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Publicado el Alberto Donadio

Nos gobiernan los semovientes

NOS GOBIERNAN LOS SEMOVIENTES

Por Alberto Donadio

Ha habido excesiva responsabilidad en cuanto a la pandemia y excesiva irresponsabilidad en cuanto al efecto económico.

El gobierno amplía la cuarentena hasta el 11 de mayo e insinúa que podría continuar después de esa fecha. Pero el gobierno no ha irrigado de liquidez la economía. Por el contrario, el ministro de Hacienda pronostica que será necesario aumentar los impuestos.

Nos gobiernan los semovientes. Si el coronavirus justifica la cuarentena y la cuasi total parálisis del país, esas mismas razones de fuerza mayor deberían llevar al gobierno a tomar medidas económicas excepcionales para mitigar el daño catastrófico que la cuarentena está causando al bolsillo de todos los colombianos.

En gracia de discusión digamos que todas las restricciones tomadas se justifican por motivos de salud pública y para salvar vidas. Pero tomar esas decisiones sin pensar en medidas paralelas para atenuar el impacto económico, representa una torpeza y una insensibilidad.

Aun el personaje más despreciable e insensible del mundo, Trump, entendió que había que irrigar sumas masivas de dinero en una economía paralizada. En Colombia el gobierno copia el cierre de negocios y empresas adoptado en Italia, España, Francia y E.U. pero sin inundar de dinero el sistema económico, como se ha hecho allá.

Lo aprobado es insuficiente. Los 75.000 pesos de devolución del IVA es una ofensa. Lo mismo con las otras medidas insuficientes. ¿Qué se requiere? Un préstamo del Banco de la República al gobierno para entregarle mensualmente a cada familia una tarjeta cargada con 2 millones de pesos para atender las necesidades básicas.

Lo dijo la directora del Fondo Monetario Internacional: Los gobiernos deben gastar todo lo que puedan y más. Pero en Colombia nos gobiernan los cuadrúpedos.

La alcaldesa de Bogotá pide impuesto al patrimonio, cuando ni siquiera está entre sus atribuciones plantearle al Congreso impuestos de envergadura nacional.

Pero esa alcaldesa no dice nada sobre lo que ella sí podría plantearle al Concejo: rebaja o devolución del impuesto predial, rebaja o devolución del impuesto de industria y comercio, devolución de la valorización. La alcaldesa quiere seguir recaudando las mismas sumas en impuestos. Es decir, los únicos que van a tener asegurados sus ingresos son los empleados públicos.

Demuestra Claudia López un desconocimiento peligroso de cómo se mueve el dinero en la economía. Desocupado lector, suponga que usted es dueño de un local comercial en Unicentro o en el Centro Andino. Esos locales valen, o valían porque el coronavirus hizo perder valor a todas las propiedades, 2 o 3 o 4 mil millones de pesos. Ahora están cerrados. Los inquilinos no pueden vender sus mercancías o sus servicios y por lo tanto no le pueden pagar a usted el arriendo. Pero Claudia López no le ofrece a usted plazo de seis o doce meses para pagar el predial, sino que quiere que usted pague un nuevo impuesto de patrimonio. Si la plata no circula, ¿De dónde va a sacar usted el dinero? Aunque usted sea considera rico por ser dueño de ese local. Pero ya usted no es rico. No puede vender el local en este momento porque le ofrecerían una chichigua. Si no quiere tener desocupado el local tiene que aceptar lo que le proponga el inquilino: pagar la mitad del arriendo, o pagar solamente la administración. Pero el gobierno distrital no le ofrece a usted un alivio compatible con la emergencia que vivimos. Nos gobiernan los cuadrúpedos.

Supongamos que usted es un exportador de flores. Claudia López también lo consideraría a usted archimillonario y destinatario de su nuevo impuesto al patrimonio. Pero usted está quebrado. No puede exportar sus flores a los E.U. Y sabe que cuando se acabe la cuarentena tampoco podrá exportar porque la depresión económica en E.U. hará que nadie considere prioritario comprar flores. Pero el ministro Carrasquilla no le está ofreciendo a usted plazos largos para pagar  el impuesto sobre la renta este año. Lo está conminando a pagar más impuestos. Nos gobiernan los semovientes.

Cuando en un momento de iliquidez usted le quita liquidez a la economía, lo que consigue es agravar la recesión para ver si se convierte en una gigantesca depresión.

En Inglaterra se anunció la cuarentena y al tiempo se anunció que el gobierno pagaría durante 3 meses el 80% de los sueldos de los trabajadores que ganen hasta 2.500 libras esterlinas. Es una medida lógica. El gobierno cierra los negocios y las empresas y le prohibe trabajar a los empleados pero les regala un subsidio que hace más llevadero el encierro.

En Colombia nada de eso se ha hecho. Hay profesionales que no tienen ingresos, como los médicos, odontólogos, fisioterapeutas, etc. ¿Qué les ofrece el gobierno?

La excesiva responsabilidad frente al virus va acompañada de excesiva irresponsabilidad en cuanto a la economía. Hay empresas que ya se quebraron o que se van a quebrar. El gobierno no está pensando en lo que puede pasar. Casi todas las empresas trabajan con crédito bancario. La empresa se quiebra y no podrá pagar el crédito. El deudor le va a decir al banco: me quebré por la cuarentena, venga y se lleva lo que quiera, los camiones, los muebles, los computadores, pero yo no le puedo pagar. El gobierno no está contemplando el efecto catastrófico que eso podría generar sobre el sistema financiero. Multiplíquense las quiebras por miles y veamos lo que puede pasar a los bancos cuya cartera mala crece hasta niveles peligrosos. ¿Cómo van a atender los bancos los retiros cuando el dinero de los depositantes está prestado a deudores que no pueden pagar?

Es inconcebible que sean los bancos los que por iniciativa propia hayan perdonado los intereses por tres meses a los deudores. Pero pasado este período de gracia los bancos van a tener que llamar a los deudores y van a insistir que paguen los intereses. ¿De dónde? Una empresa que acaba de salir de un cierre de dos o tres meses y que no tiene ventas, ¿Cómo va a atender el crédito?

Nos gobiernan los semovientes.

 

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