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Publicado el Banco Interamericano de Desarrollo

¿Por qué las comunidades costeras invierten en naturaleza? No es ninguna ciencia.

Este blog fue publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo en Capital Natural

 

La ciencia es clara. El hábitat natural puede ayudar a proteger comunidades costeras contra la erosión, aumento en el nivel del mar y tormentas, pero ¿qué hace falta para que las comunidades costeras inviertan en estas soluciones naturales?

Un artículo reciente en el Journal of Coastal and Ocean Management ofrece respuestas a esa pregunta.

Durante años, mitigar riesgos costeros en los Estados Unidos ha significado construir estructuras – muros marinos, diques y escolleras de defensa – a menudo llamadas infraestructura gris. Recientemente se ha dado un creciente interés a la restauración de hábitats costeros, llamada también infraestructura natural, para la protección de las comunidades costeras. Ejemplos de ésta infraestructura natural son dunas, humedales, arrecifes de ostras, arrecifes de coral y manglares.

Décadas de evidencia constituyen un argumento de peso a favor de la infraestructura natural – ecológica y económicamente. Pero, tal como los conservacionistas se dan cuenta a menudo, las conclusiones de las investigaciones no son por sí mismas suficientes para convencer a las comunidades de invertir en la naturaleza.

“Los conservacionistas creían que si ofrecíamos evidencia suficiente, la gente quedaría convencida”, nos cuenta Sheila M.W. Reddy, economista conductual de The Nature Conservacy, una de las co-autoras del artículo. “Ahora sabemos que la sola evidencia no cambia opiniones. La gente es compleja, por supuesto, y muchos factores influyen sobre las decisiones que toman las comunidades. Nuestro estudio se enfocó en comprender cómo estas personas toman dichas decisiones.”

Los autores del artículo llevaron a cabo entrevistas semi-estructuradas con 16 individuos asociados a tres casos de infraestructura natural: litoral viviente en Ferry’s Point, Maryland; abandono organizado de Surfer’s Point, California, y litoral viviente en Durant’s Point, Maryland.

Cinco temas comunes influenciaron estas decisiones:

1. Los beneficios percibidos superan a los costos percibidos.

Esto probablemente no sea sorpresa: costos y beneficios son importantes para las comunidades. Sin embargo, esto no significa que los miembros de dichas comunidades hayan revisado cuidadosamente los análisis económicos. En cambio, se enfocaron en los beneficios aparentes en vez de en la información o datos objetivos.

“La gente de estas comunidades tenía fuertes conexiones emocionales al lugar y su historia”, dice Reddy, “Expresaron un deseo de mantener o volver a un estado más natural”.

Los científicos a menudo se sienten incómodos hablando de la importancia de las emociones. Pero fue claro para los entrevistadores que las fuertes conexiones personales jugaban un importante papel en la configuración de las percepciones sobre la infraestructura natural.

2. Los innovadores muestran el camino.

Las tradiciones son fuertes en muchas comunidades costeras. Esto conlleva fuertes conexiones con el lugar, pero también puede crear resistencia al cambio.

Contar con innovadores que vean el potencial en la infraestructura natural y que puedan comunicar eso adecuadamente es un componente clave para la adopción por parte de la comunidad. Los entrevistados hablaron con orgullo acerca de la voluntad de tomar un riesgo e intentar algo nuevo.

“Los participantes a menudo mencionaron la oportunidad de que su comunidad sirviera como un sitio de demostración y una herramienta educativa para otros”, dice Reddy.

Esto no quiere decir que ser el primero no conlleve riesgos: a algunos de los entrevistados les preocupaba cómo sería percibido un proyecto fallido.

3. La infraestructura natural necesita de un promotor local.

Un buen mensaje necesita un buen mensajero. Cualquiera que trabaje en conservación sabe que un “experto externo” que llegue a una comunidad con todas las respuestas se arriesga a alejar a la gente, sin importar lo riguroso de la ciencia que presente.

“La realidad es que la simpatía del mensajero influye en el peso que le damos a la información”, dice Reddy. “Ese ha sido el caso al comunicar una variedad de asuntos. Y es cierto también para la infraestructura natural.”

Un promotor local confiable conoce la historia de la comunidad, sus intereses y preocupaciones. Tales actores construyen voluntad política a favor de proyectos de infraestructura natural.

4. La infraestructura natural es contagiosa.

Ok, no es literalmente contagiosa, pero los investigadores se dieron cuenta que cuando las comunidades podían ver a otras comunidades involucrándose en estos proyectos, eran más proclives a abrirse a la idea. Los participantes mencionaron repetidamente la importancia de ver otros proyectos, refiriéndose a fotografías de ‘antes’ y ‘después’. Tales fotografías se convirtieron en una poderosa herramienta para explicar lo que puede ser un proceso altamente técnico.

Proyectos realizados en comunidades similares crearon la percepción de que la infraestructura natural es una norma social creciente.

“Los participantes hicieron muchas referencias a visitar otros lugares, leer y escuchar sobre proyectos similares y ver fotografías de otros proyectos antes de implementar el suyo propio”, dice Reddy.

5. Cambiar lo preestablecido es una forma simple de promover la infraestructura natural.

¿Cómo pasamos de unas pocas historias de éxito a que las soluciones basadas en la naturaleza se conviertan en la tendencia dominante? Maryland encontró una simple solución. Al aprobar la propuesta de protección de Litoral Vivo en 2008, el estado cambió la opción “por defecto” para el tratamiento de erosión de una infraestructura gris a una infraestructura natural.

Maryland ahora cuenta con 250 proyectos de infraestructura natural, en comparación de otros estados costeros como Carolina del Norte y California, los cuales cuentan con 30 y 10 proyectos respectivamente.

En el video anterior Reddy entrevista a los residentes sobre los beneficios de la infraestructura costera. Como economista conductual ella ve este trabajo como un fuerte argumento, prueba de que la infraestructura natural no puede tratarse solo de ecología y economía. Se trata también de normas sociales, redes sociales y comunicaciones.

“A todos nos gusta creer que los datos ganarán al final del día”, dice Reddy. “Y ciertamente los datos son importantes. Pero los científicos reconocen cada vez más que las emociones, la cultura local y las normas comunitarias juegan roles vitales en la toma de decisiones. La infraestructura natural a menudo resuena fuertemente en las comunidades, pero sus decisiones frecuentemente son influenciadas por factores distintos a la evidencia científica.”

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