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Publicado el Banco Interamericano de Desarrollo

¿Puede Colombia liderar el camino hacia la agricultura del futuro?

Este blog fue publicado inicialmente Hablemos de Cambio Climático del Banco Interamericano de Desarrollo en  ehttp://blogs.iadb.org/cambioclimatico/2014/02/27/puede-colombia-liderar-el-camino-hacia-la-agricultura-del-futuro/

Coffee-farmer-Colombia

La adaptación al cambio climático es un concepto amplio y no es fácil de abarcar cuando hablamos de agricultura. Este sector se ve afectado por una serie de factores que van desde el clima hasta los aspectos socioeconómicos o la regulación del comercio internacional. Además, el cambio climático es un fenómeno sin precedentes y la adaptación es, por este motivo, un campo nuevo en el que existen muy pocos ejemplos del pasado de los que aprender. Todo esto hace que el proceso de la adaptación agrícola resulte muy difícil de visualizar.

Estos obstáculos no detuvieron a los participantes del foro “Agricultura climáticamente inteligente: Un modelo para la acción global” organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Embajada de Colombia la semana pasada en Washington DC, donde los participantes participaron del reto de diseñar un plan de inversión e innovación para la adaptación agrícola en el conjunto de América Latina. Por suerte, la región tiene un líder: Colombia.

Colombia, junto con Brasil, es considerado uno de los países pioneros en lo que respecta a las cuestiones de cambio climático y al desarrollo de los Planes Nacionales de Adaptación. Andy Jarvis, experto en cambio climático en el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en Cali, Colombia , expuso ante funcionarios del BID y del Gobierno colombiano que el país está tomando la delantera en lo que respecta a enfoques de adaptación, una experiencia que bien podría ampliarse al resto de América Latina.

Adaptación: La historia completa

Para muchos países, las pérdidas económicas causadas por eventos climáticos catastróficos actúan como catalizador para la inclusión de la adaptación en las políticas de cambio climático, donde en muchos casos antes sólo se había considerado incluir actividades de mitigación. En el caso de Colombia,  este fue el caso con el fenómeno de La Niña en 2010-2011, que provocó la inundación de unas 807.600 hectáreas y afectó a más de 2,7 millones de personas y causó el equivalente a US$12 millones en daños y pérdidas.

De hecho, el aumento de la variabilidad climática sigue siendo el riesgo más grave para la agricultura colombiana, a pesar de que las condiciones cambiantes en el largo plazo también amenazan con hacer que los principales cultivos comerciales, como el café, dejen de ser aptos para su cultivo en las zonas actuales.

Teniendo en cuenta esta situación, ¿qué ha hecho Colombia para estar a la vanguardia de la adaptación al cambio climático en el sector agrícola?

Desde la catástrofe de La Niña, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia (MADR) ha realizado importantes inversiones en esfuerzos de adaptación con enfoques integrales, multicultivo y multiregión. Una alianza histórica entre el MADR y el CIAT ha sido el último de una serie de pasos importantes para el avance de la agenda de adaptación del país.

Para empezar, Colombia ha diagnosticado su vulnerabilidad climática con gran detalle, lo que significa que las medidas de adaptación se pueden priorizar en base a las áreas de mayor riesgo, ya sea en términos de ubicación geográfica, de cultivos o según el nivel socioeconómico de los habitantes. Al incluir a los agricultores en este proceso se ha logrado que la identificación de opciones de adaptación tenga mayores probabilidades de abordar con éxito las condiciones sobre el terreno.

La participación de los agricultores en el proceso de planificación de la adaptación ha tenido el beneficio adicional de aumentar su conciencia climática, algo imprescindible en un país en el que si bien se están dando cambios climáticos con mucha velocidad, ha empezado a experimentar los impactos de largo alcance del cambio climático de manera relativamente reciente.

En los últimos años, Colombia ha desarrollado una impresionante cartera de medidas de adaptación. Éstas incluyen nuevas tecnologías agrícolas como variedades mejoradas de cultivos, técnicas de gestión específicas para cada lugar, predicciones probabilísticas de temporada que ayudan a reducir los riesgos climáticos y sistemas de producción bajos en carbono y con bajo consumo de agua que aprovechan al máximo los limitados recursos disponibles.

De Colombia para el resto de América Latina

En su presentación en el foro del 11 de febrero de 2013, Jarvis hizo hincapié en que el enfoque de Colombia no es de ninguna manera exclusivo para el país. Por el contrario, la sencilla secuencia de “diagnosticar, priorizar y luego actuar” puede servir como modelo para otros países de América Latina en sus esfuerzos por desarrollar planes similares de respuesta contra el impacto del cambio climático.

La fructífera colaboración entre CIAT con el BID, por su parte, está escalando la modelización del impacto climático y un análisis detallado de las implicaciones sociales y económicas del cambio climático en el sector agrícola para el conjunto de América Latina y el Caribe. Estos análisis sirven como punto de partida para realizar evaluaciones “zoom -in” a nivel de los países y para el establecimiento de colaboraciones Sur-Sur entre países con necesidades de adaptación complementarias.

“Estamos trabajando con el BID en una visión para el año 2030 sobre qué es lo que los sectores de la agricultura y la ganadería van a hacer realmente en relación al clima”, dijo Jarvis. “Este foro nos ayuda a empezar esta discusión con los organismos multilaterales, muchos de los cuales serán socios fundamentales a medida que la planificación de la adaptación se mueva hacia medidas concretas de adaptación”.

La semana pasada en Washington, las piezas del rompecabezas empezaron a encajar. A partir de estudios de caso como el de Colombia, hay esperanza de que la visualización y, lo más importante, la implementación de actividades de adaptación al cambio climático resulte mucho más fácil.

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