Por Marcello Basani
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Este blog fue publicado inicialmente en el blog Volvamos a la Fuente del Banco Interamericano de Desarrollo. Para ver mas entradas: http://blogs.iadb.org/agua/
Como han podido apreciar en mis posts anteriores, los brillantes resultados de mi educación universitaria me han dado una ventaja intelectual clara e indiscutible, ilustrada mediante chistes ingeniosos y declaraciones provocadoras. Además, este sentido de superioridad exquisitamente europeo se traduce en una actitud sutilmente snob pero perceptible. No es un requisito obligatorio para ser considerado miembro de la Unión Europea, pero es lo que se espera, lo que se prefiere. Oh, como lo disfruto. Suena y huele a inteligencia. Genial.
Sin embargo, no nos dejemos llevar por primeras impresiones. Estoy seguro de que muchas personas que trabajan en organizaciones internacionales poseen credenciales similares. Todos tenemos hojas de vida intercambiables. Creemos que sabemos todo lo que hay que saber en el mundo ya que lo hemos visto todo. Ciertamente creemos que sabemos más que el siguiente mejor colega expatriado.
Hace poco estuve en una de esas situaciones que me han demostrado una y otra vez que mi esnobismo sexy no es tan cool después de todo. Huele a ignorancia y arrogancia altanera.
Voy a tratar de probar mi punto con el juego del “primer pensamiento”: Yo digo algo y usted tiene sólo 5 segundos para decirme lo primero que viene a su mente.
Yo digo: ¡desperdicio!
Usted piensa: basura, olor, pestilencia, cáscara de plátano, latas de Coca-Cola (o Pepsi, eso ya dependerá de su gusto) comprimidas.
Yo digo: ¡recolección de residuos!
Usted piensa: manos sucias, enfermedades, olor desagradable, sucio, repugnante, sin hogar, drogadicto.
No podemos negar que recolección de residuos conlleva pensamientos apestosos. De hecho, he probado el juego del “primer pensamiento” con el siguiente mejor colega, y las respuestas que he colocado arriba son suyas.
Bueno. Recibí una gran lección de humildad durante un taller financiado a través de un proyecto del BID para promover una Guyana verde y limpia. En el taller, algunos recicladores y un experto en residuos sólidos hicieron una presentación sobre abono orgánico (compost en ingles).
Algunos de ustedes recordarán uno de mis posts anteriores, en el cual cuento la historia de aproximadamente 40 personas que están trabajando diariamente el en relleno sanitario Haags Bosch cerca de Georgetown, Guyana, como recicladores.
Para mi sorpresa, no vi cáscaras de plátano. Y no me azoto ningún olor desagradable. Lo único que me impactó fue el gran conocimiento de los recicladores sobre el sector y mi gran ignorancia sobre el tema.
Honestamente, debo admitir que ni siquiera los he visto como “personas de la basura”. Vi recicladores. Vi empresarios. Vi agentes de cambio en carne y hueso.
Estos son los mismos empresarios que se están reuniendo y organizando como la primera fuerza de reciclaje formal en Guyana. Estos son los mismos empresarios que se pueden ver en este video, que comparten problemas y sueños, tratando de transformar las normas del establecimiento actual para crear un cambio cultural.
Estas son las personas que llevan el dulce aroma de la dignidad. Yo, huelo a ignorancia. Cielos, creo que necesito una ducha urgentemente.
La versión en inglés de esta nota ha sido publicada en el blog Caribbean DevTrends.