Este blog fue publicado en Hablemos de Cambio Climático https://blogs.elespectador.com/volvamos-a-la-fuente/
La gran mayoría de nosotros sabe lo importante que es tomar una taza de café para poder empezar el día. Además de que hay mañanas en que estas tacitas parecen ser imprescindibles para el desarrollo de nuestras actividades laborales, la industria del café es directamente responsable por el empleo de más de 14 millones de personas en América Latina y el Caribe.
El 70% del café en el mundo proviene de pequeños productores. De los 10 mayores productores mundiales, 5 están en nuestro continente: Brasil, Honduras, Perú, Guatemala y México. Imagínate la cantidad de empleos generados entre la siembra, fertilizaciones, podas, cosechas, procesamiento, transporte, diseño de paquetes y distribución.
Pero, volvamos a tu empleo. Antes que empieces a buscar escuelas agrarias y cursos de barista, quizás deberías conocer los grandes retos que enfrenta la industria:
Aquí entra otra oportunidad de empleo: la del científico. Es posible que al leer un anuncio sobre una importante tecnología, te preguntas ¿en términos prácticos cuál es su utilidad? La ciencia está siendo aplicada para agilizar el desarrollo de opciones para enfrentar condiciones que enfrentan los productores de café. Para garantizar competitividad en el mercado mediante productividad alta, costos bajos y sostenibilidad ambiental, necesitamos plantas que sean más eficientes en el uso de insumos y más adaptables a condiciones climáticas cambiantes.
Recientemente se anunció el acceso abierto a los genomas de dos variedades de café (Coffea arabica y Coffea eugenioides). Esto posibilita saber exactamente dónde se encuentran y a qué característica están asociados los más de 30,000 genes de la planta. Genes con características como las relacionadas a la taza, resistencia y adaptabilidad a ciertas condiciones ambientales −por ejemplo sequías, inundaciones, mayor temperatura− han sido identificados y localizados. Lo anterior facilita el trabajo de los mejoradores genéticos en la identificación y desarrollo de variedades que se adapten a condiciones cambiantes, posibilitando que nuestros productores tengan alternativas de variedades en menor tiempo.
Y ahora, ¿qué te parece tu profesión? ¿Y tu posible adicción al café?
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Sobre el autor
Ana R. Ríos es especialista de cambio climático en el BID, donde trabaja en el análisis económico del cambio climático, adaptación en el sector agrícola, infraestructura resiliente y la integración de consideraciones de cambio climático en los Ministerios de Finanzas. Es co-autora del libro “El Desafío Climático y de Desarrollo en América Latina y el Caribe: Opciones para un Desarrollo Resiliente al Clima y Bajo en Carbono”. Ana se especializó en economía agrícola y horticultura en la Escuela Agrícola Panamericana Zamorano (2000), luego obtuvo maestría (2003) y doctorado (2008) en Economía Agrícola en la Universidad de Purdue (EEUU).