta un amigo peruano, el etnólogo Julio Mendívil, si no sería éste un tema para algún estudio sobre la estupidez como fundamento antropológico del ser humano. Pero le arguyo que me temo unas causas bastante más profundas. Pues la estupidez, como fundamento antropológico humano, la doy por sabida. Sobre todo en los reporteros de la TV, y no sólo de la alemana.
Sí, se puede
Es el grito de batalla de los costarricenses… pero no se pudo, y eso a pesar de que según dice su sabiduría popular,“Dios tiene cédula tica”. Nota bene: Tanto el grito como la sabiduría popular son desde luego de nacionalidad canjeable.
Tiro libre
Se lo crean o no, yo estoy convencido de que si Shakespeare escribiese en nuestros tiempos, oiríamos en sus obras alguna frase así: “Cuando Beckham patea un tiro libre, hay una cosa, Horacio, desplazándose entre la tierra y el cielo, más hermosa de lo que nunca pudo soñar tu filosofía”.
Uuuuuuuuuuuuuuhhhh
Es lo que se escucha en el estadio cuando sucede lo que el humorista español Wenceslao Fernández Flórez llamaba donosamente “un vicegol”. Fernández Flórez proponía, además, en su muy recomendable novela seudodeportiva El sistema Pelegrín, que cada dos vicegoles se contabilizase como un gol. Además, una vez sugirió la nada desencaminada idea de que los árbitros fueran «aquellos hombres que hubieran fracasado en cargos públicos», con objeto de que pudieran redimirse de sus culpas. La FIFA jamás le hizo caso. Dicho sea en su descargo, también es verdad que no se sabe de nadie que lea, en esa organización.
VIR
Definitivamente very important referee, don Benito Archundia, mexicano domiciliado en Tlalnepantla, el primero en la historia de los Mundiales que ha arbitrado cinco encuentros en una ronda final de los mismos (véase U).
Wanchope
Sólo dos equipos le hicieron dos goles a Alemania: el campeón mundial, Italia, y Costa Rica. Y a un tico le estaba reservado el honor de ser el único delantero que le encajó dos goles al arquero alemán. No hay enemigo pequeño.
XVIII
Es el número romano de este decimoctavo campeonato mundial. Lo fue también del Siglo de las Luces, la Enciclopedia y la guillotina, de Herder y Voltaire… y del marqués de Sade. ¿Dirá la Historia algún día, que el mundial decimoctavo no fue el canto de cisne, sino el graznido de cuervo, de Zidenine Zidane?
Yamusukro
Así se llama la capital de la Costa del Marfil. Y es que no hay nada como un campeonato mundial de fútbol para adquirir cultura geográfica.
ZA
Es el código identificatorio, en internet y en las chapas internacionales de sus automóviles, de la Republiek van Suid-Africa, el nombre en idioma afrikaans de la República Sudafricana, donde se celebrará el Mundial del 2010. ¡Hasta entonces, pues! O en afrikaans: Tot ziens!
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