Publicamos esta carta que el ingeniero Gabriel Hernández dirigió en diciembre a su hermano, el también ingeniero, Rodolfo Hernández, antes de posesionarse como alcalde de Bucaramanga para el período 2016-2019. Gabriel Hernández fue el ideólogo de la campaña de Rodolfo Hernández, que se hizo sin las maquinarias políticas y sin apoyo de concejales.
Una entrevista a Gabriel Hernández donde afirma «Yo fui capaz de quitarles el poder a los politiqueros» se puede ver en
A continuación la carta al alcalde:
CARTA A UN HERMANO ALCALDE
Rodolfo, quienes hemos decidido romper el aturdimiento de la cotidianidad,
pretendiendo escapar del forcejeo entre el destino y la vida, estamos predestinados a
desandar, por momentos, los iluminados caminos de la sinrazón y, algunas veces, los
de la inexistencia. Luego de 32 meses de haber tomado la decisión de abandonar la
pasividad frente al derrumbamiento de la democracia por parte de la clase política,
hoy está, usted, enfrentado a la realidad del poder con algo que ningún alcalde de
Bucaramanga ha tenido, la total independencia para gobernar. Tiene aquí un equipo
de ciudadanos y ciudadanas decididos a sacar, con coraje y trabajo honesto, nuestra
ciudad de la crisis moral e institucional más profunda propiciada por aquellos que
traicionaron el principio sagrado de la política: el beneficio a la comunidad está por
encima del beneficio personal. La figura de nuestro padre siempre estará presente en
las trascendentales decisiones que tendrá que tomar para conseguir la restauración
moral de la ciudad. Un padre que persistió durante toda su vida en el respeto al
actuar recto y apartado de componendas que envilecieran su honorabilidad, siempre
atento a no dejar que la codicia manchara su dignidad de ciudadano.
Lamentablemente tuvo que soportar un secuestro que lo llevó a vivir el resto de su
vida en las tinieblas de la enajenación; pagó el más alto precio al cual un ser humano
pueda ser sometido, tener que convertirse en un ser sin libertad, para decidir su
propio destino, bajo la amenaza de un fusil . Fue víctima de las consecuencia
generadas por la corrupción, que ha llevado a muchos ciudadanos a tomar las armas
en un acto demencial por obtener el debido reconocimiento y respeto por parte del
estado ante las necesidades más elementales que requiere cualquier ser humano. Si
su gobierno logra restituir la equidad y el humanismo en las personas más humildes, si
sienta, nuevamente, las bases de la democracia será el mayor homenaje que usted le
pueda ofrecer a nuestro padre, a su hija desaparecida y a la paz.
Aunque un poco tarde, logró entender que uno de los mayores placeres en la vida es
el de servir a los demás sin esperar una retribución; sé que lo esta disfrutando y será
el motor que lo mueva a entregar 4 años, en el ocaso de su vida, a aquellos que cada
amanecer es una tortura de saber que sus hijos corren el riesgo de no poder saciar el
hambre del nuevo día. Si de algo puedo sentirme orgulloso es el de haber logrado, en
usted, un cambio tan profundo y sincero respecto a la suerte de los demás y en
especial de aquellos que han sido humillados, abandonados y traicionados por una
clase política desalmada. Respecto a mí, creo empezar a comprender que los seres
que fuimos privilegiados con la sensibilidad nos sumergimos en nuestros propios
sentimientos para tratar de verificar la verdad que se oculta en los pliegues solapados
de una realidad exterior que se rehúsa a mostrar su alma. Este privilegio que muy
pocos hemos logrado desarrollar debe ampliarse a la mayor cantidad de personas
para que puedan penetrar aquel mundo críptico de la poesía que permite recorrer los
socavones más profundos, pero fascinantes, de la vitalidad interior y de esta manera
poder reflexionar acerca de las posibilidades expresivas del mundo a través de la obra
de arte. Manolo, el profundo respeto que usted profesa a los valores democráticos
será motivo de tranquilidad ahora que pretendo regresar a mi polvorienta biblioteca.
Éxitos.
20/12/2015