Pasan los DÍAS… Pasan los GOBIERNOS… Pasan de LARGO… Pasan de CORTO… Aquello que NO pasan de MODA son los CUENTOS de la BUENA PIPA…de la pluma MÁGICA del SUTIL y MULTIFACÉTICA del BIOQUIMICO, BATERISTA y ESCRITOR… Dn LITO ZANARDI, quien luego de sus VACACIONES decidió regalarnos otras de sus OBRAS a COMPLETAR… La que…
Pasan los DÍAS… Pasan los GOBIERNOS… Pasan de LARGO… Pasan de CORTO… Aquello que NO pasan de MODA son los CUENTOS de la BUENA PIPA…de la pluma MÁGICA del SUTIL y MULTIFACÉTICA del BIOQUIMICO, BATERISTA y ESCRITOR… Dn LITO ZANARDI, quien luego de sus VACACIONES decidió regalarnos otras de sus OBRAS a COMPLETAR… La que casi como una TRANSCRIPCIÓN autobiográfica testimonial le dió en llamar…
“PASEOS CUÁNTICOS
Cada tanto nos encontramos con Leo en el café de la calle Iztaccihuatl y avenida México, en la colonia Condesa del Distrito Federal. Desde allí se observa el busto de Einstein construido por la minúscula comunidad judía mexicana en honor al físico ilustre. Sin embargo, tanto a él como a mí nos atraen más los árboles siempre verdes de ese parque, que administra una cuota de silencio en el paisaje urbano abundante en grises y amarillos, que ese símbolo moldeado con cemento pórtland. Por eso, luego del café, caminamos por él conversando. El parque puede recorrerse siguiendo un sendero paralelo a los bordes que imita la geometría de una elipse, o en el primer cuadro de la elipse por una avenida central en cuyas orillas se alinean cipreses altos de copas delgadas. Esa avenida termina en un amplio patio de cemento donde los sábados se instalan tianguis, ferias callejeras donde se vende un poco de todo. En ese lugar nos sentimos, siempre, tranquilos y a resguardo de todo aunque nada nos amenace. Alguna vez Leo me confesó que en cierto sueño caminaba por esa avenida acompañado de discípulos a quienes les enseñaba mecánica cuántica. En el sueño, a esas caminatas las llamaba paseos cuánticos, se sonrió aquella vez. Creo que los sueños son una representación de la realidad modificada por un lente de formas irregulares y por eso no hay que darles mucho crédito. Tampoco creo que esos paseos serían concurridos, la mecánica cuántica no es una disciplina muy popular que digamos. La realidad de los sueños es un simulacro de la otra pero se sostiene una lógica que es válida dentro de sus propios límites. Tal vez algún día los intente, a los paseos cuánticos, digo.
Me gusta conversar con Leo. Tiene la voz pausada, y profunda por su voz de bajo, que se vale de breves interrupciones de silencio como un modo de ordenar la charla para proveer al oyente de un necesario espacio de reflexión. Aparte de practicar la docencia de física en la universidad, trabaja de editor para cierta revista de escasa circulación dedicada a la divulgación científica. Sé que publicó un par de libros de ensayos científicos destinados al público en general, pero ya hace tiempo de eso. Dice que está preparando una novela referida a esos mismos temas —él la llama una novelita— desde hace varios años pero la compone en soledad. Siempre que nos vemos promete darme a leer algo de ella pero, creo que acertadamente, prefiere evitar una lectura parcial y sus inevitables comentarios para evitar cualquier interferencia. Ya habrá tiempo para observaciones inteligentes. Te prometo que cuando la termine vas a ser el primero en leerla, me dice cada vez que surge el tema.
A veces dudo si esa novela existe o si en verdad se trata de una de esos mitos ínfimos que las personas se imponen cada tanto para tener algo que está siempre por hacerse. Creo que es un narrador nato y, aunque en general compartimos conversaciones sobre anécdotas científicas —de las cuales parece poseer un inventario casi completo—, en aquella ocasión, que tuvo lugar en cierta tarde de junio cuando es verano en el DF, me habló de otras cosas aunque la ciencia, como suele ocurrir para quienes dedicaron su vida con exclusividad a algún tema, nos merodeaba como un perro manso al que de tanto en tanto hay que acariciarle la cabeza para hacerle saber que lo seguimos queriendo. Habló de la condición inefable de seductor de Schrödinger, que no le impidió formular la sencilla ecuación de onda que describe el movimiento de los electrones y la desazón de Heisenberg al comprender que esa fórmula humilde desplazaba la impenetrable mecánica matricial que él había empleado para dilucidar el mismo fenómeno. Varias veces me había repetido esa historia porque, según él, revela la torpeza de Heisenberg como físico práctico. Por eso fracasó en la fabricación del reactor nuclear que le había prometido a los nazis. De haber sido más sagaz, y menos arrogante, habría comprendido a tiempo que sus consideraciones se asentaban en una serie de errores. Los errores también pueden ser lógicos y la equivocación de un genio es, también genial.
Hace unas semanas atrás dejé de trabajar en el laboratorio de la UNAM. Me llegó el tiempo del retiro, se sonrió. Estoy haciendo los trámites para jubilarme. Vos sabés que como investigador hay una vida útil. La mía duró bastante. Los científicos son productivos hasta poco más de los treinta años, luego se dedican a repetir más o menos lo mismo. Yo ya me repetí lo suficiente. Me propusieron como compensación ser docente de historia de la ciencia. No está mal ¿no te parece?
Le dije que claro, que no estaba mal, que esa nueva tarea es lo mejor que pudo pasarle. Leo no suele hablar de cómo llegó a México durante los años setenta, cuando debió dejar el país como tantos otros para preservar la vida e inventarse otra en cualquier parte. Tal vez me hicieron un favor, me dijo alguna vez en ese mismo parque. México fue un país afectuoso con nosotros, como vos también lo sabés ahora. Aparte de las bromas de argentinos y las trifulcas cuando juegan equipos de fútbol de los dos países, en general nos tratan bastante bien. Será por eso que muchos de nosotros no pudimos volver ¿no? Terminamos por ser de los dos lugares, o tal vez de ninguno de ellos. Somos, siempre, extranjeros. Creo que la condición de extranjero viene de cuando no te reconocen como parte de una comunidad. Hace poco leí un libro de Murray Gell-Mann llamado El quark y el jaguar, en donde trata de algo que él llama sistemas complejos adaptativos y refiere, en general, al pensamiento común entre diferentes disciplinas de la ciencia. Gell-Mann fue quien diseñó la teoría de quarks, lo cual le valió un Premio Nobel. El texto es interesante como propuesta, pero en cierta parte del libro habla del escritor científico Isaac Assimov, como ex-científico. Para Gell-Mann, haberse dedicado a la divulgación popular de temas científicos en cierto modo lo descalifica y por eso lo trata como un exiliado de la ciencia. Esa aserción, creo, habla de la arrogancia de Gell-Mann pero es un pensamiento común dentro de ciertos círculos exclusivos. Ahora que voy a dedicarme a una tarea equivalente, impartir historia de la ciencia en la universidad, tal vez piensen lo mismo de mí. Como ves, vuelvo a convertirme en extranjero en otro lugar que fue mío, se sonrió.
Dejamos el café para caminar por la avenida de los árboles altos. Discutimos acerca de la condición de ciertos títulos y su permanencia en la vida de uno como una etiqueta. Repetí el pensamiento simple, y cómodo, de que no importa tanto lo que fuimos en determinado momento sino lo que somos en cada instante y que, evidentemente, cada uno de esos instantes sólo puede ser explicado por lo que lo antecedió. Y que Gell-Mann, en todo caso, es un tipo petulante cuyas opiniones sobre otros temas que no sean los mismos quarks tienen la misma validez incierta que las de cualquiera menos prestigioso. No sé si se convenció de eso, pero, en todo caso, no habló más del tema. Prefirió continuar, entonces, con la historia de Heisenberg y de su papel en el Club del Uranio alemán. De su visita en el año 41 a Böhr en Dinamarca y de la conversación que tuvieron y que decidieron llevarse como un secreto para no revelarla a los demás. La novela que estoy escribiendo habla, entre otras cosas, de historias como ésas, me dijo. Algún día la leerás. Luego se detuvo en el problema del cálculo de la masa crítica del uranio necesario para fabricar un ingenio explosivo, en el que acertó Fermi, y erró Heisenberg, y les permitió a los físicos del proyecto Manhattan construir los artefactos que detonaron sobre Hiroshima y Nagasaki. Cuando nos despedimos caía la tarde sobre el parque.
Me dije que ese paseo cuántico había sido, como todos los otros, gratificante. Seguramente Leo podrá seguir haciéndolos con más o menos público. No importa en que país o en qué profesión esté Leo. En ese parque nunca será extranjero.”
Como leyeronuna de esas PRECIOSURAS LITERARIA de las que Ud DECIDE si se queda en su IMAGINARIO o bien queda en el ARCÓN de este PERIÓDICO, lo cual es permanecer en EL TIEMPO como ESPECTADOR… de su REALIDAD al compás de…
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CONTINUARÁ
CON JABÓN…! NO COMO PILATOS PORFIS
Grupo Juncal un colectivo de autores
“GRUPO JUNCAL un colectivo de AUTORES ESPECIALES que hacen un verdadero CAFÉ VIRTUAL inspirado en los aromas de su motivador, el CAFÉ LITERARIO que se hizo entre 1980 y 1990 en FRENCH&AZCUENAGA de BUENOS AIRES en ARGENTINA, y al que frecuentaban personajes tales como JORGE LUIS BORGES ,ALBERTO CORTEZ, JOSEFINA ROBIROSA, ADOLFO BIOY CASARES, PIERO, CESAR MENOTTI, ERNESTO SABATO, GUILLERMO VILAS, SODA STEREO, MANUEL MUJICA LAINEZ, MARTA MINUJIN, FITO PAEZ, TOMAS ELOY MARTINEZ entre otros que hicieron de EL una verdadera USINA de la MOVIDA CULTURAL que hoy, por medio del EQUIPO de AUTORES de este blog, hacen realidad esa impronta…”
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