Unidad Investigativa

Publicado el Alberto Donadio

Match Nicaragua-Colombia segundo round

Escribe el diplomático José Joaquín Gori Cabrera:

MATCH NICARAGUA – COLOMBIA – Segundo round

 

Durante la Segunda Guerra Mundial los combates no fueron sólo con armas de fuego. Se libraba simultáneamente una guerra sicológica. El sociópata Hitler y su camarilla desde el inicio supieron el valor de la propaganda, la combinación adecuada de promesas falsas y amenazas ciertas, el terror y la guerra sicológica. Derrotadas las hordas nazis y sentados los principios de convivencia entre naciones en la Carta de la ONU, la idea era que en adelante cualquier divergencia se encauzaría a una solución pacífica, y que la regla sagrada de la buena fe sería el ferrocarril que arrastraría todo el acontecer internacional.

 

Naturalmente, estos no son más que ideales. Con pasmo y sorpresa los colombianos percibimos que se nos ocultan los hechos y se nos desinforma sobre las realidades en los dos diferendos con naciones hermanas, Venezuela y Nicaragua. Con Venezuela desde que nos expulsaron del Golfo hay un mutismo absoluto. Maduro es un nefasto dictador, pero los países tienen que arreglar sus problemas por vías legales y pacíficas, sea quien esté en el poder. Aunque Ortega es otro dictador de medio pelo, hay que entender que los procesos que enfrentamos con Nicaragua no son con el sátrapa Ortega ni con la primera sátrapa Murillo – equilibrio de género – sino con el país del que esta abominable pareja se adueñó. De hecho, fue otro dictador quien inició los reclamos que dieron origen a la disputa.

 

Anoche los medios se regodeaban con las declaraciones de uno de nuestros dos fantásticos, el señor Manual José Cepeda. Reveló que han sido tan contundentes los contragolpes de nuestra defensa que Nicaragua está acorralada, defendiéndose. Parece un match boxístico en el que desde la defensa estamos atizando unas hostias aplanadoras, a lo Cassius Clay – Muhammad Ali. ¿Será eso cierto? Lo que creemos los mortales es que esto no es un costurero en donde revolean puños y patadas, insinuaciones y chismes, indirectas y consejas de unos contra otros, hombre con hombre, mujer con mujer y al contrario y viceversa. En La Haya lo que se está considerando es la contención de que Colombia ha desacatado el fallo de 2012. El equipo galáctico ha replicado que ejerce derechos y que por el contrario, es Nicaragua la que viola el derecho internacional. Pero el argumento en el que se han atornillado nuestros dirigentes es el cuento de que el artículo 101 de la Carta no permite modificar los límites por un fallo judicial. Parodiando al presidenciable Vargas Lleras, hay que señalar que tal cantaleta es chimba. Ojalá como colombiano en un país en donde supuestamente existe prensa libre me den la oportunidad de expresarlo: no tenemos fronteras o límites terrestres en discusión. El fallo de 2012 tuvo como base que no existía una delimitación de espacios y derechos marítimos, y ese fallo no alteró límites por la simple razón de que no existían.

==============================================

 

NB

 

Hoy domingo 26 del mes de Septiembre del Año del Señor el señor Vargas Lleras, ex vicepresidente y siempre candidato, gran agitador de ideas, regaña a los sucesivos gobiernos que han estado en el poder porque no nos retiramos a tiempo de la Corte Internacional de Justicia y del Pacto de Bogotá. En rapto de inspiración agrega que también debemos retirarnos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Algún asesor debería hacerle ver que por al camino que propone nos toca salirnos de la OEA y de la ONU, y siguiendo el impulso, de pronto que Santos y sus compadres demandan ante la Corte Constitucional los Diez Mandamientos. Aquello de «No desear la mujer del prójimo» viola le equidad de género y establece odiosa discriminación. Por no decir que simplemente va contra la naturaleza y los perversos instintos de los manes.

Naturalmente, si accede a la presidencia supongo que propondrá suprimir la Corte Constitucional, la Corte Suprema y el Consejo de Estado, no sea que se les ocurra condenar en algo al Estado o al gobierno o a sus aguerridos incumbentes en los altos cargos oficiales.

 

Los pactos internacionales no son culpables de nada; muy por el contrario, aseguran la cooperación y la paz entre naciones. Vargas Lleras debería recordar que la Segunda Guerra Mundial se desencadenó porque el desequilibrado de Hitler empezó a violar uno por uno todos los tratados internacionales, empezando por retirarse de la Liga de las Naciones, siguiendo por volver trizas, para usar el colombianismo, el Tratado de Versalles, y siguiendo por trapear con el Pacto de Munich, el pacto secreto hecho con Stalin y cuanto papel hubiera firmado o cuanta promesa hubiera formulado. El mundo tuvo suerte en que pese a todas sus matufias, Trump no pudo mantenerse en el poder, pues era otro desenfrenado que no creía en la buena fe, ni en el respeto a la comunidad internacional, ni en los tratados ni en norma alguna que no fuera de su agrado.

 

Lo que se necesita para salir a flote es serenidad y buen criterio, honestidad y buena fe, que parecen escasear en abundancia.

 

 

Comentarios