VIDA PERRA

Publicado el Henry Salazar

30.000 años atrás

La Caverna de Chauvet también conocida como Le Pont d´Arc, ubicada en el sur de Francia, ha sido la galería que aloja más de 400 imágenes del período paleolítico, creadas hace 32.000 años aproximadamente.

Las cámaras de esta caverna fueron exploradas por primera vez al final de 1994 por los científicos Éliette Brunel-Deschamps, Christian Hillaire y Jean-Marie Chauvet, de quién tomó su nombre. Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco en el año 2014.

En 2010, el director de cine alemán Werner Herzog tuvo acceso exclusivo al lugar, restringido a los visitantes, para realizar el documental “La caverna de los sueños olvidados”, material que le ha permitido a la humanidad conocer el trabajo artístico más antiguo que se ha encontrado hasta ahora.

Aunque la datación sigue siendo motivo de controversia, hay algunas evidencias científicas que podrían darle una nueva versión a la historia de la relación que ha existido entre el hombre y el perro.

Uno de los hallazgos que mayor intriga ha causado dentro de las piezas encontradas en esta caverna, aparte del valor del trabajo expresivo que allí se encuentra, es un conjunto de marcas humanas que aún no consiguen explicación. Se trata de las huellas de los pies descalzos que dejó un niño de 8 a 10 años de edad hace más de 26.000 años, junto con la impresión de la pata de su compañero de viaje identificado como un lobo o un perro grande.

Perro-lobo, es el término que se ha utilizado para socializar el hallazgo, pero no deja de ser muy controvertido. Hasta ahora es la única evidencia física de la existencia de los perros en una época anterior a los 15.000 años, puesto que lo encontrado en esta caverna duplicó la antigüedad con respecto a la edad de las pinturas rupestres halladas hasta 1994.

En los últimos años se ha establecido la presencia de animales semejantes en Bélgica, República Checa, Ukrania y las montañas Altai en sur de Siberia, cuyo origen se estima en el período que va entre 33.000 y 16.000 años atrás.

En el año 2008, la paleontóloga del Instituto Real de Ciencias Naturales de Bélgica, reexaminó el material fósil excavado de la cueva Goyet en Bélgica durante el final del siglo XIX y anunció la identificación de un perro de 31.700 años de edad, un grande y poderoso animal que se alimentaba de renos, bueyes almizcleros y caballos. Este ejemplar vivió en la misma época que los humanos pertenecientes a la cultura Aurignacian, de quienes se sostiene, fueron los humanos que produjeron todas las imágenes de la Caverna Chauvet.

Se trató de una cultura arqueológica del paleolítico superior que ocupaba los territorios de Europa y el sureste asiático hace 45.000 años aproximadamente, según el tipo de datación que se utilice con base en las escalas de tiempo generadas por las técnicas de radiocarbono.

Aún cuando se trata de un dato más en la construcción de esta historia íntima entre dos especies, la relación de cooperación, las capacidades desarrolladas por cada especie -humano y canino- para comunicarse, la evolución del trabajo conjunto, muestran que este vínculo está basado desde entonces en el respeto mutuo, no en el sometimiento y la intimidación.

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