Pirotecnia
Esta época del año que comienza con el mes de diciembre trae aparejados dos comportamientos humanos que suelen afectar seriamente a los perros. Uno de estos es el amplio uso de pirotecnia y el otro, asociado al período de vacaciones familiares, es el abandono de mascotas a su suerte por no buscar dónde dejarlo.
Con respecto de la pirotecnia, los perros tienen una gran sensibilidad a los sonidos, particularmente a aquellos de frecuencias altas. Más aún cuando se trata de ruidos molestos. Es decir, los sonidos muy agudos, inclusive de frecuencias imperceptibles para nosotros, son detectados por el sistema auditivo de los perros. Las vibraciones del medio aéreo que producen los ruidos de las explosiones continuas, cuando se utilizan fuegos artificiales en forma reiterada, causan efectos negativos en la mayoría de los perros.
Son frecuencias que afectan su sistema auditivo pero también, en mayor medida, su sistema nervioso. Al no poder identificar el origen de estos estallidos, ni calcular cuándo o dónde sucederá el siguiente, estos alteran su equilibrio emocional.
El grado de estrés asociado a la exposición prolongada a este tipo de frecuencias es muy alto y puede llegar a comprometer su estado de salud física también. No podemos olvidar que el miedo puede expresarse al menos de dos maneras: en forma activa o en forma pasiva. En la primera, el perro puede intentar huir sin rumbo aparente y a su paso, mientras continúa escuchando los ruidos de la pirotecnia, aumenta su respuesta de escape. Lo más probable es que el perro se extravíe de su lugar y de sus guías.
En la forma pasiva, la afección emocional que llega a sufrir el animal puede comprometer su capacidad de reacción a estímulos negativos fuertes y, lo que es peor, aumentará su percepción de indefensión en tanto se vea expuesto a ellos nuevamente, Esto puede generar un trauma o un problema de conducta muy difícil de corregir.
Vacaciones
De otra parte, las vacaciones suelen verse afectadas en la planeación por la pregunta: ¿y qué hacemos con el perro? La respuesta siempre debería resultar de una decisión que responda a la idea de tenencia responsable.
Para resolverlo hay varias alternativas:
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Deje a su mascota en un servicio confiable de guardería u hotel canino. Si está relacionado con su servicio de paseo diario, cuanto mejor porque el vínculo que existe hace más fácil la estadía.
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Puede dejarlo en compañía de un amigo o familiar responsable para que el perro pueda pasar la temporada de vacaciones en casa, bajo supervisión y sin que se afecte demasiado su rutina diaria.
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Puede consultar a un amigo, que también tenga mascota, y que pudiese ofrecerle la posibilidad de alojar a su perro con el beneficio de compartir con un amigo mientras regresa de sus vacaciones.
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Puede planear sus vacaciones a un lugar donde sea permitido llevar una mascota, siempre que esto no represente un riesgo para usted, su familia o el perro. Hay una oferta interesante de hotelería “pet friendly” , que quizás pueda ajustarse a sus planes de vacaciones.
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Investigue si hay algún servicio de campamento de verano especializado para mascotas que pueda recibir a su perro, ofrecerle un entorno interesante y con actividades planeadas para que las vacaciones en compañía de otros sean tan placenteras como las suyas.
Pero definitivamente, NO abandone a su perro en la carretera ni en una calle cualquiera. Es su mascota y siempre hay alternativas para que tanto usted como su mascota puedan disfrutar de la mejor manera de su tiempo de vacaciones.
@VidaPerraBlog