Se lo presto si me lo devuelve

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Un tote es un juego de pirotecnia que chispea sin tregua. Amalia Londoño Duque es un tote que va por la vida mirando y hablando a la vez; mira y habla de lo que mira; lee y habla de lo que lee; habla y habla de lo que habla. Un tote. Ella misma se reconoce intensa y tiene que serlo para hacer todo lo que hace: es profesora de periodismo de la Universidad Eafit desde por la mañanita y después de las horas acude frente a un micrófono para hablar (sobre lo que mira, sobre lo lee, sobre lo que come, sobre lo que imagina) a los oyentes de BLU Radio desde Medellín. Y después acude a cine y lee de manera tan caótica que va de la novela romántica a la novela negra y de ahí a la poesía. O al contrario. Y tiene un montón de amigas de colegio y de universidad que le exigen fidelidad en la amistad. Además ahora escribe un blog en elespectador.com en el que ha empezado a sacarse clavos de defensa de la generación a la que pertenece, que es la generación de los incansables, de los que hablan de todo lo que van haciendo o de lo que van dejando... Con estas señales particulares, si la encuentras por ahí, podrás identificarla porque te hablará de lo que está pensando/haciendo/queriendo. Y un dato más: tiene las cejas largas y tupidas y los ojos oscuritos como un anochecer bonito. Por Héctor Rincón.

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Esta es la historia de un conversatorio sobre el amor y es pura conjetura

Hablaban sobre el amor. En la literatura el amor se palpa, y entonces, fue ese el tema del que decidieron hablar 4 escritores en el marco del Hay Festival. Sin embargo, cuando llegué al lugar del conversatorio no me encontré con hombres y mujeres de libros en mano; el público, sin duda, no era lo... Ver post completo.

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Ni libros ni espacios para leer

Créanme. Yo busqué la sección de niños en la librería. Recorrí dos pisos y sólo encontré un rincón abandonado, sin colores que tenía un bulto de ejemplares de cuentos de Disney y tal vez unos cuantos libros con música para bebés. No había una sección de libros para niños y con razón, no había niños dentro de este lugar. Me causó intriga, rabia y curiosidad. Entonces visité otra librería. En esta había mas ejemplares de Disney y una sección dedicada solamente a Harry Potter. Sin embargo, me pareció todavía pequeña para los niños, ¡ah! y escondida. Al final del pasillo, donde solo entran quienes se van a sentar en un sofá a leer la ultima revista de moda. Ver post completo.