Unidad Investigativa

Publicado el Alberto Donadio

Echarle tierra a un sórdido caso de corrupción

Escribe el abogado Aníbal Rodríguez Guerrero:—

Sr Donadio buenas noches, en medio del pugilato que se libra en el Tribunal Administrativo de Cundinamarca por la suspensión de la venta de los usuarios de Cafesalud, ha pasado desapercibido el punto focal de todo este asunto: ¿Cuál es el afán del ministro Gaviria y del superintendente muñoz, de presionar para que se levante la suspensión y rápidamente se lleve a cabo el negocio?

La respuesta a este interrogante resulta un tanto incómoda para el dúo Gaviria y Muñoz, pues contrario al discurso oficial, la preocupación no es buscar un “operador idóneo” que brinde buena atención a los 5 millones de afiliados a Cafesalud, sino que la finalidad de apurar el negocio es solo echarle tierra a un sórdido evento de corrupción y daño a los usuarios, que ocurrió en las narices del ministro y el superintendente, quienes parece que hicieron todo lo contrario a su deber constitucional de garantizar la salud de los colombianos.

Es que no se puede olvidar que desde el año 2012 Cafesalud ha estado en manos de la Supersalud, que le impuso una pomposa “medida de vigilancia especial”, la cual no solo resulto inocua, sino que llevó al sr ministro y al superintendente a coronar su brillante gestión, con el traslado de 4,3 millones de usuarios a Cafesalud, a sabiendas que dicha EPS solo tenía capacidad para afiliar a 2,8 millones de usuarios. Como quien dice, el sobrecupo en Transmilenio es un juego de niños, frente a lo que los Dres Gaviria y Muñoz hicieron en Cafesalud.

Pero entonces, se pregunta uno, ¿cómo a un mago de los modelos cuantitativos como el Sr Gaviria, le pudo ocurrir un error tan elemental de poner millones de personas donde no cabían? Dado que la respuesta es bastante simple pero incomoda, resulta apenas obvio que el Ministro y el Superintendente quieran pasar la página rápido, pues es mejor apurarse y vender, no vaya y sea que la Fiscalía, termine husmeando, lo que puede ser bastante molesto y peligroso, sobre todo en estos tiempos electorales, en los que hacer pública una falla tan grave del ministro más conspicuo del gabinete, podría empañar un tanto más la “nobel” imagen del gobierno.

Una razón adicional para que los Sres Gaviria y Muñoz anden tan preocupados con la demora en la venta de los usuarios de Cafesalud, tiene que ver con otra pregunta igualmente incomoda: ¿Cómo es que entre 2012 y 2017, las deudas de Cafesalud con los prestadores de servicios de salud, pasaron de $28.000 millones a más de $1.5 billones de pesos? Es que, llevando un poco la contraria, tampoco se explica uno como a un brillante exdecano de economía, se le pierde la plática sin que se cuenta, por lo que resulta mejor vender, antes de que en público tenga que admitir que “se acaba de enterar”.

Para completar, la cereza del pastel la compone la urgencia de reembolsar al Fosyga un crédito de $200.000 millones que, en diciembre de 2015, el Sr Ministro le concedió a Cafesalud, a pesar de que esa empresa estaba en causal de disolución por tener patrimonio negativo de mas medio billón de pesos, y no poderse capitalizar, pues su mayor accionista, SaludCoop, estaba en liquidación. Es decir, parece que el ministro, en su intento por ser el funcionario mas brillante del gobierno y superar la osadía del banco agrario con navalena, feriò la plata del sector salud, por lo que hay que recuperarla rápido, no vaya y sea que se embolate ese dinero y el Dr Gaviria termine cual Andrés Felipe Arias.

Es por todo esto que el Sr Gaviria ha hecho diversas maromas para hacer posible el negocio y de paso ocultar lo que paso; como por ejemplo: en mayo pasado, justo en la mitad de la venta, expidió el decreto 718 de 2017, con el que dio vía libre para que los usuarios de Cafesaud se negociaran como “activos”, que salieron a $240.000 por cabeza, lo cual solo ocurría en las ferias ganaderas, pero que ahora con la creatividad del dr gaviria, se puso de moda en el sector salud.

Lo que al final uno no entiende, es si cuando el Sr Gaviria en su libro afirma que “alguien tiene que llevar la contraria”, se refiere a su desfachatez para ¿contrariar la ley?

Atte,

Aníbal Rodríguez Guerrero

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